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Extractos - Ramesh Balsekar

La Realización del Ser en la vida cotidiana

Por Ramesh Balsekar

La esencia de la Realización del Ser es darse cuenta de que ninguna acción es hecha por una entidad individual, sino que es un suceso que tiene lugar de acuerdo con la Ley Cósmica.

 
Ramesh Balsekar

La Realización del Ser es la comprensión total y directa de que la fuente de toda felicidad es la Fuente (el Ser) dentro de uno mismo y no los objetos externos que uno considera que le han aportado felicidad. Lo único que los objetos externos han hecho es conducirle por un instante hacia el Ser en su interior y han prendido la mecha de la felicidad del momento. Cuando esta Realización del Ser tiene lugar, uno no necesita depender de los objetos externos para alcanzar la felicidad. Uno se da cuenta de que lo único que aporta el objeto externo es una sensación de placer que surge de la base de paz y ecuanimidad que constituye el Ser.

Lo que el buscador está buscando es una llave maestra para la Comprensión Final. La llave maestra es ésta: desde el punto de vista de la entidad individual ilusoria los problemas nunca cesan; desde el punto de vista del funcionamiento fenoménico completo, los problemas nunca surgen. Esto es así debido a que la Consciencia es lo único que existe, y todo lo que no encaje en este enfoque global no puede tener ninguna sustancia, debe ser algo ilusorio. Esto incluye la entidad individual ilusoria dotada de la sensación de autoría personal de las acciones que suceden a través de la misma. La verdadera comprensión es impersonal, nouménica: sólo podemos SER la Comprensión.

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La puerta a la Comprensión Final nunca está cerrada. El problema es que el buscador busca una llave maestra. Durante el "proceso" que conduce a la Comprensión Final (pues la Comprensión Final implica la ausencia total de preguntas), la última pregunta que permanece es: si nada ha sucedido realmente y la manifestación fenoménica es tan sólo un espejismo que ha surgido y que finalmente se fundirá con la Fuente, ¿cómo debe uno vivir en este mundo?

Nisargadatta Maharaj mencionaba a menudo que la vida es como un sueño, como un escenario donde los distintos actores representan su papel sin que en ningún momento olviden cuál es su verdadera identidad. Un actor experto que desempeñe el papel de un rey no ignora en ningún momento que en la vida real no es más que un pobre. En el día a día lo único que tenemos que hacer es desempeñar nuestros papeles con naturalidad y aceptar aquello que el flujo de la vida trae según el gran plan de la totalidad del funcionamiento fenoménico. Lo único que se espera de cada uno de nosotros (y, en realidad, lo único que podemos hacer) es que vivamos conforme a nuestra naturaleza, es decir, conforme a la programación del aparato psicosomático, y dejar que la comprensión de nuestra verdadera naturaleza produzca los cambios que considere necesarios, sin ninguna sensación de volición por nuestra parte. Cualquier intento por controlar nuestra naturaleza sólo puede resultar en la supresión de la misma, con todas las consecuencias adversas que esto conlleva.

Lo único de verdad necesario en nuestro día a día es atestiguar todo aquello que sucede en la vida —incluidos los pensamientos y las acciones del "yo"— mientras uno permanece pasivamente consciente de su verdadera naturaleza. Entonces uno no deseará cambiar Lo-Que-Es para convertirlo en "lo que debería ser", pues la Comprensión última lleva consigo la aceptación de que la totalidad de los "yoes", desprovistos de la relación sujeto-objeto, constituye en realidad el "YO" subjetivo eterno que se expresa objetivamente como manifestación fenoménica.

Para el buscador espiritual, una dificultad aparentemente insuperable sobre la Realización del Ser es el concepto de "separación". Una vez tras otra y en boca de distintos Maestros, el buscador ha escuchado que la Realización del Ser no puede tener lugar mientras el individuo albergue la noción de que uno está separado de los otros seres humanos. Pero al buscador le resulta imposible aceptar, incluso de manera intelectual, que él como entidad —como "yo" o ego-hacedor— no está separado de los demás egos-hacedores. Sin embargo, en las distintas enseñanzas se prescriben varios métodos que el buscador debe practicar para que "él" acepte que no es una entidad separada. El resultado: hay cientos de buscadores que se encuentran sumidos en una frustración tan profunda que incluso algunos han considerado la idea del suicidio. Y todo ello es una verdadera pena, pues la solución a la dificultad anterior es asombrosamente sencilla.

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¿Cuál es este sencillo principio que la entidad separada debe conocer y que haría que el ser humano aceptara que no hay en realidad separación entre los millones de seres humanos? Este sencillo principio consiste en saber que cada ser humano es un instrumento programado de forma única y separado de los demás instrumentos, a través del cual la misma Energía Primaria (o la Consciencia, o Dios, o cualquier otro concepto similar) funciona y produce aquello que se supone que debe suceder conforme a la Ley Cósmica. Por tanto, sólo existe separación en lo relativo a la apariencia externa de los distintos instrumentos humanos, pues el elemento que los hace funcionar es el mismo en todos: la Fuente o, utilizando otra terminología, la Energía Primaria, la Consciencia —como la denominan los Upanishads— o Dios. La Energía Primaria funciona a través de cada aparato humano, dotado de una programación única, de la misma forma que la electricidad funciona a través de cada aparato eléctrico y produce exactamente aquello para lo que éste está diseñado. Ésta es la razón por la cual se puede decir que en nuestra vida cotidiana la separación existe y, a la vez, no existe.

 

A modo de recapitulación, mi concepto básico sobre el Advaita es que los seres humanos no son entidades individuales con volición y libre albedrío, sino meros instrumentos cuerpo-mente programados a través de los cuales funciona la Energía Fundamental. En realidad, no hay ninguna entidad individual responsable de ninguna acción. Todas las acciones y sus resultados o consecuencias suceden según la voluntad de Dios. No hay necesidad alguna de culparse a uno mismo o de culpar a los demás por las consecuencias de una acción. Por lo tanto, uno no lleva a cuestas ninguna carga de culpa o vergüenza por sus acciones, ni odio ni malas intenciones hacia ningún otro. Esto es lo que provoca el alivio del estrés y la tensión.

 

La esencia de la Realización del Ser es darse cuenta de que ninguna acción es hecha por una entidad individual, sino que es un suceso que tiene lugar de acuerdo con la Ley Cósmica.