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Extractos - Scott Kiloby

Living Realization

Capítulo 8 ― La historia central

Por Scott Kiloby
Scott Kiloby

Volvamos a la discusión del triángulo del yo simulado. Anteriormente dijimos que este triángulo está formado por tres grupos de pensamientos (es decir, los grupos del pasado, del presente y del futuro). Estos pensamientos van acompañados a menudo de emociones. Por ejemplo, cuando pensamos en un pensamiento que nos está amenazando desde el grupo del futuro, se experimenta el miedo junto con el pensamiento. Estos grupos constituyen la estructura del yo simulado.

La estructura del yo simulado es similar a la estructura de un edificio. Cuando hablamos de la estructura de un edificio decimos que el edificio tiene un piso, paredes y un techo. Cada edificio tiene la misma estructura. Cuando hablamos de la estructura del edificio no decimos nada del contenido del edificio. El contenido de un edificio varía de un edificio a otro. Tu casa tiene un sofá, una cama, fotos de la familia en la pared, y otros efectos personales. Tu lugar de trabajo puede tener un contenido completamente diferente que incluye una mesa de trabajo, maquinaria, o archivadores. Del mismo modo, una iglesia tiene un contenido diferente de tu casa y tu lugar de trabajo.

La estructura del yo simulado es la misma para todos. Cada yo separado es una historia temporal basada en el pensamiento y creada y mantenida mediante la identificación con las apariencias (es decir, con pensamientos, emociones, sensaciones, estados, y experiencias). Todo parece estar ocurriéndole a un "yo" en esta historia. La historia se apoya en una contracción física en el cuerpo (es decir, la "contracción del yo"). Este aspecto temporal basado en el pensamiento del yo es el triángulo del yo simulado que hemos comentado anteriormente. Se compone de los tres grupos mencionados anteriormente. Pero decir que se compone de los tres grupos no dice nada sobre el contenido de esa historia basada en el pensamiento.

En este capítulo, hablaremos del contenido en lugar de la estructura. El contenido actual del falso yo es diferente para todos. Aquí, nuestro objetivo no es reorganizar el contenido, encontrar un mejor contenido, deshacerse del contenido, contar una historia mejor, o psicoanalizar la historia. Nuestra intención no es más que la de iluminar el contenido actual de la historia central. En esta iluminación, puede ser posible ver los aspectos particulares que conforman la "historia central" de quién tú crees que eres. Al reconocer estas apariencias, la invitación es siempre la misma:

Reconoce la conciencia presente y, sin tratar de manipular las apariencias, observa que todas las apariencias son inseparables de la conciencia.

Todo lo que se necesita es este reconocimiento. Resuelve la crisis de identidad plena y definitivamente. Llegamos a saber que no somos historias. No somos pensamientos, emociones, estados, sensaciones o experiencias. Estas apariencias son movimientos temporales de la conciencia que es nuestra verdadera identidad. Y por lo tanto no declaramos la guerra a estas historias, incluyendo nuestra propia historia o la de cualquier otro.

Una simple definición práctica de la historia central es "una palabra o una frase que mejor resume el contenido actual del yo simulado". La historia central es un bucle conceptual muy personalizado que parece persistir durante toda la vida. El bucle continúa siempre que hay un apego energético a las apariencias específicas (pensamientos, emociones, estados, sensaciones, experiencias, etc.) que constantemente refuerzan la historia. Este refuerzo persistente mantiene la ilusión del yo separado temporal basado en el pensamiento. Reconociendo la conciencia presente como el espacio cognoscente claro, vacío, dentro del cual estas apariencias van y vienen se resuelve esta crisis de identidad. Entonces se da uno cuenta de que se estaba produciendo una percepción errónea. Pensábamos que éramos las historias temporales. En cambio, nuestra verdadera identidad es el espacio intemporal en el que esas historias aparecen. Vemos que no hay un camino a lo que somos. Nosotros ya somos lo que somos. Este reconocimiento es todo lo que se necesita.

Identificando la Historia Central

Cada persona tiene una historia central individualizada. Puede haber muchas facetas de la historia, muchos detalles, adornos, y subtramas. Pero siempre hay al menos una historia central. Esa historia central particular es la lente central a través de la cual la persona ve e interpreta la vida.

Pongamos como ejemplo a María, un personaje ficticio para ilustrar la "historia central" y cómo se crea el sufrimiento, la búsqueda y el conflicto.

María es una víctima. Esa es la historia central. Desde el punto de vista victimista de la historia central de María, la vida la ha tratado muy mal, otras personas tienen una buena vida, ella es una víctima de las circunstancias del pasado, y el futuro parece sombrío (más de lo mismo). Cada uno de esos pensamientos es un punto focal que apoya su historia central. Hay emociones específicas que surgen en relación con esos pensamientos. Por ejemplo, cuando piensa en lo malo que ha sido su pasado, siente resentimiento, carencia y soledad.

La historia central de María es muy similar a una película que se proyecta desde su mente. Su interpretación de la vida no se siente como una historia. Se ve y se siente muy parecida a la realidad. A María, la vida realmente la ha tratado muy mal, otras personas tienen una buena vida, ella es una víctima, y ​​el futuro parece sombrío. Decirle a María que ella es la "conciencia pura" no se registra en ella. Ella no está mirando actualmente desde la perspectiva de la conciencia pura intemporal. Está mirando desde la perspectiva de una lente temporal basada en el pensamiento (es decir, desde la historia central), cuyo contenido puede resumirse en la frase: "Yo soy una víctima".

Hasta que María no identifique su historia central particular, está destinada a seguir interpretando la vida a través de su lente. Está destinada a permanecer dentro del bucle conceptual de victimismo. Sin su historia central, ella no es nadie. Así que la película del victimismo que constantemente se está proyectando y los sentimientos dolorosos que surgen en relación con la película proporcionan familiaridad. Ella se aferra al dolor, porque es todo lo que conoce. La vida sin la historia, y su dolor correspondiente, es inconcebible.

Las personas y circunstancias en la vida de María actúan como un espejo para María. Con el fin de seguir siendo una víctima, María debe seguir viendo a los demás como "no víctimas". Por ejemplo, María verá a sus amigos como más afortunados, más atractivos, o más hábiles que ella. También debe haber culpables en la vida de María para que ella continúe siendo una víctima. Este es el espejo de la relación dualista. Es una herramienta importante para el reconocimiento de la separación. Por ejemplo, una persona espiritual necesita de otras que se consideran "no espirituales". Una persona atractiva necesita de personas poco atractivas. Un sabelotodo necesita de otras que no saben. Estas son las historias que contamos sobre nosotros mismos. Otras personas no son más que los espejos que refuerzan nuestras historias centrales.

Puede ser útil si María anota los puntos focales que conforman su historia central. Cuando anota los puntos de vista centrales que conforman la historia, ella está ahora mirando un pedazo de papel que contiene los detalles de su propia historia. Ha pasado de mirar a través de la lente de víctima a mirar un pedazo de papel que contiene los puntos focales. Ve por primera vez que lo que consideraba un yo es en realidad un conjunto de puntos de vista que aparecen dentro de la conciencia. Sólo este ver le permite descansar como conciencia en lugar de seguir enfatizando los puntos focales que dan sentido al yo.

La "víctima" es sólo una de las muchas historias centrales posibles. Quizás te veas en una de las historias centrales en la lista de abajo. Tal vez tu historia no se encuentra entre ellas. En cualquier caso, puede ser útil para identificar el contenido exacto del punto de vista más central que te define. Esta es la lista:

Buscador
Encontrador
Sabelotodo
Persona atractiva
Persona poco atractiva
Cuidador
Arreglador
Víctima
Controlador
Persona Espiritual
Persona no espiritual
Persona iluminada
Persona no iluminada
Empleado
Empleador
Madre
Padre
Hijo
Hija
Esposa
Marido
Atleta
Profesor
Persona enojada
Buena persona
Mala persona
Sobreviviente
Doctor, secretaria, ingeniero (u otra etiqueta profesional)
Espíritu libre
Persona sana
Persona enferma

Es muy tentador aferrarse a estas historias, o analizarlas, manipularlas y desear cambiarlas ― para hacerlas mejores. Pero tratar de manipular las apariencias sólo refuerza la identificación con ellas. Sólo la historia trataría de cambiar la historia. Sólo la historia busca satisfacción o un final feliz en el futuro. Sólo el pensamiento trata de deshacerse, mejorar, o hacer cualquier cosa con el pensamiento. La invitación en este capítulo no es manipular las apariencias dentro de tu historia central o encontrar las razones por las que tu historia se produjo. Es simplemente ver la historia como lo que realmente es. Esta visión tiene lugar sólo en el presente. Es un ver presente, no ahondar en el pasado. Es así como surge la verdadera visión. La historia es un bucle egocéntrico (centrado en el yo) que sólo quiere seguir dando vueltas. Quiere seguir en su sueño de separación y de tiempo. Esta continuación sucede cuando se manipulan las apariencias. La invitación en este capítulo es similar a encender una linterna en un cuarto oscuro para ver los muebles. No queremos mover los muebles de lugar. No estamos tratando de contar una historia diferente. Estamos iluminando la historia ― alumbrando con la luz en la habitación para ver el contenido. Una vez que es visto el contenido de tu historia central, se ve que es una apariencia en lo que eres. Lo que eres es la pura conciencia desnuda que ve la historia central. Este ver es todo lo que se necesita.

Reconoce la conciencia presente ahora mismo. No trates de manipular tu historia central. Ve que tu historia central y todas las apariencias que la componen no están separadas de la conciencia. Tu verdadera identidad es la conciencia.