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Extractos - Bonnie L. Greenwell

El salto del espíritu

Introducción por Bonnie L. Greenwell
El salto del espíritu

Estaba en una isla haciendo senderismo. En un momento determinado levanté la vista para contemplar una corriente de agua que llegaba hasta un terreno colindante. De repente, me di cuenta de que todo lo que formaba parte de mi interior estaba fuera de mí. Y al contrario: todo lo externo estaba ahora dentro de mi ser. No había separación alguna. El agua, las colinas, los árboles, la tierra... Todo estaba dentro de mí. Y mis huesos, mi sangre, mi carne y mis órganos estaban en ellos. Todos éramos uno. Después, ya de vuelta con el grupo del retiro, tenía la sensación de que todos habían perdido sus límites. Estas experiencias me produjeron una profunda sensación de fascinación y sobrecogimiento impregnado de conciencia espaciosa.

La historia de Louise es una de las miles que he ido reuniendo en los más de treinta años que llevo asesorando a personas que han tenido breves destellos de despertar. Son momentos en los que el espíritu da un salto. He titulado este libro El salto del espíritu para tratar de capturar la esencia del despertar repentino. Adyashanti, que pasó quince años de su vida practicando zen, fue quien me habló de la antigua tradición zen que sirvió de inspiración para el título. Según él, antiguamente los maestros deambulaban por las salas de meditación sosteniendo un estrecho bastón, atentos a cualquier practicante que pudiera encontrarse a punto de alcanzar el despertar espiritual. Cuando veían a alguno de ellos en esta situación, le golpeaban con el bastón en la parte superior del omóplato, cerca del lateral del cuello. La sacudida hacía que la energía del meditador saliese despedida hacia arriba por la cabeza y que este quedase sumido en un satori (es decir, que experimentase una iluminación repentina). Si bien dicha práctica ya no está vigente hoy en día, sigue siendo igualmente posible que el espíritu «dé un salto» de forma espontánea cuando el individuo se encuentra en meditación, o incluso sin que exista un contexto específico, como, por ejemplo, durante la práctica de alguna actividad tan común como el senderismo.

Cuando se produce este salto espiritual, es muy probable que la sacudida nos sumerja en un estado energizado, que nos abramos a un sentido de amplitud y espaciosidad, o que sintamos que nos hemos liberado por completo de nuestra identidad personal. Puede parecernos algo sumamente extático y dichoso, radiante, maravilloso, alegre y delicadamente revelador. Esto es lo que se conoce como gracia. Pero este salto del espíritu también puede estar lleno de dificultades y suponer todo un reto, especialmente cuando no contamos con ninguna clase de preparación previa, cuando hemos vivido algún acontecimiento traumático en el pasado, cuando arrastramos un largo historial de adicciones, o también en el caso de que hayamos reprimido los recuerdos de algún tipo de abuso. Si nadie de nuestro entorno entiende la experiencia, es muy fácil que la belleza y el potencial del despertar queden descartados o sean suprimidos.

Un despertar es un cambio trascendental de la conciencia que trae aparejada una comprensión radicalmente distinta de quién somos. Es parte del viaje espiritual hacia la paz y la integridad (la completitud), y a menudo nos aporta una nueva fuente interna de sabiduría y altera las expresiones externas de nuestra vida. Al sumergirnos en esta aventura de forma deliberada, aprendemos a sentirnos como en casa en lo que verdaderamente somos (que, ahora lo sabemos, no es lo que pensábamos que éramos). Las experiencias de despertar que se presentan en nuestro camino responden al anhelo de verdad que sentimos, a nuestras «ganas de Dios», de unidad o realización, pero, a medida que la nueva percepción que nos aporta el despertar va estabilizándose, dejamos de sentir la necesidad de proseguir con nuestra búsqueda espiritual.

El despertar se da en todas las culturas y constituye un potencial humano universal. Aunque existen muchas evidencias de esto, son pocos los maestros espirituales, instructores de meditación, profesionales médicos, terapeutas o maestros de yoga que saben reconocer el modo en que nos afecta el despertar. La mayoría de ellos no puede brindarnos ningún apoyo. El salto del espíritu pretende ofrecer un paradigma útil tanto para buscadores como para maestros espirituales, ya que describe las dinámicas que suelen experimentarse cuando un destello inicial de despertar desemboca en un proceso que nos lleva hacia la liberación. Mi objetivo es ayudarte a comprender estos fenómenos para que cuentes con un cierto apoyo cuando te encuentres con ellos y dispongas de una serie de herramientas que te ayuden a confiar en el proceso, a fin de que seas capaz de relajarte en él a medida que evolucione.

Empecé a interesarme por este tema después de que yo misma tuviese una experiencia de despertar. Tenía catorce años cuando, tras la repentina muerte de mi madre, mi corazón se blindó en un intento de protegerme del amor. Mi fe en Dios quedó hecha añicos. Posteriormente, en la década de los sesenta, como madre joven que era, me involucré en el «movimiento de los encuentros» (1), lo que hizo que empezase a profundizar en mi propio mundo interior. Me di cuenta de lo terriblemente vacía que me sentía y de hasta qué punto esto limitaba mi vida, así que emprendí una búsqueda de significado bastante ecléctica. Durante los quince años siguientes me inicié en el estudio del análisis jungiano, realicé prácticas de meditación tanto de la tradición budista como de la del yoga, conseguí mi título de maestría en Orientación Psicológica y después me matriculé en un programa de doctorado en Psicología Transpersonal que combinaba la psicología con prácticas espirituales y técnicas terapéuticas basadas en el trabajo corporal.

Un día, después de una sesión de ejercicios de respiración especialmente intensa, un torrente de energía se derramó por todo mi cuerpo y me sumió en un éxtasis que nunca antes había conocido. Este despertar hizo que me sumergiese cada vez más en la práctica de la meditación y supuso el inicio de un proceso de transformación que acabaría alterando todos los aspectos de mi vida personal y profesional. Desde entonces, esa energía se ha mantenido vibrante en mi vida y me ha abierto a muchas y muy variadas aventuras. Escribí una disertación sobre la kundalini (como pronto explicaré, esta es la energía del despertar en las tradiciones yóguicas), viajé a la India, fundé junto con otras personas una organización relacionada con la investigación de la kundalini, comencé a trabajar a nivel internacional y conocí a Adyashanti, mi maestro, quien me introdujo en niveles mucho más profundos del conocimiento de mi propio ser.

Desde 1990 he trabajado con hombres y mujeres pertenecientes a prácticamente todas las tradiciones espirituales existentes y los he atendido y asesorado mientras se encontraban inmersos en el proceso del despertar, aunque también he conocido a muchas otras personas que han despertado sin pertenecer a ninguna tradición particular. Mi propio proceso y las experiencias que miles de clientes han compartido conmigo me han permitido alcanzar una comprensión bastante completa de las muchas vías que conducen a la realización y al despertar como un proceso natural. En este libro comparto una serie de historias sobre este viaje de transformación con la esperanza de poder transmitir la idea de que el despertar es un derecho de nacimiento para todos aquellos que anhelen alcanzarlo. Si bien los relatos son completamente reales, se han modificado los nombres de sus protagonistas.

El apoyo o el respaldo que ofrezco para ayudar a vivir con estas experiencias de transformación a quienes hayan podido tenerlas se fundamenta en mi propia experimentación, en años de escuchar y acompañar a otras personas y en mis propias investigaciones sobre el devenir del despertar en diversas culturas. Dicho apoyo se basa en una combinación de tradiciones dualistas y no-dualistas, ya que ambas perspectivas me han influido en gran medida. He aprendido a valorar tanto la experiencia puramente humana como la capacidad de la conciencia para evolucionar y trascender nuestras limitaciones. Adyashanti lo describe de una forma muy adecuada: «En términos espirituales, la condición humana forma parte de una fase natural de la evolución de la conciencia, la cual intenta volverse consciente de sí misma a través de una forma. [...] Cuando despertamos, la conciencia evoluciona a través de una forma humana. Cuando en este proceso llegamos al punto de trascender la separación, decimos que el ser humano que despierta está liberado».

Entre los muchos y muy diversos campos o áreas en las que se divide la espiritualidad es difícil encontrar a maestros no-duales que valoren la kundalini (el término que se emplea dentro del yoga para referirse a la energía que permanece enroscada en la columna vertebral y que puede despertar en el proceso de desarrollo espiritual). Con frecuencia, estos maestros ni reconocen ni abordan la plétora de experiencias que aparecen cuando esta fuerza vital se activa plenamente. Por lo general, las escuelas de pensamiento no-dual consideran que la vida humana no es más que una ilusión, y se enorgullecen de proclamar que nada existe (lo cual, como es lógico, incluye también a cualquier experiencia mental o física). En dichas escuelas a los discípulos se les alienta a ignorar los fenómenos.

Por su parte, quienes creen que la kundalini es el mecanismo que conduce a la iluminación suelen mostrarse escépticos respecto a las enseñanzas no-duales que sostienen que el despertar puede ser repentino y darse sin que haya habido ninguna clase de preparación previa. En este caso, se da por hecho que el cuerpo juega un papel fundamental en la transformación, lo que hace que la preparación a través de las prácticas resulte esencial.

Personalmente, muchas veces he estado con un pie puesto en la primera de estas perspectivas y el otro en la segunda. Aunque acojo de buen grado la comprensión de que desde un punto de vista no-dual nada está sucediendo realmente, no puedo evitar ver y percibir el así llamado «mundo de los sueños» que es la vida, con todas sus complicaciones, problemas, dificultades, sufrimientos y posibilidades. Siento que vivimos en dos mundos al mismo tiempo: el de la conciencia infinita y el de las expresiones ordinarias de la vida material. En mi opinión, somos las asombrosas expresiones de la forma que se dan en el seno de una inmensidad eterna e ilimitada. Aparecemos precisamente para eso, para poder tener las experiencias que tenemos. En este libro trato de unificar ambos puntos de vista. El relato con el que he comenzado es un claro ejemplo de este enfoque, ya que Louise experimentó un despertar repentino mientras caminaba por una isla, pero también estaba convenientemente arropada por el entorno propicio que proporciona un retiro grupal.

Otro puente que trato de tender en este libro es el que procura contrarrestar la suposición de que el cristianismo y el judaísmo son tradiciones exclusivamente dualistas. Cuando leemos sobre Dios y exploramos su significado (por supuesto, más allá de la perspectiva del feligrés que acude a la iglesia con un interés personal en presentar a Dios o a Jesús como un «otro», como algo distinto de sí mismo) con la intención de conocerlo del modo en que lo conocieron los místicos, constatamos que en esta clase de literatura hay muchos momentos de unión directa. Por ejemplo, podemos escuchar a Jesús ofreciendo enseñanzas no-duales cuando dice: «Yo y mi Padre somos uno», «Yo soy el que soy» o «El reino de Dios está dentro de vosotros». La cábala también está repleta de imágenes de unión. Esta es la razón por la que en esta obra incluyo ciertas nociones sobre lo divino, menciono a Dios e introduzco puntos de vista provenientes de la tradición judeocristiana.

Espero que en estas páginas puedas ver reflejados elementos de tu propia historia personal. El texto está diseñado para ser absorbido en tres niveles distintos: su intención es que tu mente comprenda y pueda relajarse, que tu espíritu resuene con estas ideas y confíe en lo que te está sucediendo, y que te inspire para que puedas desarrollar en la vida diaria tu propia actividad auténtica.

El salto del espíritu describe las experiencias del proceso de despertar que conducen a la liberación. Te servirá de ayuda a la hora de reconocer las muchas maneras en las que el despertar se pone en marcha y se va desarrollando en tu vida; en él encontrarás apoyo tanto para las alegrías como para las dificultades y los desafíos que encontrarás en este viaje; te ofrece herramientas para la transformación y para afianzarte firmemente; y también te servirá como inspiración para expandir tu conciencia tanto en tu propio interior como en el mundo. Espero que explores estas páginas con una mente y un corazón abiertos, que te dejes conmover por la posibilidad de que tú mismo alcances el despertar (así como de que puedas ofrecer apoyo y sustento a otros para que también lo alcancen) y que sientas la enorme felicidad que la experiencia espiritual puede traer tanto a tu vida como a la de todos aquellos que comparten sus historias contigo.

Notas:
  1. El Encounter Movement fue un movimiento social que surgió en Estados Unidos a finales de los sesenta y principios de los setenta que reivindicaba las posibilidades del contacto físico interpersonal y del entrenamiento sensorial como forma de sanación. (N. del T.)
Fuente: Bonnie L. Greenwell. El salto del espíritu (Gaia, 2020)