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Extractos - Iñaki Preciado

El Lie Zi y la literatura taoísta

Introducción al libro: LIE ZI - el libro de la perfecta vacuidad
Por Iñaki Preciado
Las Enseñanzas de Lao Zi

El Lie zi es un texto clásico del taoísmo. Junto con el Lao zi ("Libro del Tao" o "Tao te king") y el Zhuang zi constituye el canon del pensamiento taoísta en su vertiente filosófica.

Aunque ya en el Yi wen zhi del Han Shu ("Libro de los Han"), del siglo II, se cita un Lie zi en ocho libros, el texto actualmente conservado es el glosado por Zhang Zhan en el siglo III. Finalmente, el año 732, durante la dinastía Tang, aparece con el epígrafe Zhong xu zhen jing ("El verdadero libro de la perfecta vacuidad"), y es bajo este título como será incluido entre los textos clásicos enseñados en la Academia Taoísta, fundada en aquel entonces por el emperador Xuan Zong.

Sobre el autor de la obra, tradicionalmente atribuida a Lie Yu-kou (también conocido como Lie zi, el maestro Lie, probablemente un sabio taoísta del siglo IV a.n.e.), los eruditos chinos han discutido durante siglos, desde Liu Zongyuan (s. IX) hasta los contemporáneos Liang Qichao y Ma Xu-lun. Hoy día la opinión predominante considera el Lie zi como una recopilación de escritos taoístas de la época Zhan Guo (ss. V-III a.n.e.) y de tiempos de la dinastía Han (s. II a.n.e. - s. II), realizada durante el periodo Wei Jin (ss. III y IV). En esta recopilación se habrían interpolado fragmentos que reflejan la ideología taoísta del siglo III, cuya problemática presentaremos más adelante.

Si bien es innegable la existencia de estas interpolaciones en el texto de Zhang Zhan y tampoco hay garantía absoluta de que este texto reproduzca fielmente el Lie zi original, algunos de los ocho libros que componen la obra son imprescindibles a la hora de reproducir la doctrina de antiguos filósofos taoístas, como por ejemplo Yang Zhu. El pensamiento de éste ha llegado hasta nosotros en parte gracias al libro del Lie zi que lleva su nombre por título. Y el Yang Zhu y el Shua fu son precisamente los dos libros que con mayor probabilidad corresponden a la obra original. Cuenta Zhang Zhan en su Lie zi xu ("Prólogo al Lie zi") que su abuelo poseía los ocho libros de la obra, pero que al cruzar el Chang jiang (río Yang zi) cuando se trasladaba al sur, se perdieron seis de los ocho libros. De su abuelo, pues, Zhang Zhan sólo recibió el Yang Zhu y el Shua fu; los restantes los consiguió, según él, de textos fragmentarios encontrados en otros lugares.

De cualquier manera, el Lie zi es una inapreciable pieza de valor dentro del fragmentado y escaso mosaico de textos que recogen el pensamiento taoísta original, de la época Zhan Guo. En efecto, aparte de los tres ya mencionados (Lao zi, Zhuang zi y Lie zi), el resto lo constituyen algunos libros del Guan zi y algunos libros y fragmentos del Huai Nan zi y del Lü shi Chun qiu.

En el caso del Guan zi se trata de los libros titulados Nei ye y Xin shu (atribuidos al filósofo taoísta Song Jian) y del titulado Bai xin (atribuido al también taoísta Yin Wen). El Huai Nan zi es en su conjunto una obra ecléctica, en la que se mezcla el taoísmo con las doctrinas de la escuela del yin yang; entre los veintiún libros del Huai Nan zi que han llegado hasta nosotros cabe citar el Dao ying y el Yuan dao como más representativos del fundamento ideológico taoísta que impregna la obra. En cuanto al Lü Shi Chun qiu, obra esencialmente confuciana, en su eclecticismo llega a recoger algunas anécdotas y tesis taoístas, como la recomendación del gobierno mediante el wu wei (el "no actuar", es decir, la no intervención). Por último, y aunque su pensamiento cabalga entre el taoísmo y el legismo], debe señalarse a Shen Dao, de cuya obra, el Shen zi en cuarenta y dos libros, sólo se conservan fragmentos de siete libros.

Sin embargo, maestros taoístas abundaron en la época Zhan Guo. No faltan testimonios históricos que nos hablan de ellos y de sus obras. Bien que los más antiguos sabios taoístas hayan ceñido su enseñanza a la simple transmisión oral de su pensamiento al reducido grupo que ocasionalmente se acercaba a su retiro ―recuérdese que el maestro taoísta es un yin shi, un "sabio escondido", para el que fama, poder, riquezas, son palabras vacías―, posteriormente algunos de ellos, mejor diríamos corrientes taoístas derivadas del pensamiento originario, asentados en las ciudades y arropados por una audiencia numerosa de discípulos, redactaron o inspiraron la redacción de su enseñanza. Desgraciadamente la mayor parte de esas obras se ha perdido. Tal es el caso de los dieciocho libros del Song zi (de Song Jian), del Yin Wen zi (de Yin Wen), de los veinticinco libros del Tian zi (de Tian Pian) o de los trece libros del Juan zi (de Huan Yuan o Guan Yin). De todos ellos tenemos noticia por los historiadores de la dinastía Han, época en la que todavía se conservaban esos textos. Pero sobre todo es el Huang di shu ("Libro del Emperador Amarillo"), citado en el Lie zi y en otras muchas obras, el libro cuya pérdida ha supuesto el mayor impedimento para un exhaustivo conocimiento del taoísmo original.