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Extractos - Swami Satyananda Saraswati

El jñana Yoga: el camino del conocimiento

Por Swami Satyananda Saraswati
Satyananda

El Jñana Yoga es el camino del conocimiento supremo, conocimiento de Brahman. En este marga, la liberación o moksha se consigue cuando el adepto reconoce la identidad entre su esencia individual, o jiva, y Brahman, la Realidad Suprema. Los textos describen tres pasos en el camino del jñana, también llamado Advaita Vedanta, que son: shravana, escuchar de un gurú o maestro cualificado la enseñanza upanishádica de la realidad no dual (el gurú del camino del jñana ha de ser shrotriya, es decir, ha de tener un conocimiento profundo de las escrituras para enseñar adecuadamente, y brahmanishtha, es decir, ha de estar firmemente establecido en Brahman); manana, recordar y reflexionar intensamente sobre la enseñanza; y nididhyasana, la contemplación y meditación de la verdad no dual, que se convierte en natural, constante y transformadora en el adepto, hasta que llega al objetivo del camino con el pleno reconocimiento de sarvam kalvidam brahma (1), "todo esto es Brahman".

La esencia del Jñana Yoga la encontramos en la enseñanza de las Upanishads y en los comentarios tradicionales como los de Gaudapada y de Shankaracharya. Tradicionalmente se considera que el Jñana Yoga es apto para pocas personas, ya que requiere una intensa purificación y preparación interiores. En este sentido, los textos tradicionales insisten siempre en las cualidades necesarias del discípulo para poder acceder a él:

  • Viveka: discernimiento entre lo real, sat (la Realidad Suprema, Brahman), y lo que no es real, asat (todo lo que se encuentra en el reino del tiempo, espacio, causa, efecto, nombre y forma).
  • Vairagya: desapego de todo lo que es asat, irreal o temporal, para centrar la concentración y la energía del aspirante en su propia realidad trascendente.
  • Shatsampat (las seis joyas): shama (una mente tranquila y aquietada), dama (unos sentidos controlados), uparati (concentración en la indagación), titiksha (fortaleza para soportar los pares de opuestos como frío-calor, alabanza-insulto), shraddha (plena confianza en la enseñanza del gurú y de las escrituras) y samadhana (estar en ecuanimidad y en la concentración constante de la Realidad Una).
  • Mumukshutva: intenso deseo de liberación y de trascender toda limitación.

Con estas cualificaciones, el jñana yogui, bajo la guía adecuada y por medio de una intensa práctica de autoindagación o vichara, llega a reconocer la plenitud de su ser y adquiere el denominado "ojo del conocimiento" o jñana chakshus, y es ya para siempre consciente de la Realidad Suprema.

La tradición del jñana es milenaria, y ya en la Antigüedad upanishádica encontramos mahatmas como Yajñavalkya, Vashishta y Gargi; más adelante, en la Edad Media, Shankara, Sureshvara y Vidyaranya son algunos de sus exponentes relevantes; y en plena contemporaneidad podemos citar a Ramana Maharshi, Nisargadata Maharaj y Atmananda Krishna Menon, entre otros.

Hoy día, en Occidente crece un movimiento denominado neo-advaita. Muchos de sus exponentes, aunque aparentemente beban de las fuentes del advaita, niegan la importancia de las cualificaciones del discípulo, ignoran la necesidad ―tan subrayada en los textos tradicionales― de las prácticas de purificación interior, y se amparan en un nuevo tipo de "igualitarismo espiritual" o creencia ―que muchas veces nace de un escaso conocimiento de la tradición― de que todo el mundo está preparado para la "iluminación instantánea".

Notas:
  1. Chandogya-upanishad, III,14,1
Fuente: Swami Satyananda Saraswati. El Hinduismo (Fragmenta, 2014)