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Extractos - Miguel Amez Alonso

"Yo soy", la ilusión que da origen al mundo

Por Miguel Amez Alonso

"Antes de conocer esta cognitividad, esta yosoidad, ¿dónde está la ilusión? Antes de la consciencia, ¿dónde estaba la ilusión? La ilusión principal es sólo esta cognitividad yo soy. Antes de eso no había ninguna ilusión. Esta consciencia misma es la fuente de la ilusión. Esta ilusión o consciencia o yosoidad no permanece como algo eterno."

Nisargadatta Maharaj
Sabiduría para alcanzar lo eterno

"Yo soy", "yosoidad", eseidad o consciencia son diferentes palabras que Nisargadatta utiliza para referirse a lo mismo: la sensación que los seres vivos tenemos de ser, de existir, de estar vivos. Este es un aspecto fundamental y al que N.M. se refiere de manera constante. Es muy importante entenderlo bien. De aquí en adelante te recomiendo que cuando se hable de "Yo soy", "yosoidad", eseidad o consciencia tengas presente que se está haciendo referencia a esa sensación de ser, de existir, a esa experiencia tan íntima. Esta "yosoidad" es la primera sensación que nos asalta cuando nos despertamos, y nos acompaña a lo largo de nuestro estado de vigilia. En cambio, cuando estamos en el sueño profundo, nos desmayamos o cuando decimos que una persona ha muerto, esta sensación no está ahí. Lo real es todo aquello que permanece siempre y que no experimenta cambio alguno. Podemos deducir entonces que esta sensación de ser, esta "yosoidad", este "yo soy", es algo irreal, porque aparece y desaparece, no está siempre presente.

Sin "yo soy" no hay mundo

El mundo, y todo lo demás, surgen después del "yo soy". Sin "yo soy" no hay mundo. N.M. compara el "yo soy" con la semilla de un baniano, pequeña de tamaño pero potencialmente un árbol de grandes dimensiones. Asimismo, esta "yosoidad" hace aparecer el inmenso mundo y toda su "Maya". Cuando surge el "yo soy" aparece todo (estado de vigilia). Cuando el "yo soy" se sumerge, se sumerge todo (estado de sueño profundo, desmayo, muerte). Si el "yo soy" es irreal, todo lo que surge de él debe ser también irreal. Por lo tanto el mundo es irreal, es falso, es ilusión y engaño. Sí, es una frase tremenda, que a muchas personas no les va a gustar, porque para ellas el mundo es todo: sus esperanzas, placeres, ansias, sueños, recuerdos, experiencias y un larguísimo etcétera.

Hasta que no se vea con claridad que el mundo es irreal será imposible escapar de la miseria, el sufrimiento y el tormento.

Si el "yo soy" es irreal, y por tanto el mundo que procede de él también es una ilusión, ¿hay algo que sea real? Para afirmar que algo cambia debe haber un trasfondo sin cambio, que sea testigo de dicho cambio. Esté o no presente el "yo soy", siempre hay un trasfondo que es testigo de la aparición y desaparición de esta eseidad: lo Absoluto.

Siempre estuviste en el estado Absoluto, sin saberlo

Tú no sabías que eras, no sabías de tu existencia. Estabas en el estado Absoluto, que siempre prevalece. Sin necesidades de ningún tipo, sin imperfecciones, sin problema alguno. De repente se formó un cuerpo físico a partir de los cinco elementos y la "yosoidad", que está latente en ese cuerpo, empezó a mostrarnos un espejismo, a engañarnos desde el primer momento en que fue sentida. Esta "yosoidad" o consciencia nos muestra el mundo manifiesto, el mundo ilusorio al que ignorantemente consideramos como real. Nada de lo que experimentamos es real, y las experiencias solo tienen lugar mientras esta consciencia está aquí. Y esta consciencia estará aquí mientras haya un cuerpo vivo. Porque la consciencia necesita una forma física, un cuerpo, para poder manifestarse. Todo este juego de la consciencia es Maya, es un fraude. Entender esto es, ello mismo, estar a salvo de la muerte. La muerte del cuerpo hace que la consciencia no se pueda sentir más y, por tanto, tampoco el mundo podrá sentirse. Lo que queda entonces es lo que no desaparece nunca, lo que es antes, durante y después del surgimiento del cuerpo y la consciencia: lo Absoluto, lo Eterno. La "yosoidad", pues, es la fuente misma de toda miseria. Con ella aparece el sufrimiento, la imperfección, la esclavitud de la identificación con el cuerpo. La eseidad, esa sensación de ser, no es nuestra identidad, nosotros no somos eso. Pero es de gran importancia. Mientras esté disponible esa "yosoidad" (y lo estará mientras el cuerpo físico esté vivo), es nuestra mejor herramienta para llegar a conocer nuestra verdadera identidad: lo Absoluto.

Nisargadatta fue uno de esos grandes sabios que venció a la muerte. Para él el juego de la consciencia había sido descifrado, la "yosoidad" y todo lo que ella proyectaba no le pudo distraer y engañar lo suficiente como para impedirle morar en lo Absoluto. Aún estando el cuerpo con vida, aún estando la "yosoidad" intentando hacer de las suyas, Nisargadatta era lo Absoluto. Los que le visitaban para escuchar sus enseñanzas seguramente lo seguían viendo aparentemente como una persona, pero en ese cuerpo hacía tiempo que no había individualidad, ni ego, ni identificación con concepto alguno: lo Absoluto se había conocido como Eterno, distinto de la sensación "yo soy", sin nombre, sin forma, sin origen ni fin.

El encendedor de cigarrillos

Uno de los ejemplos más utilizados por Maharaj en sus charlas para que quienes acudían a escucharle entendiesen mejor el punto clave de la enseñanza, tenía que ver con el encendedor de cigarrillos que él mismo solía llevar. Mostraba el encendedor y les decía a los presentes que el combustible en el encendedor era el cuerpo. Luego lo encendía y al salir una llama decía que la llama era la "yosoidad" ― consciencia ― eseidad:

"Mientras haya combustible (cuerpo), habrá llama ('yosoidad')".

Incluso podemos decir que el encendedor es lo Absoluto. Independientemente de que haya combustible, independientemente de que haya llama, el encendedor estará ahí. Las comparaciones eran muy utilizadas por Maharaj, sabedor de que lo que él intentaba transmitir, a menudo era difícil de asimilar por las gentes. Pero también era consciente de que no todos tenían el mismo grado de comprensión, de manera que a aquellos que habían entendido la importancia de la sensación de ser les indicaba que no era necesario que siguiesen acudiendo a sus charlas.

Es fundamental tener claro lo que es la "yosoidad" y lo que se origina a partir de ella. Este es el primer paso, saber lo que es y cómo funciona.

¿Qué es? Es esa sensación de ser que no estaba aquí, pero que apareció de repente, cuando se formó un cuerpo físico a partir de los cinco elementos. Lo Absoluto nunca tuvo la sensación de ser pero, de repente, esa sensación apareció. Esa sensación estará presente mientras el cuerpo esté con vida. Pero lo Absoluto no es esta "yosoidad", no tiene nada que ver con ella. Lo Absoluto era, es y será siempre, haya "yosoidad" o no.

¿Cómo funciona la "yosoidad"? La "yosoidad" ― consciencia ― eseidad crea el mundo, hace posibles todas las experiencias, es ilusión y miseria. De nuestro estado natural pleno y perfecto, sin necesidades de ningún tipo, ha surgido la "yosoidad", creando imperfecciones, necesidades. En definitiva, esta "yosoidad" es una miseria. Pero, como veremos más adelante, tiene una gran utilidad, los grandes sabios de todos los tiempos la han utilizado y se han servido de ella para encontrar el camino de regreso a lo Eterno. Una vez cumplido el objetivo, la "yosoidad" es trascendida y desechada. Ya no tiene utilidad alguna: solo muestra un espectáculo que es reconocido por el sabio como fútil y fraudulento. Finalmente desaparece con la muerte del cuerpo.

Frases de Nisargadatta

- "En realidad, esta eseidad o conocimiento mismo es la miseria. Antes de la aparición de la eseidad usted no tenía ningún problema; los problemas comenzaron sólo después de su aparición. Repito: con la forma (el cuerpo físico), apareció la eseidad (el conocimiento de que usted existe) y junto con eso, vinieron todos los problemas. Así pues, esta cognitividad o eseidad no es nada más que miseria."

- "La mayoría de la gente es extraviada por el flujo del pensamiento, pero una persona rara se da la vuelta, va a la fuente y se aparta de la ruta de ese flujo original, diciendo, Esto no es mío, no es mi asunto. Esta 'yosoidad' es el producto de la materia objetiva, no es mí mismo. Yo estoy fuera de ella."

- "Esta 'yosoidad' no era; ella ha venido después. La 'yosoidad' ha venido en un cierto momento. Usted sabe que usted es. Antes de eso, esta 'yosoidad' no era. Ella está sujeta al tiempo. Ella ha aparecido; por consiguiente, debe desaparecer."

- "Una vez que comprende que todo esto es una ilusión, usted también está ahí donde no hay ningún ir, ningún movimiento. Cualquier cosa que observe, no la necesita. En el estado de vigilia usted es, de modo que tiene necesidades. En ausencia de 'yosoidad', ¿dónde están las necesidades? No tener conocimiento de ser es una fuente de paz. El descanso completo es olvidarse de uno mismo; entonces, no hay ningún sufrimiento. Todas las necesidades emanan de usted es; usted tiene deseos solo mientras la eseidad está aquí."