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Artículos - Greg Goode

El no-dualismo en la filosofía occidental

Una serie de indicadores ( Parte 4 de 5 )

Por Greg Goode 4, 11 y 18 de marzo de 2015
Buho-3 Ryan Griffiths
Photo by Ryan Griffiths

El giro hacia el lenguaje...

El antiguo idealismo de estilo monista perdió fuerza a finales del siglo XIX y principios del XX, en parte debido al auge de la ciencia y las matemáticas. La popularidad de la ciencia estimuló un esfuerzo en la filosofía de emular los estilos y métodos científicos. Se le dio importancia a la observación, la verificación y el lenguaje. Surgen nuevos movimientos filosóficos, como el "positivismo lógico", el "análisis filosófico" y la "filosofía del lenguaje ordinario". Estos movimientos examinan las relaciones entre proposiciones, así como entre proposiciones y los estados de cosas en el mundo.

Las filosofías que se centran en el lenguaje no tratan por sí mismas de hacer declaraciones metafísicas no-duales o monistas. Más bien, simplemente critican las declaraciones que hace la metafísica acerca de cómo es el mundo realmente en y por sí mismo. Ellos eliminan las suposiciones metafísicas de otras filosofías y argumentan que estos supuestos no se necesitan para vivir la vida o para explicar nuestra experiencia.

Uno puede atacar un dualismo con las armas en la mano, sin dejar nada en su lugar. Esto es justo lo que hicieron Royce, Wittgenstein, Quine, Sellars y Colin Turbayne (7) ― dieron al nuevo enfoque en el lenguaje una aplicación sorprendentemente amplia. El resultado fue suavizar, desenfocar o erradicar las viejas dualidades cartesianas y kantianas que habían ocupado el centro del escenario durante trescientos años.

Josiah Royce propone una noción del mundo que consiste en signos que son interpretados por una infinidad de mentes. Esto es menos dualista de lo que parece a primera vista, ya que las propias mentes también pueden interpretarse como signos. Ludwig Wittgenstein se aleja de la noción del lenguaje por tener significados que representan el mundo. Para él, no hay una entidad independiente llamada Significado. Más bien, el significado de una palabra reside en su uso. Para Wittgenstein, la conversación es una serie de juegos del lenguaje, donde las opciones de las palabras son movimientos en el juego.

W.V.O. Quine argumenta en contra de la distinción entre dos tipos de proposiciones, las proposiciones que son verdaderas en virtud de una relación lógica entre sus términos ("Ningún hombre casado es soltero") y proposiciones que son verdaderas porque representan hechos en el mundo ("Algunos hombres están casados"). Este dualismo es la "distinción analítica/sintética" de Kant, y se refiere a la diferencia entre lo que podemos saber sin experiencia del mundo y lo que necesitamos experimentar para saber. Cuanto más fuerte es la distinción analítica/sintética, más fuerte será la diferencia entre lo que nosotros ofrecemos al conocimiento y lo que el mundo ofrece. En términos no-duales de Oriente, esto es muy similar a la distinción entre Yo y el Otro.

Pero la opinión de Quine es que la distinción analítica/sintética no se sostiene. Lo que realmente distingue a los dos tipos de proposiciones, argumenta, es que consideramos al primer tipo de proposición muy difícil de renunciar, y al segundo tipo muy fácil de renunciar. La diferencia es meramente convencional, a pesar de que por lo general se cree que es metafísica. Y con la distinción analítica/sintética lingüística sucumbiendo al ataque de Quine, la distinción metafísica entre Yo y el Otro pierde un medio fundamental de apoyo.

En el ataque de Wilfrid Sellars contra "El Mito de lo Dado", él propone que "toda conciencia es un asunto lingüístico". Argumenta contra el empirismo dualista clásico, en el que hay supuestamente algo dado a la experiencia en una forma no-interpretada, desnuda, cruda, frente a algo conocido como resultado de la interpretación. Esto "dado" se supone que se conoce no-conceptualmente, como una mancha roja de color, y sirve como una base segura para datos interpretados, que se conocen conceptualmente. El conocimiento conceptual sería algo capturado por la declaración, "yo veo algo rojo". Esta es la explicación empirista clásica de algo perceptualmente dado. La mayoría de la gente en estos días probablemente se suscribirían a una opinión muy parecida a esta.

Contra esta noción de lo simple dado como la mancha roja, Sellars argumenta que no hay tal cosa como datos crudos y no-interpretados. La percepción (detección) no es conocimiento. Cuando estás conduciendo en "modo de piloto automático", en realidad podrías ser capaz de parar en un semáforo en rojo, a pesar de que no seas consciente de haberlo hecho. Incluso una célula fotoeléctrica puede ser construida para responder diferencialmente al rojo o al verde. El conocer, por otro lado, implica poner algo bajo clasificación.

La respuesta de Sellars al empirista dualista es la siguiente:

Si algo es dado, no es un objeto de conocimiento. Y si es un objeto de conocimiento, no puede ser dado.

Por ejemplo, si el ver la mancha roja es conocimiento o algo de lo que somos conscientes, entonces sabemos que se trata de una mancha roja, o que es algo rojo. En este caso no es un hecho (dado), sino el resultado de una interpretación y dentro de una red de conceptos. Por otro lado, si se trata de algo dado en forma cruda, no es algo conocido, sino más bien existe en el nivel de una quemadura de sol, o la reacción del iris a un cambio en la iluminación. Así que para Sellars, lo "dado" se deja de lado. El conocer es siempre conceptual, siempre holístico, siempre carente de una distinción entre lo crudo y lo interpretado. Para que algo sea conocido es que existe en el "espacio lógico de tener y dar razones". Por lo tanto, todo conocimiento es una cuestión del lenguaje.

Colin M. Turbayne sugiere que nos alejemos de la vieja visión dualista del "espectador" del mundo, y en su lugar veamos el mundo como un lenguaje. Según el punto de vista del espectador, el mundo exterior es el modelo del fotógrafo, que, gracias a reglas mecánicas, se transmite al teatro de la mente. Turbayne propone que prescindamos de esta metáfora ocular mecánica y tomemos en su lugar la metáfora lingüística.

¿Por qué? Es más fácil explicar las singularidades y los cambios de la ciencia si los interpretamos con la metáfora lingüística como excepciones a las reglas gramaticales o como evolución lingüística. La ciencia puede ser muy difícil de explicar (y desconcertante también) con la metáfora mecánica, en la que de nuevo decimos con cada nueva innovación, "Ahora vemos realmente el mundo exactamente como es". El empleo de la metáfora lingüística pone el énfasis en el lenguaje pero no es un monismo o una verdadera afirmación metafísica. Turbayne no está diciendo que el mundo sea un lenguaje. No es tampoco una máquina o teatro gigante. Él está diciendo que todo lo que decimos sobre el mundo es una especie de metáfora. Así que vamos a elegir una efectiva, y no tomar ninguna de ellas literalmente.

Experimentar el mundo de esta manera nos libera de la alienación y la ansiedad que provocan los dualismos (como sensación aislada del mundo) que hemos heredado de la visión del mundo mecánica cartesiana.

Y lejos de la Metafísica

A partir de principios del siglo XX, la filosofía occidental comenzó a reaccionar contra el impulso metafísico. Los filósofos como John Dewey, Martin Heidegger, Jean-Paul Sartre, Hans-Georg Gadamer, Jacques Derrida, Michel Foucault, Nelson Goodman y Donald Davidson han criticado afirmaciones metafísicas de que hay una manera en que el mundo realmente es. Estos escritores han inspirado movimientos anti-metafísicos como el pragmatismo, el existencialismo, la hermenéutica, la deconstrucción y el posmodernismo.

Los filósofos y movimientos individuales están más allá del alcance de este capítulo, pero muchos de ellos están bastante bien resumidos por Richard Rorty en un artículo reciente. Rorty, quien se ha referido a sí mismo como un "antidualista" o un "anti-esencialista" o un "pragmático" o un "no-representacionalista", ha escrito incansablemente contra la metafísica desde su conocido libro La Filosofía y el Espejo de la Naturaleza (Rorty, 1981). En su reciente artículo "Un Mundo sin Sustancias" (Rorty, 1999), resume las diferentes filosofías que han dejado de hacer afirmaciones metafísicas. Él ve a la mayoría de las filosofías anti-metafísicas como tratando de quitarse de encima los dualismos tradicionales como esencia/accidente, sustancia/propiedad, apariencia/realidad y sujeto/objeto. Hay lagunos otros elementos comunes también. Los puntos de vista anti-metafísicos no consideran que haya una manera en que las cosas realmente son. En cambio, consideran que

  1. Ninguna descripción de las cosas es intrínsecamente privilegiada sobre otras. Su "mejor condición" depende del propósito que nos ocupa.
  2. Las cosas no se componen de esencias, sino de relaciones con otras cosas.
  3. Nunca conocemos una cosa-en-sí. Nunca conocemos nada que se describa de manera neutral; sólo conocemos verdaderas proposiciones sobre ella.
  4. Una "verdad objetiva" no significa "en contacto con la realidad", sino que significa "en consenso con otros indagadores".
  5. La vieja distinción ingrata entre apariencia y realidad ha dado paso a la nueva distinción pragmática entre descripciones menos útiles y descripciones más útiles.

El enfoque anti-metafísico es algo así como la enseñanza de Nagarjuna, en el que lo fenoménico se asemeja a la red de joyas de Indra. En la red de Indra, ninguna joya es primaria o básica, y no hay sustrato básico o esencia que sostenga el conjunto. Más bien, cada joya refleja sólo los reflejos de todas las otras joyas. Los anti-metafísicos pueden ser vistos como no-dualistas, no por afirmar que "la realidad es Una", sino por no caer en afirmaciones dualistas. En lugar de abogar por algo que reemplace a las esencias que se han abandonado, los anti-metafísicos dicen: "Vamos a cambiar el sujeto".

¿A dónde voy desde aquí?

Todos estos filósofos hablan de cosas diferentes. ¡Dios, las ideas, la ciencia del cerebro, el lenguaje, los anti-metafísicos! ¿Quién tiene razón? ¿Cómo debo proceder? Puesto que la filosofía occidental no es tan soteriológica como la filosofía oriental, no hay una fuerte cultura de la iluminación alrededor de las enseñanzas occidentales.

Sin embargo, la filosofía no-dualista occidental puede ser utilizada como una herramienta para acabar con las bases conceptuales del sufrimiento. Todas las filosofías no-duales atacan la afirmación de un mundo verdaderamente dualista, tratando de mostrar cuán equivocada es nuestra comprensión normal del mundo. Normalmente, pensamos que el mundo está hecho de una multiplicidad de objetos o sustancias o seres sintientes. Las filosofías no-duales intentan proporcionar una comprensión más clara que revela que estas distinciones no existen. Uno sólo tiene que saber dónde mirar y cómo proceder.

Ok, lo entiendo - Aún así, ¿qué hago?

Ciertamente, puede ayudar el tener una guía humana, escrita o de Internet para los filósofos occidentales. Entre las guías humanas se incluyen a profesores universitarios, maestros espirituales y consejeros filosóficos. Puedes encontrar a los maestros a través de Google, a través de www.nonduality.com de Jerry Katz, que incluye una de las listas más grandes de maestros existentes. Puedes encontrar consejeros filosóficos a través de www.philosophicalgourmet.com, que evalúan distintos departamentos académicos, o a través de www.APPA.edu, el sitio web oficial de la Asociación Americana de Practicantes Filosóficos. Puedes encontrar en Amazon guías básicas de filosofía escribiendo "guía de filosofía" en el campo de búsqueda. Más Platón y menos Prozac de Lou Marinoff es un lugar muy conocido para comenzar aprendiendo de qué sirven diferentes filosofías famosas. Enlaces informativos en Internet incluyen a www.philosophypages.com de Garth Kemerling y el gigante www.Epistemelinks.com (desactivado). Hay una lista mucho más pequeña de libros y escritores (occidentales y orientales) en mi página www.heartofnow.com que yo y otros hemos encontrado útil.

Notas:
  1. Véase Royce (2001), publicado originalmente en 1913; Quine (1980), publicado originalmente en 1951; Wittgenstein (1999), publicado originalmente en 1953; Sellars (1996), publicado originalmente en 1956; y Turbayne (1970), publicado originalmente en 1962.
Fuente: Greg Goode. Science and Nonduality