Artículos - Tony Parsons
Ya eres la expresión divina
Por Tony ParsonsTony Parsons: Lo que tratamos de comunicar aquí es que nadie puede ser iluminado. No existe algo llamado iluminación y nadie ha sido nunca iluminado. Aquí no hay ningún individuo singular. ¡No hay nadie!
El despertar es sencillamente la desaparición del buscador, ese buscador que desea algo ahí fuera y no deja de perseguirlo. Es la desaparición del que quiere algo. Cuando eso desaparece, queda lo que siempre está ahí, la luz, el absoluto, la fuente manifestándose como esto... No es alcanzado ni poseído por nada ni por nadie. Es, simplemente, la única constante.
Todo esto es solamente la fuente manifestándose. Es el uno apareciendo como dos... El uno jugando el juego de ser la pared... Y tú estás jugando el juego de creer que eres una persona, el único problema es que te tomas el juego en serio.
Lo que sucede aquí ―y en todas partes― es que estás recordando que esto solo es un juego. Estás recordando algo que ya sabes, que ya sabías cuando eras niño. Pero entonces adoptaste el manto de la separación, de la madurez y luego el del dolor. Lo que sucede en el mundo, lo que sucede en tu vida, por más éxitos que parezcas alcanzar, nunca es suficiente. Siempre experimentarás el anhelo de volver a casa.
El problema es que aquí no se te da absolutamente nada. Justo antes de empezar alguien se me acercó y me dijo "Me gustó mucho lo que dijiste ayer, pero se me ha olvidado todo". ¡Eso es estupendo! Ya hay un conocimiento. Lo que se comunica aquí le está siendo comunicado a aquel que lo sabe todo, que lo ve todo. No es una comunicación para la mente. La mente viene aquí con todo tipo de ideas preconcebidas acerca de la iluminación, pero esas ideas pueden ser eliminadas con lo que, una vez más, se queda con las manos vacías.
Lo que es posible es que desaparezca la equivocación de pensar que uno es una persona y que esa persona tiene que detener la mente, tiene que ser impasible y desprenderse del ego. ¿Por qué desprenderse del ego? El ego está bien, aparece en la manifestación, es la fuente haciendo de ego. Todas esas ideas que afirman que hay que superar el deseo, que hay que ser honesto, desprendido, etc., no son más que inútiles teorías construidas por la mente.
Aquí hablamos de amor. Cuando éramos niños estábamos enamorados... de los castillos de arena... Así que vamos a jugar otra vez a construir castillos de arena. Pero los castillos ya están aquí, estamos sentados en ellos, los comemos y los bebemos. Todo lo que tocamos y todo lo que conocemos a través de nuestros sentidos es el juego, Lila, la presencia jugando.
Interlocutor: ¿Cómo podemos cambiar el juego? Estaría bien jugar al juego de la alegría en vez del de la ansiedad..
Tony Parsons: No podemos, no puedes. No hay absolutamente nada que tú puedas hacer. No es solo que tú no puedas hacer nada ―va mucho más lejos que eso― es que no hay nadie. Se trata de desprenderse de la idea, del sentimiento, de que eres una persona que está ahí sentada y que puede hacer algo para pasar de la ansiedad a la alegría. Pero no es posible abrirse a la idea de que ahí no hay nadie porque ¿quién se iba a abrir?
Sin embargo, de algún modo, esto está siendo escuchado, de algún modo, ahí (señalándole) esto ya se sabe, hay algo que dice sí. No puedes hacer nada y además no es necesario porque exactamente tal y como eres, como estás ahí sentado, eres la expresión divina.
Y es algo muy corriente, muy natural. Los dos vemos la misma pared, yo también tengo que pagar impuestos. Cuando sucede el despertar, los problemas no desaparecen, no te sientes constantemente como en una especie de limbo místico. Se trata, simplemente, de que desaparece la idea de que es necesario hacer algo o ir a algún sitio.
Es exactamente como eres. Porque eres es lo que se está manifestando. Tú eres eso. Tu forma de ser, tu carácter, es eso. Es precioso tal y como es. Exactamente como es. Con todas esas pequeñas manías y flaquezas que tú piensas que no están del todo bien pero que no son sino la fuente manifestándose así. Es divino, es absolutamente divino. Todo lo que haces es una expresión de lo divino.
Pero no puedes hacer nada para saberlo, la única manera en que se puede saber es cuando no hay nadie que lo sepa. El despertar consiste en descubrir que no hay nadie. Lo que se manifiesta es contemplado por nadie. Pero nadie no puede hacer absolutamente nada para convertirse en nadie.
Alguien dijo ayer "Esa es una opción demasiado fácil", lo que en realidad quería decir es que el suicidio es fácil. Lo que yo sugiero es que muera la búsqueda, no el cuerpo.
Int: ¿Esa es tu principal sugerencia?
T.P.: Sí, lo que sugiero es que muera el buscador. Y también sugiero que te preguntes cómo puede haber algo que buscar cuando lo que está sucediendo ya está aquí. No hay nada que buscar porque se trata de esto, es esto.
Int: Sin embargo, nuestro impulso interior siempre desea algo, siempre quiere hacer algo...
T.P.: La liberación que ambicionamos es la desaparición de aquel que está buscando algo en otro sitio. Cuando se hace evidente que se trata de esto, el ansia por encontrar el tesoro desaparece. Después del despertar aún puede haber deseos, como el deseo de comer espaguetis en lugar de berros... eso puede seguir estando presente, pero ya no hay nadie que le de importancia y se preocupe por ello. Es un juego, una deslumbrante comedia. Y nada tiene la menor importancia.
Int: ¿Y qué me dices de nuestras ambiciones, nuestras metas? Puede que un día estemos iluminados pero...
T.P.: Nadie estará iluminado. Solo existe la luz. Todos estáis ya despiertos aunque no lo sepáis.
Las ambiciones y las metas siguen manifestándose después del despertar. Antes del despertar pensamos que alcanzar una meta, de algún modo, acabará por recompensarnos. Tras la iluminación descubrimos que eso no es cierto y entonces la meta se convierte en una insignificante pieza del juego, aunque es cierto que produce bastante satisfacción poder correr más rápido o más lejos, o ser capaz de pintar mejor. Pero esa satisfacción se debe a que no está implicado ningún impulso neurótico para rellenar un sentimiento de pérdida. Es amor espontáneo e incondicional actuando espontáneamente.
T.P.: El despertar simplemente sucede, no tiene nada que ver con el aparente tú. Puede suceder en cualquier parte, en cualquier situación. Le puede suceder a un tipo inculto que está completamente fumado y borracho de cerveza. Por otro lado puede haber alguien que es totalmente Zen, que ha practicado la meditación durante veinte años y se ha alimentado únicamente a base de berros, que también puede despertar, pero eso no tiene nada que ver con sus prácticas ni con su alimentación, nada en absoluto.
Int: Tengo amigos que han meditado durante veinte años y no parece que les haya sucedido nada.
T.P.: Lo que puede suceder es que acaben hartos de meditar... Puede que no se lo digan a nadie, que pretendan que siguen meditando, pero en lo más profundo de su interior quizá ya lo hayan dejado, o al menos hayan dejado atrás la motivación. Y entonces, "Oh", sucede. Es como lo que dicen que le sucedió a Buda.