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Extractos - Willigis Jäger

Sabiduría de Occidente y Oriente

Visiones de una Espiritualidad Integral

Introducción por Willigis Jäger
Sabiduría de Occidente y Oriente

En todo ser humano anida el anhelo insaciable de una experiencia transcendental o espiritual, aunque ya no se sienta identificado con una religión tradicional. La sociedad "postsecular" busca la experiencia de lo religioso en la vida. El teólogo de la liberación Ernesto Cardenal ve expresado este anhelo diferente y más profundo incluso en la aspiración a cosas materiales, a la fama y el poder: "El hambre invisible de los dictadores por poder, dinero y posesiones, en el fondo, es amor a Dios. El que ama, el investigador, el hombre de negocios, el agitador, el artista y el monje contemplativo, todos buscan lo mismo, es decir, a Dios y nada más que a Dios".

¿Pero, dónde buscar? Agustín, Padre de la Iglesia, dice: "Busca lo que buscas, pero no allí donde lo buscas". En el zen se dice: "Si buscas la verdad, ya estás separado de ella".

Aquí en Occidente, se ha desarrollado en los últimos años un supermercado de la espiritualidad. Orientarse en él no resulta fácil, y es grande el peligro de caer en manos de charlatanes. ¿Dónde buscar, pues?

Con el presente libro, así como con los cursillos y conferencias que doy, quiero señalar perspectivas que ayuden especialmente a las personas que ya no encuentran orientación en las religiones tradicionales.

De aquí en adelante, al utilizar la palabra "Dios", no me referiré a un ser personal externo. Esa palabra apuntará a una "Consciencia Absoluta" que no se capta con la razón. Para mí significa una realidad de fondo que se vierte en todo lo que tiene forma y que, sin embargo, no es esa forma.

En la primera parte del libro me ocupo de los grandes interrogantes existenciales de la humanidad, de preguntas que se han planteado los seres humanos desde siempre, preguntas sobre nuestro origen y nuestro destino, sobre el sentido de la existencia humana.

En la segunda parte me ocupo de la crisis en la que se encuentran desde hace ya tiempo las confesiones cristianas, una crisis que se plasma también en el hecho de que cada vez más personas les van dando la espalda, buscando interpretaciones alternativas sobre el sentido de la vida. Es evidente que la influencia de las religiones institucionalizadas está perdiendo peso mientras que, al mismo tiempo, está despertando una sensibilidad religiosa muy nueva. Al fin y al cabo, las religiones siguen girando demasiado alrededor de sí mismas y no van a la par con el desarrollo del ser humano. También las religiones tienen que transformarse de acuerdo con el desarrollo total del ser humano, con el fin de conducir a una espiritualidad actualizada. Más que nunca les hace falta no ya una reforma, sino una transformación.

En la tercera parte presento un camino espiritual centrado en la esencia de las tradiciones religiosas, que quisiera denominar "Sabiduría de Occidente y Oriente". Es un camino claro, que pretende conducir a una experiencia religiosa transconfesional a todos los que se decidan a recorrerlo. Requiere determinación y confianza en aquellas dimensiones que estén acordes con la cosmovisión y antropología del siglo XXI. Cualquiera puede encaminarse por ese sendero espiritual, independientemente de que pertenezca o no a una religión, sin importar que sea cristiano o no crea en Dios alguno, que esté bautizado o siga cualquier otro credo. El camino de la "Sabiduría de Occidente y Oriente", aquí descrito, lleva más allá de todo dogma y credo.

Su antigüedad se cifra en varios miles de años, se ha incorporado a todas las religiones y, hoy en día, está más actual que nunca. La "Sabiduría de Occidente y Oriente" enseña la estructura básica de los caminos espirituales de Oriente y Occidente como un camino de práctica espiritual que transciende las tradiciones y abarca una formación de la conciencia que integra cuerpo, psique y mente. Este camino comprende formas y rituales inspirados en las tradiciones y conduce a la vida cotidiana como lugar de validación de esa práctica. Se puede andar por él y, al mismo tiempo, quedarse en la confesión a la que se pertenece. Pero también está pensado para todos aquellos que carecen de confesión. Las experiencias místicas que se den en el camino se expresarán en el lenguaje religioso que le sea propio a cada uno. Estas experiencias también se prestan a ser expresadas en forma poética, en un lenguaje psicológico o en imágenes.

En todos los caminos espirituales que nos conducen a nuestro centro interno podemos experimentar que no somos unidades aisladas, sino de que todo es uno. Cuando intentamos verter tal experiencia en palabras, resulta casi imposible no echar mano de imágenes y conceptos con los que estamos muy familiarizados. Para la ciencia, ese lenguaje no es aceptable. Lo que no se presta a ser pesado, contado, medido y calculado no es aceptado por ella. Sin embargo, la experiencia mística va de la mano de procesos neurológicos que pueden medirse, que, "aunque sean poco corrientes, no están fuera del espectro normal de las funciones del cerebro. En otras palabras, la experiencia mística es biológicamente real y perceptible para la ciencia", así lo formula Andrew Neuberg, investigador norteamericano del cerebro y de las religiones, en su libro "El Dios pensado". Es un factor antropológico y una señal esencial del ser humano. Sin embargo, lo que se experimenta escapa a cualquier medición, pues la experiencia ocurre en un espacio de la conciencia transracional. El siguiente ejemplo nos lo aclarará: Un analfabeto mira una poesía, cuenta los versos, mide su número y longitud, etc. Pero así nunca entenderá la poesía.

"La sabiduría de Occidente y Oriente" nos muestra el camino hacia el siguiente nivel del desarrollo de nuestra conciencia. Nos aporta una comprensión muy nueva y nos conduce a una experiencia en la que ya no hay ninguna separación entre Dios y ser humano, sino un despertar continuo de la "consciencia divina" en nosotros. La "Sabiduría de Occidente y Oriente" señala una corriente mística que atraviesa todas las religiones más allá del tiempo. Esa corriente conduce más allá de toda religión hacia la experiencia de la Realidad, hacia la experiencia de la unidad de todo ser. Esa sabiduría eterna significa armonía con la ley cósmica.

El camino místico conduce siempre de vuelta al mundo y a la responsabilidad para con el mundo. Conduce a la acción, al actuar y al prójimo, y es la base de la ética del amor, que nos hace reconocernos a nosotros mismos en el otro. Necesitamos esta experiencia mística para que la Tierra y los seres humanos alcancen el futuro sanos y salvos.

El camino de la "Sabiduría de Occidente y Oriente" dice sí a la vida y no se retrae del mundo. Fenómenos secundarios de ese camino espiritual son: la conciencia de responsabilidad hacia una existencia humana digna, la ecología, la paz y la justicia social. Quizás sea la mística la que ofrezca al mundo la última esperanza para un futuro digno de la humanidad. Su meta consiste en la experiencia de la unidad de todo ser. Ésa es la revolución auténtica que nos aguarda. En esa experiencia, creo, radica la salvación de la humanidad.