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Extractos - J. Carte

Gregorio Palamas

Gregorio Palamás y la Filocalía

Por José Carte

Gregorio Palamás (1296-1359)

Este importante teólogo (1) y místico de la iglesia oriental (santo para los ortodoxos pero no así para la iglesia romana) fue un personaje clave en la iglesia bizantina en la Baja Edad Media o período bizantino tardío. Voy a esforzarme en evitar repetir datos de fácil acceso en las enciclopedias.

Pienso que sería injusto calificar a Gregorio Palamás solo como un teólogo implicado en las controversias teológicas de su época, como aparece descrito en alguna enciclopedia y olvidarse de su obra teológico-mística. Es rigurosamente cierto que Palamás estuvo enzarzado en las siguientes controversias religiosas: a) con el monje Barlaam el Calabrés (Barlaam de Calabria), entre 1336 a 1341; b) con el padre ortodoxo Gregorio Akindyno, entre 1341 a 1347 y c) el debate con Nicéforo Grégoras, de 1348 a 1351. A pesar de que este listado citado parece la carrera ininterrumpida de un polemista profesional, creo que sería un error considerarlo así. Como explica John Meyendorff, Gregorio Palamás fue sacado de la relativa paz como ermitaño cerca de Tesalónica por los abades de los monasterios del Monte Athos y designado defensor del “hesicasmo” (2) ante los ataques de los adversarios a esa doctrina. En todo momento Palamás creía estar defendiendo la doctrina más profunda y más tradicional de la iglesia ortodoxa y nunca sus propios puntos de vista. Considerarlo solo como un hábil dialéctico o como un polemista religioso filibustero es un juicio injusto.

Según el estudioso de la iglesia bizantina Aristides Papadakis, «todos los académicos ortodoxos que han escrito acerca de Palamás ―Lossky, Krivosheine, Papamichael, Meyendorff, Christou― asumen que sus palabras representan la expresión legítima de la tradición ortodoxa» (3).

Les propongo leer unas pocas aserciones de Gregorio Palamás ―todas ellas recogidas por Meyendorff en el libro citado― para que comprueben la profundidad de su conocimiento místico:

  1. «La comunión espiritual y real del ser humano con Dios es la condición necesaria para el conocimiento».
  2. «Esta unión [con la Divinidad] está más allá de todo conocimiento, aunque metafóricamente lo llamemos “conocer”».
  3. «Solo la experiencia de la unión con Dios nos revelará la verdadera naturaleza de esa Unión».
  4. «La persona se hace Divina por medio de la Gracia [xareté]» (4).

La defensa del hesicasmo llevada a cabo por Palamás (y que acabó siendo conocido como “palamismo”), pasó con posterioridad a ser la doctrina oficial de la iglesia ortodoxa. Se celebraron varios concilios ecuménicos para pacificar las controversias y afianzar la doctrina ortodoxa: estos tuvieron lugar en Constantinopla en 1341, en 1344, en 1347 y en 1351. La consecuencia fue la consagración y la consiguiente «oficialidad» de la doctrina palamista, la condena de Barlaam de Calabria y la destrucción de los escritos de este último.

Al final de su libro sobre Gregorio Palamás, Meyendorff habla de una posible consecuencia negativa de la victoria de las tesis palamistas: la iglesia ortodoxa se posicionó en contra del movimiento humanista que surgía ya por aquella época pre-renacentista. Yo añadiré otra que quizá se deriva de la anterior: las tesis palamistas (y por tanto anti-Barlaam) tiñeron las enseñanzas de la iglesia bizantina de un cierto anti-intelectualismo como posible vía de conocimiento que ha llegado hasta nuestros días. Muy poco sabemos acerca de las tesis que postulaba Barlaam (pues sus escritos fueron destruidos), pero parece ser que defendía el conocimiento de la cultura clásica como vía de conocimiento espiritual y que abogaba también por elevar la cultura intelectual del clero de la iglesia oriental (debo esta explicación al trabajo de investigación de John Meyendorff).

En cuanto a los puntos de vista que defendía el propio Gregorio Palamás, usted mismo los llegará a conocer de primera mano en los escritos que siguen a continuación, pues son bastante claros en lo que exponen, pero si he de destacar los puntos más relevantes, yo los resumiría así:

  • En Dios hay una diferencia entre esencia y energías.
  • Tanto el ser como las energías son increadas. Sin embargo, de esta distinción no se deduce que Dios sea algo compuesto de elementos diferentes, pues aunque la diferencia es real, no se trata de dos realidades ontológicamente distintas. Ambos términos se refieren solo a un Dios único que está plenamente presente tanto en su esencia como en cada una de sus energías.
  • La diferencia es que un término (esencia) se refiere a Dios desde el punto de vista de su incomprensibilidad desde la perspectiva de las criaturas, y el otro (energías) se refiere a Dios en términos de lo que es revelado a las criaturas.
  • Las energías pueden designarse con el término «divinidad» sin que Dios se convierta así en dos dioses. Esto también se corresponde con el lenguaje utilizado por los padres de la iglesia.

En definitiva y como síntesis, diré que con Gregorio Palamás estamos ante un gran teólogo y místico de la iglesia cristiana oriental, contemporáneo en el tiempo de Johannes Tauler y de Santa Catalina de Siena. Y no dudo en afirmar que fue (es) de su misma altura mística. Así también los redactores de la Filocalía (San Nicodemo y San Macario) creyeron en el valor de los escritos de Gregorio Palamás pues destacaron su gran valía para la iglesia ortodoxa al colocarlo al lado de San Simeón el Nuevo Teólogo, de San Máximo el Confesor y junto al lado también de los padres de la iglesia clásica bizantina, es decir al lado de los grandes padres y santos de la iglesia oriental.

La Filocalía

La Filocalía («amor por lo bueno/por lo bello») es un compendio de los escritos de los padres y maestros espirituales de la iglesia ortodoxa que datan del siglo IV hasta el siglo XV (caída de Constantinopla). Digo «es» porque la Filocalía todavía se usa hoy día en los monasterios de la iglesia oriental y sería un error tomarlos por una colección solo perteneciente a la historia. Estos escritos fueron recopilados en algún momento del siglo XVII por dos padres de la iglesia ortodoxa: San Nicodemo del Monte Athos (1749-1809) y San Macario de Corinto (1731-1805). Este trabajo de compilación lo realizaron estos dos padres de la iglesia con el fin de confeccionar un manual de aprendizaje espiritual y religioso para los novicios de los monasterios de la iglesia oriental. El largo subtítulo de la edición original de la Filocalía expresa bien a las claras el valor que concedían al texto San Nicodemo y San Macario: «un texto a través del cual el intelecto (la mente) se purifica, se ilumina y alcanza la perfección».

¿Con qué finalidad se redactó la Filocalía? En parte ya lo he expresado en el párrafo anterior, pero profundizando un poco más diré que la Filocalía presenta la enseñanza esencial, «el arte de todas las artes y la ciencia de todas las ciencias», una enseñanza que puede conducir a toda persona a la posibilidad más alta que existe: el logro espiritual de la unión o fusión con la Divinidad; la enseñanza de la “theosis”, la oportunidad abierta de la deificación o divinización del ser humano. «A silent way of love and gnosis» (5), dice el admirado Kallistos Ware.

Los textos recogidos en la Filocalía son entonces guías para la vida contemplativa, para la vida interior, y no necesariamente con referencia a la vida monacal.

La Filocalía en su edición original griega se publicó por primera vez en Venecia en 1782 en un volumen tamaño folio de 1210 páginas a doble columna (6). Al año siguiente se publicó en Atenas una segunda edición, esta vez en dos volúmenes. La edición en griego en cinco volúmenes que conocemos ahora la inició la editorial ateniense Astir, que los publicó entre los años 1957 a 1963. Desde entonces, todas las ediciones griegas subsiguientes respetan la organización en cinco volúmenes.

Notas:
  1. Utilizo aquí el término «teólogo» en los dos sentidos, tanto en la acepción occidental de «experto conocedor de las escrituras», como en el sentido de la iglesia ortodoxa: «conocedor de Dios», en su significado de conocedor directo de la Divinidad, en su sentido místico.
  2. Hesicasmo es una palabra poco usada en castellano que deriva de “ouxía” (paz, quietud mental). Ya se explicará más adelante en el texto.
  3. Aristides Papadakis: Crisis in Byzantium, St. Vladimir Seminary Press, 1997.
  4. John Meyendorff, op. cit., página 168.
  5. «Un silencioso camino de amor y sabiduría».
  6. Debo esta detallada explicación al padre Kallistos Ware; información dada en una conferencia pronunciada en el año 2020.