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Baal Shem Tov

Baal Shem Tov

El rabí Israel Ben Eliezer (1698-1760), fundador del jasidismo, conocido como el Baal Shem, (“El buen Maestro del Nombre”, o “Maestro del buen Nombre”, dependiendo de la traducción), nació en el sur de Polonia, en la actual Ucrania, en 1698. Aunque los primeros años de su vida están envueltos en un velo de misterio, sabemos que en su juventud se retiró a un paraje solitario de los montes Cárpatos, donde se sumió en la contemplación, la oración y el estudio de la Torá y la Cábala.

Este bondadoso rabí se ganó una reputación de amigo de los enfermos y los desheredados, así como de hacedor de milagros. En vez del ayuno y el ascetismo, el Baal Shem Tov “alentaba a practicar con alegría la oración, el canto y la danza, y a participar de la vida comunitaria como medios de alcanzar el deveikut (la comunión con Dios). Recomendaba liberarse de los pecados del pasado y descubrir el éxtasis en el ahavat HaShem (el amor de Dios). Lo Divino, según las enseñanzas del Baal Shem, podía encontrarse en todos y cada uno de los aspectos del universo; no era cualidad exclusiva de las sinagogas, los rabíes o los textos sagrados, sino que la oración y la práctica de mitzvot (buenas obras) conectaban directamente al devoto con lo Divino.

Imaginen un cuarto pequeño y austero, o stubel, donde un rabí jasídico, o zaddik, actuaba como mediador entre la humanidad y Dios, dispensando sabiduría a quienes, con espíritu de inquebrantable entrega y obediencia, se consideraban sus discípulos. La atmósfera era de sencillez y de seriedad en el estudio; los estudiantes, personas humildes ―encuadernadores, cocheros, cobradores de impuestos, posaderos― que buscaban la santidad en la cotidianeidad de sus vidas. Los cuentos del Baal Shem Tov eran fuente de esperanza e inspiración para afrontar el lado prosaico de la existencia, sembrado de miseria y de dificultades. La devoción, la exuberancia y el carisma del Baal Shem elevaron el espíritu de las masas de humildes trabajadores judíos de Polonia, y una esperanza llena de vitalidad se extendió rápidamente por toda la Europa del Este. Los misteriosos y místicos cuentos del Baal Shem empezaron a transmitirse de forma oral, o garabateados en un cuaderno, y, con espíritu narrativo, fueron pasando de generación en generación.

Son elementos esenciales de las enseñanzas del Baal Shem Tov los conceptos y la experiencia de Elohim (el ser de Dios), Shekina (la presencia de Dios) y avoda (el servicio a Dios). Quedan, asimismo, plasmados en su sabiduría:

la aclaración de la misteriosa dualidad aparente
entre el éxtasis y el servicio, entre el tener y el buscar;
el fuego ardiente del corazón henchido de anhelo,
que se vuelve con fervor hacia la luz de Dios
el rapto y el éxtasis del paraíso;
el despertar y el renovarse ante los ojos de Dios;
los hombres santos y los espíritus sagrados;
la purificación y santificación de cuerpo, mente y alma;
la expansión del alma más allá de todos los límites;
el abrazar a Dios más allá del tiempo y del espacio.

De entre quienes mantuvieron vivos el espíritu y las enseñanzas del Baal Shem, el más conocido es su bisnieto, el rabí Nachman de Bratislava, Ucrania. Estas enseñanzas dieron al judaísmo nueva vitalidad, creatividad y dinámica energía, haciendo del judaísmo una fuerza creciente y propulsora, que infundió una nueva luz a la Torá y al misticismo judío.

Un principio central en la enseñanza de Baal Shem Tov es la conexión directa con lo divino, "dvekut", que se infunde en cada actividad humana y cada hora de vigilia. La oración es de suma importancia, junto con el significado místico de las letras y palabras hebreas. Su innovación radica en "alentar a los adoradores a seguir sus pensamientos distractores hasta sus raíces en lo divino". Aquellos que siguen sus enseñanzas lo consideran descendiente del Línea davídica que remonta su linaje a la Casa Real de David.

Influencia en el jasidismo

La verdadera adoración a Dios consiste en la unión y la unificación con Dios. Para usar sus propias palabras, "el ideal del hombre es ser él mismo una revelación, reconocerse claramente como una manifestación de Dios". El misticismo, dijo, no es la Cábala, que todos pueden aprender; sino ese sentido de verdadera unidad, que suele ser tan extraño, ininteligible e incomprensible para la humanidad como bailar para una paloma. Sin embargo, el hombre que es capaz de este sentimiento está dotado de una intuición genuina, y es la percepción de tal hombre lo que se llama profecía, según el grado de su intuición. De esto resulta, en primer lugar, que el hombre ideal puede reclamar una autoridad igual, en cierto sentido, a la autoridad de los Profetas. Este enfoque en la unidad y la revelación personal ayuda a ganar su interpretación mística del judaísmo el título de Panenteísmo.

(Místicos, Maestros y Sabios - Relatos de Iluminación y Wikipedia)

Recursos

Recursos externos:

Publicaciones:

Los mejores cuentos jasídicos (Amazon)

Los mejores cuentos jasídicos (Casa del Libro)

Libros en inglés (Amazon)

Artículos:

Los pilares del jasidismo (urosario.edu)

Filosofía Judía: El Pensamiento de Baal Shem Tov (tribuna.org)

Israel ben Eliezer (Besht), el Baal Shem Tov. Fundador del Jasidismo (diariojudio.com)

Baal Shem Tov, fundador del judaísmo jasídico (yadbeyad)

El nacimiento del Jasidismo (mozaika.es)

Otros Recursos, Vídeos...

Who Was The Ba'al Shem Tov? Founder of Hasidism (YouTube)

Webs, enciclopedias, redes sociales:
Wikipedia: Israel ben Eliezer
Wikipedia: Baal Shem Tov (es), Baal Shem Tov (en)
Wikipedia: Judaísmo jasídico, Judaísmo jasícico (traducido del inglés)