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Extractos - Angelus Silesius

Dios vive en una luz

Por Angelus Silesius
 
Angelus Silesius
  1. Dios vive en una luz
    a la que no lleva camino.
    El que en ella no se transforme,
    no le verá en toda la eternidad.
  2. Fundiéndome en Dios,
    entonces llegó allí,
    donde he estado eternamente
    antes de mí mismo.
  3. Viajas mucho por el mundo
    para ver y averiguar.
    Si no has visto a Dios,
    nada has visto.
  4. Oh, Ser, al que nada se asemeja,
    Dios está completamente en mi exterior,
    y también completamente en mi interior.
    Totalmente allí y también totalmente aquí.
  5. La Divinidad es una fuente
    de la que todo mana
    y a la que todo retorna,
    y por eso también es un mar.
  6. La rosa carece de porqué,
    florece porque sí.
    No hace caso de sí misma,
    no pregunta si se la ve.
  7. Hombre, descubre tu Ser,
    pues cuando pase el mundo,
    lo accidental desaparecerá,
    El Ser sí existirá.
  8. La Escritura es Escritura, y nada más.
    Mi consuelo es el Ser.
    Y el que Dios hable en mí
    la Palabra Eterna.
  9. La Luz esplendente
    no se verá mejor
    en esta vida que cuando uno
    se haya adentrado en la oscuridad.
  10. El culmen de la bienaventuranza
    tan sólo consiste en esto:
    El que uno debe haber nacido
    en su Ser de Dios.
  11. Qué necia es la persona
    que bebe del charco,
    despreciando la fuente
    que nace en Su casa.
  12. Quién lo hubiera dicho:
    de la oscuridad viene la Luz,
    la vida de la muerte,
    el Algo de la Nada.
  13. La oración más noble
    es cuando el orante
    se convierte íntimamente en aquello
    delante de lo que se arrodilla.
  14. La obra más querida que llena
    el corazón de Dios,
    es que puede hacer que nazca su Hijo en ti.
  15. Aunque Cristo naciera
    mil veces en Belén
    y no en ti, tú estarías
    perdido por siempre jamás.
  16. Yo mismo soy la eternidad
    cuando dejo atrás el tiempo
    para recogerme en Dios
    y Dios en mí.
  17. El tiempo es como la eternidad,
    y la eternidad como el tiempo,
    siempre que tú mismo
    no hagas una diferencia.
  18. Ay, no dudes,
    nace en Dios solamente
    y serás elegido
    para la vida eterna.
  19. Amigo, si eres algo,
    no te quedes parado.
    Hay que salir de una luz
    para entrar en otra.
  20. La gota se hace mar
    cuando entra en la mar,
    el alma Dios, cuando
    está acogida en El.
  21. Detente ¿adónde vas?
    el cielo está en ti.
    Si buscas a Dios en otra parte,
    jamás darás con El.
  22. La lluvia no cae para sí,
    el sol no luce para sí.
    Y tú también estás hecho para los demás,
    no sólo para ti.
  23. Ay, si fuera yo en el tú
    y tú en el yo un Uno,
    ya puede ser el cielo
    mil veces cielo.
  24. Yo soy el otro Ser de Dios;
    tan sólo encuentra en mí,
    lo que será igual y semejante
    a El en la eternidad.
  25. Las personas parlotean mucho.
    Quien sabe rezar espiritualmente,
    puede acercarse tranquilamente
    a Dios con la A y la O.
  26. ¿Crees tú, oh pobre hombre,
    que el griterío de tu boca
    es el canto de laudes adecuado
    ante el silencio divino?
  27. Si quieres conocer al hombre nuevo
    y su nombre,
    pregunta antes a Dios,
    cómo suele llamarse El.
  28. Quien ve en el prójimo solamente
    a Dios y a Cristo,
    ve con la luz
    que brota de la Divinidad.
  29. Igual que hay unidad
    en cada cifra,
    así también Dios, el Uno
    está en todas las cosas.
  30. Desde el principio, Dios
    es el Creador de todas las cosas
    y su patrón también;
    por ello, ninguna es insignificante.
  31. Hombre, no hay nada imperfecto:
    la piedra se parece al rubí.
    La rana es tan bella
    como el ángel Serafín.
  32. El que haya interiorizado
    sus sentidos,
    aquél oye lo que no se dice
    y en la noche ve.
  33. Antes de que existiera
    yo era Dios en Dios;
    por eso podré volver a serlo
    si muero a mí mismo.
  34. Quien quiera discutirme
    la perfección que tiene Dios,
    tendría que cortarme antes
    del tronco de su vid.
  35. Un hombre verdaderamente pobre,
    tiene todas sus miras puestas en nada.
    Aunque Dios mismo se le diera,
    yo sé que no le poseería.
  36. En el Uno todo es Uno;
    si dos se vuelven a adentrar,
    serán esencialmente
    un Uno único con El.
 
Extractos de "El peregrino querúbico"

Fuente: Revista SER - Una aproximación a la no-dualidad (Nº 8, 1.995)