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Artículos - Jeff Foster

Las olas son el océano

(Segunda Parte)
Entrevista a Jeff Foster por Renate McNay

Renate: Sí, está muy bien. Por eso traté de encontrar un espacio para poderte hacer una pregunta. Entonces, lo que realmente me gusta es... cualquier cosa que llegue a tu vida, cualquier ola que venga a tu vida ya la has permitido. De lo contrario no estaría aquí. Creo que de alguna manera este es el mensaje de tu enseñanza.

Jeff: Esta es la esencia. Esto es todo. Aquí es hacia donde se dirige. Empiezas a darte cuenta de esas olas, pensamientos, sensaciones, sentimientos, incluso olas bastante fuertes de dolor, olas intensas de confusión, olas intensas de miedo. Como océano, como consciencia, hay el espacio suficiente en ti para todo eso. Siempre ha habido espacio suficiente en ti. Si no hubiera suficiente espacio —y esto es sólo una forma de hablar de esto— si no hubiera el espacio suficiente para esa ola, si no hubiera suficiente espacio para el dolor, el dolor no estaría ahí. Si no hubiera suficiente espacio para el miedo, el miedo no estaría ahí. Así que el simple hecho de que una ola esté presente sugiere que en cierto sentido tú ya la estás aceptando. En cierto sentido, ya la estás aceptando como el océano que eres. Esta ola es un movimiento del océano como consciencia. Esta ola, esta tristeza, este miedo, es realmente el océano, sólo que con un disfraz. Es solamente la consciencia vestida de duda. Entonces, este es el punto central del que hablo. Porque podrías decir que en un nivel más profundo, el océano acepta a cada una de sus olas. Y no estoy diciendo que el océano decida permitir esas olas, o elija permitirlas. No es que el océano se despierte por la mañana y se diga a sí mismo: "De acuerdo, voy a aceptar todas mis olas". En cierto sentido, el océano no puede elegir porque el océano es todas sus olas. El océano es todas sus olas, no hay separación. A eso es a lo que me refiero cuando utilizo la palabra "aceptación".

Renate: Esa es la profunda aceptación.

Jeff: Por lo tanto, lo que uno hace no es aceptación, esta es la clave, esta es la clave fundamental porque a menudo, cuando utilizamos la palabra aceptación, lo que pensamos es: "De acuerdo, de acuerdo, necesito aceptar. Necesito aceptar este momento. Necesito aceptar este dolor. Necesito aceptar estos pensamientos. Necesito aceptar este miedo. Necesito aceptar... esta duda". Entonces, la aceptación se convierte en nuestro proyecto y, años atrás, eso era lo que yo estaba tratando de hacer todo el tiempo. Estaba tratando, con mucho esfuerzo, de aceptarme a mí mismo. Estaba esforzándome por aceptar el dolor. Me esforzaba por aceptar la confusión, la duda. Porque secretamente pensaba que si pudiera aceptar ese dolor, éste desaparecería. Así que, ahora me doy cuenta que eso no era aceptación, era más bien, "Me voy a desembarazar de esto utilizando la aceptación". Realmente se trataba de un rechazo... vestido de aceptación, y yo quería ser este maravilloso ser humano que aceptaba todo. Yo creía que eso era la iluminación, me estaba queriendo convertir en el perfecto aceptador Jeff.

Renate: El iluminado... 

Jeff: El iluminado, sí, el perfecto iluminado, porque eso era lo que yo creía. Yo tenía todas esas fantasías acerca de la gente iluminada. Que se sentaban en la cima de una montaña en estado de perfecta felicidad y aceptaban perfectamente cualquier cosa que llegara a suceder. Que aceptaban todo y si llegaba alguien con un cuchillo y se lo clavaban en el estómago... "Oh, lo acepto, está bien", esa era mi fantasía de aceptación. Esa era mi versión mental de aceptación.

Renate: Entonces, Jeff, ¿Qué es la verdadera aceptación? 

Jeff: Es aquello que eres. No es lo que haces. No es algo que puedas hacer. Es lo que ya eres.

Renate: Digamos que tengo un ataque de ansiedad... acerca de algo. ¿Qué hago con eso? ¿No hago nada...? 

Jeff: (Risas) Bueno, esto es interesante, esto podría convertirse en una nueva táctica, ¿ves?... y esto era lo que yo no estaba dejando claro en mi primer libro hace años, porque solía decir cosas como: "No hay nada que hacer. No hay nada que pueda hacerse". Pero me di cuenta que lo que estaba sucediendo con la gente era que estaban tomando eso como su nueva práctica espiritual. Decían, "De acuerdo, voy a tratar de no hacer nada", pero en secreto deseaban cierto resultado de todo eso. "De acuerdo, voy a quedarme sentado aquí, hay mucho dolor, pero no voy a hacer nada". Y en secreto se daba un especie de regateo, "Bueno, si no hago nada, tal vez llegue a iluminarme. Si no hago nada tal vez todo esto desaparezca". Es interesante que digas esto, incluso hacer nada se puede convertir en una nueva cosa, en un nuevo que hacer. 

Así que de lo que estoy hablando va mucho más allá de todo eso. Va más allá de hacer o no hacer, de aceptar o no aceptar. Estoy hablando acerca de esa aceptación que, en cierto sentido, es previa a ti. Entonces... podrías decir que en un nivel más profundo, como yo estaba diciendo, el océano acepta todas sus olas, permite cada una de sus olas. No porque elija aceptarlas, sino porque el océano es esas olas. Cualquier ola que surja, cualquier pensamiento, cualquier sensación, cualquier sentimiento podría decirse que ya ha sido aceptada por el océano, porque ya es el océano. Esa es la aceptación. Es el "ser" de todas las cosas. Este es el asunto, en el momento en que aparece una ola, un pensamiento, una sensación, un sentimiento, incluso un sentido de ansiedad o confusión, o frustración... para el momento en que la ola aparece, ya ha sido aceptada. Ya es una expresión de la consciencia... es su aparición, tal y como aparece, es la consciencia apareciendo, es el océano apareciendo. Así que su aparición es su aceptación. Esta fue para mí la clave y es algo...

Renate: Eso está muy bien. Su aparición...

Jeff: ...es aceptación. Aparición es aceptación.

Renate: Muy bien. Sí.

Jeff: Cada ola que aparece, cada pensamiento, cada sensación, cada... cualquier cosa que pudiera aparecer en tu experiencia es una expresión de la consciencia, es una expresión del océano. No hay ninguna ola que pudiera aparecer que no fuera el océano. No hay ninguna ola que se encuentre fuera del océano. No hay ninguna ola que esté en contra del océano. Ninguna ola, ningún pensamiento, sensación, sentimiento, está en contra de la consciencia o como quieras llamarlo. Es el océano que aparece como ese sentido de que todo lo que aparece como aparece... ya ha sido aceptado. Es sólo debido a que ya está permitido, es sólo porque ya ha sido aceptado, que aparece.

Renate: Pero entonces mi reacción hacia aquello también está permitida.

Jeff: ¡Aja! Sabes perfectamente que así es. Esto es lo que confunde a tanta gente de la palabra "aceptación" y la razón por la cual he querido utilizar la palabra de una forma diferente. Lo llamo "profunda aceptación". Porque a menudo lo que sucede es que tratamos de aceptar por ejemplo un pensamiento, una sensación, un sentimiento. Tratamos de aceptar una ola de dolor. Nos esforzamos mucho para aceptarla y normalmente con lo que nos encontramos es que no podemos hacerlo. Nos sentimos incapaces de aceptar este momento. A veces, el momento se siente simplemente inaceptable, especialmente cuando el dolor es demasiado fuerte, o cuando la pena es sumamente intensa... por mucho que tratemos, por muy buenas intenciones que tengamos, a veces nos sentimos incapaces de aceptar el momento, de permitir ese momento. Nos sentimos incapaces de decir, "Sí" al momento. Nos sentimos incapaces de estar presentes. Nos sentimos incapaces de mantenernos en el ahora. O de cumplir toda esa lista de cosas que se supone debemos hacer como estar en el ahora, estar presentes, estar conscientes, es decir, tenemos nuestras listas. (risas)

Renate: Vas revisando tu lista.

Jeff: Sí, vas revisando, sí, estoy en el ahora, estoy presente, estoy consciente, estoy diciendo Sí, estoy aceptando... entonces se convierte en una nueva forma de ...

Renate: Mantra.

Jeff: ...Mantra, sí, una nueva forma de búsqueda, una nueva expectativa, un nuevo "algo" que intentar y tratar de cumplir. Pero la verdad es, y seamos honestos acerca de nuestra experiencia, que a veces sentimos como si no pudiéramos vivir a la altura... cualquiera que sean nuestros estándares. Se supone que debo estar en el ahora, se supone que debo estar presente, se supone que debo ser consciente, se supone que... debo estar alegre por este momento, se supone que debo hacer todas esas cosas, toda esa lista de cosas que supuestamente debemos cumplir. Especialmente si hemos sido buscadores espirituales por mucho tiempo, tenemos grandes listas de... lo que nuestra experiencia debería de ser.

Renate: Sí, todo eso que tenemos que lograr...

Jeff: ...cosas que debemos lograr, sí. Y tenemos una imagen acerca de cómo debería ser este momento. Entonces lo que pasa es que tratamos de permitir este momento, tratamos de decirle que sí, tratamos de aceptarlo. Y la realidad en el momento —aquello que estamos enfrentando— es nuestra propia falta de habilidad para aceptarlo, nos enfrentamos a nuestra resistencia. Y entonces, rápidamente entramos en una historia de, "fallé. Fallé a la hora de aceptar. Esta resistencia no debería estar aquí". Este era el tipo de círculo vicioso en el que me enganchaba hace muchos años. Siempre tratando de aceptar, sólo para darme cuenta que en mi experiencia presente había resistencia y después decía, "esta resistencia no debería estar aquí". Después trataba de desembarazarme de esa resistencia y se repetía el ciclo, era como estar resistiéndome a la resistencia. Porque yo tenía esa imagen de que sólo debía haber aceptación, que no debía haber resistencia, así que la aceptación se convirtió en una nueva forma de simplemente castigarme porque no aceptaba lo suficiente. Porque siempre pensé que tenía que ser el que aceptaba. Jeff tenía que ser ese que lo aceptaba todo. Así que esa aceptación de la que yo hablo —la puedes llamar perdón en cierto modo— me gusta la palabra perdón. Creo que este es el verdadero significado de la palabra perdón. 

Renate: Se me ocurre también la palabra "gracia".

Jeff: Gracia también, sí. Pero en realidad, en el momento, aquello que eres, como este océano inmenso e ilimitado, ya está diciendo sí a este momento. Y de nuevo, todo esto son sólo metáforas, es sólo poesía, en cierto modo. Todo esto es tan difícil de explicar, es decir, es imposible ponerlo en palabras. A veces le digo a la gente que se tienen que convertir en poetas cuando se habla de este tipo de cosas porque no se trata de algo lógico. Es algo que no tiene sentido para la mente, sino que es el corazón realmente el que habla. Y el corazón habla con poesía.

Renate: Bueno, tengo que decirte que esto fue lo que encontré al leer tu libro y al escuchar los CDs, en mi experiencia, ha sido algo desde el corazón. Es como si toda tu enseñanza y tus primeros dos libros... realmente me llegaron al corazón, al corazón.

Jeff: Bueno, pienso que es demasiado cansado tratar de mantener eso. Se vuelve muy exhausto. Todo el conocimiento intelectual del mundo... Es decir, es hermoso, creo que la mente es algo sumamente hermoso, sin embargo, debe saber cuál es su lugar, hay ciertos límites, es inherentemente limitada, a diferencia del corazón. El corazón no tiene  límites. Y de lo que realmente estamos hablando es del amor, del amor. Porque para mí, el amor es sólo otra palabra para este espacio completamente abierto que tú eres, esta capacidad que eres. Como el océano, tú eres esa capacidad ilimitada para todo lo que incluye la vida, para cada pensamiento, cada sensación, cada sentimiento. Así que puedes admitir cualquier cosa, ya estás admitiendo todo en este preciso momento. Entonces, en el momento... surge una ola de dolor y eso que eres ya lo está admitiendo... ya está diciendo sí a eso. Pero lo que también puede estar surgiendo en la experiencia presente es un sentido de resistencia, un sentido de frustración, un sentido de no querer que este momento sea como es y este es el gran descubrimiento. Eso que eres es tan vasto que incluso puede admitir eso, la resistencia, una fuerte ola de resistencia, esa resistencia es uno de tus hijos. Esto es amor incondicional. Esto es realmente de lo que estamos hablando. Es como si lo que fueras dice sí a todo eso. Eso no tiene ni que buscar la forma de hacerlo, es como una madre que abraza a todos sus hijos sin importan cómo luzcan. Si nacieron deformes, o sin importar cómo se sientan, ya sea que se sientan enojados, felices, tristes, esta madre siempre acepta a sus hijos. Dice, "todos son hijos míos, todos son de mi carne y sangre. Puedo no estar siempre de acuerdo con ustedes, no siempre podré perdonar aquello que hacen pero siempre estoy aquí para ustedes". Y esto es realmente lo que eres. Siempre está a la mano... siempre está presente, admitiendo cada pensamiento conforme surge y desaparece, cada sentimiento conforme llega y se va, incluso cada resistencia. Hay espacio suficiente en ti para todo eso, entonces, esto te saca de toda esa historia de "Oh, tengo que ser una persona que sabe aceptar. O, no debería ser una persona que se resista". Esto realmente te libera de toda la historia acerca de ser algo fijo... siempre... lo siento, sólo termino con esto que estoy diciendo, porque sé que quieres decir algo, sólo déjame terminar...

Renate: Ya levanté mi dedo (risas)

Jeff: Síguelo levantando... sólo quiero terminar la idea porque empezamos con la pregunta de ¿quién eres? ¿Quién soy? Y la mente quiere contestar y es ahí en donde empiezan todos los problemas, porque no es algo que la mente tenga que responder. Entonces la mente trata de contestar la pregunta ¿Quién soy? Y ella dice: "Bueno, soy esto, soy lo otro, soy bueno, soy malo, estoy en lo correcto, estoy equivocado. Soy una persona que acepta, no soy una persona que acepta, ya estoy iluminado". Relata la historia de una persona. Se sale de la intimidad de la experiencia presente y relata el cuento de yo soy esta persona, yo soy esa-persona y lo que estoy sugiriendo es que se salga uno completamente de esa historia de que eres tal o cual persona. Porque como océano, tú eres todo eso. Una ola de alegría puede surgir y disolverse en ti. Una ola de tristeza puede surgir y disolverse en ti. Y eso es lo que eres, tú eres la capacidad para todo ello. La mente dice: "¡Pero, es que eso no se me hace lógico! ¿soy una persona alegre o soy una persona triste?" como si tuviera que ser lo uno o lo otro. Sólo quiere limitarte. Te das cuenta que quiere limitarte pero como océano, tú no limitas a tus hijos. No les dices a tus hijos: "De acuerdo, estos niños son bienvenidos, pero estos otros no. Los positivos son admitidos pero los negativos... lo siento ustedes no pueden estar aquí". Simplemente dice: "¡Vengan, todos ustedes!"

Renate: ¿Cómo fue que llegaste a todas estas ideas? Se trata de ideas bastante profundas. ¿Tuviste algún tipo de experiencia? ¿Cómo fue que llegaste a este entendimiento?

Jeff: Sufriendo.  

Renate: Sí, esa es la clave.

Jeff: Es la clave. Y no quiero que la gente piense, "Oh, debo sufrir, o debo sufrir más". Porque entonces eso se vuelve ahora en otro nuevo tema: ahora tenemos que sufrir más. Yo creo que todos sufrimos lo suficiente. Creo que a todos se nos ha dado, de alguna forma... el sufrimiento suficiente para darnos cuenta...

Renate: Porque todos somos adictos... de alguna forma.

Jeff: Es cierto. Sufrir es interesante... de alguna manera duele. Evitar la vida duele, alejar a tus hijos duele. Y yo me di cuenta que eso era lo que estaba haciendo. Cuando nos olvidamos de lo que somos... este abrazo constante al momento. No se trata de un abrazo que estamos haciendo, estoy más bien hablando de eso de lo que estamos hechos, construidos. Esto es ciencia, realmente, no es espiritualidad. Es ver realmente eso de lo que estamos hechos... todos. No se trata de algún estado especial o una determinada experiencia. Es cómo estamos construidos, estamos hechos como este amplio espacio, capacidad para cualquier cosa que surja a cada momento. Tú eres el océano en donde cada ola es aceptada para llegar e irse... y yo simplemente olvidé, por completo, lo que estábamos hablando... (risas)

Renate: ¡Tu propio sufrimiento! 

Jeff: ¡Oh sí! (risas) No estaba tratando de evitar mi sufrimiento eh, en serio. Simplemente regresé al punto de las olas y el océano y me perdí. (más risas) Me perdí en el océano.

Renate: ¡Te estabas ahogando!

Jeff: Me estaba ahogando en el océano. Entonces, el sufrimiento... lo que diría es, el sufrimiento es el intento de escapar a este momento, tratar de alejar este momento. Entonces, cuando quieres alejar este momento, estás tratando de alejar a tus propios hijos. Ninguna ola es un enemigo. Podría sentirse con mucha fuerza. Podría sentirse incómoda, pero lleva dentro de sí un secreto muy profundo.