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Extractos - Dalai Lama

Descubre tu conciencia íntima

Por el Dalai Lama 25 de mayo de 2016

En su enseñanza sobre la esencia del Dzogchen, el Dalai Lama describe el impacto que naturalmente acompaña a una experiencia de conciencia íntima, que realmente es el fundamento de toda realidad.

Monje saluda al sol

Me interesa mucho lo que declaran numerosos sabios de todas las órdenes del budismo tibetano con respecto a que sus creencias al final se reducen al mismo principio y pienso que esto es algo que debo explicar. Este análisis puede ser controvertido, pero, en todo caso, estos grandes sabios yoguis dicen que todas estas creencias se reducen a la misma comprensión intuitiva básica, porque hay, sin duda, una experiencia fundamental definitiva en la que todos reparan. Es imposible que digan una cosa así solo por cortesía.

En textos que hemos heredado de India, el principio básico a veces se llama "la mente innata fundamental de luz clara" y "la sabiduría innata fundamental de luz clara": las dos expresiones quieren decir lo mismo. En otros textos se llama "el diamante-espacio que llena el espacio", mientras que en otros se llama "la preciosa mente", cuando, por ejemplo, se dice "aparte de la preciosa mente, no hay ningún buda ni ningún ser sintiente".

Además, en el Tíbet, en algunos textos se llama "conciencia ordinaria" y "conciencia íntima". Estos términos se usan cuando se habla de librarse del pensamiento, que se describe, psicológica y experiencialmente, como "autoliberación", "conciencia desnuda" y "perspicacia sin trabas"; ya hablaremos de esto en detalle más adelante. Se dice que la conciencia íntima es la base de la aparición de toda la ronda de sufrimiento (llamada "existencia cíclica") y también la base de la liberación (llamada "nirvana"). Todo, sin excepción, está completo en el continuo de la conciencia íntima. Hasta se dice que "surge naturalmente", ya que siempre ha existido y siempre existirá.

Todos los fenómenos de la existencia cíclica y el nirvana no son, si nos ponemos a analizarlos, recién producidos por causas y condiciones, sino íntegros dentro de la naturaleza de la conciencia íntima primordial que surge naturalmente; todo queda contenido dentro de su ámbito, de su alcance. Por abajo, la base de la aparición de todos los fenómenos del mundo del sufrimiento es esta mente de diamante de luz clara, y también, por arriba, la base de la aparición de todos los fenómenos puros de liberación no es más que esta conciencia íntima, también llamada "la mente de diamante de luz clara".

Este es un tema que merece la pena investigar para aumentar nuestra paz interior abriendo nuestra mente más allá del flujo habitual del pensamiento; deberíamos examinarlo a fin de crear más paz con nuestros vecinos y en todo nuestro mundo.

La conciencia íntima está presente en todo tipo de conciencia

Independientemente del tipo de conciencia que analicemos, la luz clara de la conciencia íntima está presente en ella. El hielo, aunque sea sólido y muy duro, no va más allá de la naturaleza del agua. Asimismo, por burda, implacable o grosera que sea una noción, el lugar del que procede y el lugar en el que desaparece cuando ya no pensamos en ella no va más allá de la conciencia íntima.

La conciencia conceptual aparece desde el interior de la esfera de la conciencia íntima y acaba disolviéndose dentro de la esfera de la conciencia íntima. Puesto que esto es así, como dice Dodrubchen Jigme Tenpe Nyima, el sabio yogui de principios del siglo XX de la Escuela de las Antiguas Traducciones (en tibetano Nyingma), así como el aceite domina la integridad de las semillas de sésamo, la luz clara domina toda la conciencia; además, llega a la conclusión de que, por consiguiente, incluso en el momento de la manifestación de los niveles más groseros de la mente ―tanto durante el pensamiento como durante el funcionamiento de las conciencias sensoriales asociadas con el ojo, el oído, la nariz, la lengua y el cuerpo― se puede identificar, a través de la fuerza de las poderosas bendiciones y las instrucciones fundamentales de un lama (un gurú), un rasgo sutil de luz clara que está presente en cada una de estas conciencias.

La práctica del camino ahora

¿Cómo podemos llevar la conciencia íntima al camino espiritual ahora mismo? Esto ocurre cuando nos presentan la luz clara que llena todo tipo de conciencia, la identificamos ―con la experiencia― y meditamos totalmente concentrados, con la atención puesta en ella, sin pensar ni conceptualizar.

Entonces, a medida que la luz clara se vuelve más y más profunda, los tipos de pensamientos burdos disminuyen cada vez más. Por eso se llama a esta práctica "el camino esencial con cuyo conocimiento se liberan todos los estados". Cuando llegamos a conocer esta conciencia íntima mediante nuestra propia experiencia, nos liberarnos de todo tipo de situaciones tensas.

Para identificar la conciencia íntima, lo más difícil es distinguir entre la mente (en tibetano, sems) y la conciencia íntima (en tibetano, rigpa). Es fácil hablar de esta diferencia y decir que "la conciencia íntima jamás se ha contaminado con ningún error, mientras que la mente está sometida a la influencia de la conceptualización y se ha contaminado con pensamientos erróneos". Es fácil decirlo, pero, en términos de experiencia real en nuestro propio continuo mental, es muy difícil. Dodrubchen decía que, aunque nos imaginemos que estamos meditando sobre la conciencia íntima, existe el peligro de que en realidad nos limitemos a mantener la concentración en la naturaleza clara y cognitiva de una mente más superficial y por eso hemos de tener cuidado. Está bien hacer esto último, pero no es tan profundo.

La mente innata de la luz clara

Todos los sistemas tibetanos, en su visión definitiva, hacen hincapié en la mente innata fundamental de luz clara. En cuanto al centro de estos sistemas, todos los fenómenos de la existencia cíclica y el nirvana son la manifestación, el reflejo de la luz clara innata fundamental. Por consiguiente, la raíz, las bases de todo lo que entra dentro del alcance de la existencia cíclica y el nirvana, es la luz clara fundamental.

Al ser así, cuando se practica el camino espiritual, lo único que hace falta para purificar estas apariciones impuras ―ellas mismas nacen de dentro del contexto de la conciencia íntima o luz clara― es convertir la mente innata fundamental de luz clara en aquello mediante lo cual practicas el camino espiritual. Además, cuando finalmente manifiesta el resultado de la práctica del camino, la mente innata fundamental de luz clara propiamente dicha, cuando se separa de todo lo que la obstruye y la corrompe, es la resultante omnisciencia de la budeidad, un estado del cual se pueden obtener los máximos beneficios para los demás.

Introducción a la conciencia íntima

A continuación, explicaré la primera sección del texto de Las tres claves que traspasan el núcleo, desde la mente del gran adepto Dza Patrul Jigme Chokyi Wangpo (1808-1887). Las enseñanzas de Patrul Rinpoche y, por ende, su poema, se organizan en torno a tres claves para descubrir la conciencia íntima, la Gran Perfección. El significado fundamental de cómo colocarte en el núcleo de la realidad se presenta en tres series de enseñanzas fundamentales para apartar la vida, por así decirlo, de errores que la arruinarían. Empecemos por la primera clave:

La visión, la amplitud innumerable,
Se presenta en los imperativos prácticos de tres claves.

I.
Primero coloca tu propia mente en estado de relajación,
Sin emitir, sin retirar, sin conceptualizar.
En este estado relajado de total abstracción,
Grita de pronto PAT, llamando a tu conciencia
Fuerte, intensa, brevemente. ¡E MA HO!
No cualquier cora, increíble.

Una perspicacia increíble y sin trabar.
Perspicacia sin trabas, inefable.
Identifica la conciencia íntima del cuerpo de la verdad.
Su entidad se identifica en tu interior: el primer imperativo.

Trataré de hacer algunos comentarios.

Relajarse

La introducción inicial a la visión de la conciencia íntima que surge naturalmente no se puede hacer cuando no paras de generar ideas, como pensar en lo que está bien, lo que está mal y cosas así. Por ejemplo, es difícil que te señalen y que identifiques a alguien en medio de una multitud, pero, cuando te han presentado a una persona y la conoces, no te cuesta reconocerla, aunque sea en una multitud. Asimismo, aunque la conciencia íntima está presente en cada momento consciente, incluso en cada pensamiento, no es posible extraer la conciencia íntima en toda su desnudez si antes no nos la han presentado, porque queda oculta por el pensamiento conceptual. No obstante, cuando la hemos identificado, la podemos ver, incluso en medio de una multitud de pensamientos.

Por consiguiente, sin hacer ningún ajuste en tu mente, como trabajar conceptualmente en el análisis, deja, entre los diversos fenómenos del mundo, todo lo que aparezca en tu mente ―personas, edificios, montañas, tu trabajo, tus amigos, tus problemas y todo lo demás― como una mera aparición y no te molestes ni te contamines en identificarlo ni en pensar en ello: "Esto es tal cosa". Como un estado de mera aparición y mera conciencia se tiene que sostener, haz lo que dice el autor del poema y "primero coloca tu propia mente en estado de relajación", sin permitir la confusión de una multitud de pensamientos…

Dejar de pensar por un rato

La conciencia íntima que surge naturalmente existe de forma natural en tu interior; está allí por naturaleza y no ha sido generada ni construida por condiciones superficiales. Es, más bien, la sabiduría original, la conciencia que fluye naturalmente, cuyo continuo es, en sí mismo, fundamental, no artificial. Para que ahora te resulte evidente, no dejes que aparezcan nuevas ideas superficiales y fabricadas. No emitas nuevos pensamientos, pero, incluso cuando observes que se han producido ideas, no hagas el esfuerzo de pensar que hay que retirarlas; deja que desaparezcan: como dice el poema, "sin emitir, sin retirar, sin conceptualizar". Por el contrario, permanece vívidamente dentro del autofluir, el flujo natural de la no conceptualización; despréndete enseguida de todos los pensamientos conceptuales.

Por ejemplo, si un montón de personas se mueven en grupo y un par de ellas se detienen, pero las demás siguen andando, no se han detenido juntas; en cambio, si todas se detienen al mismo tiempo, se han detenido del todo.

El Choque

De todos modos, no basta solo con evitar que la mente se disperse y se desparrame. Aunque la dicha, la claridad y la falta de conceptualización nacen en la experiencia meditativa, interfieren con la presentación y la identificación de la conciencia íntima que surge naturalmente. Tienes que evitar incluso la dicha, la claridad y la no conceptualización. Tienes que ir más allá de todo eso.

Por consiguiente, en este estado relajado, no afectado ni contaminado por la tensión de la conceptualización, grita de pronto PAT (para pronunciarlo, apoya la lengua enrollada en el paladar, detrás de los dientes delanteros, para decir la te), fuerte, intensa y brevemente, para poder despejar de inmediato toda la conmoción de pensar "es esto", "es así" o "es asá". El sonido repentino de PAT eliminará el pensamiento conceptual de tu conciencia: "En este estado relajado de total abstracción, grita de pronto PAT, llamando a tu conciencia fuerte, intensa, brevemente. ¡E MA HO! No cualquier cosa, increíble".

Los pensamientos viejos se han detenido y todavía no se han producido pensamientos nuevos. Por ejemplo, cuando una barca surca rápidamente el agua, el agua se mueve a los dos lados, dejando un espacio vacío entonces y en su estela, detrás de la barca.

En el momento de gritar PAT, entre cuando no eres capaz de emitir ideas previas ―es decir, incapaz de pensar lo que pensabas antes― y antes de poder producir ideas nuevas, entremedias de los dos, cuando no puedes hacer distinciones conceptuales, hay estupefacción, claridad, vivacidad, mero conocimiento.

Si tienes fe y entusiasmo, además de las instrucciones fundamentales de un guía, quedarte en el lugar de la repentina supresión de pensamientos te producirá una sensación de choque que no se puede identificar con nada, ni con esto ni con aquello. Después de arrojar de pronto lo que cubre el pensamiento, quedarás en un estado de asombro y te sentirás estupefacto y maravillado.

Hay varios tipos de choque. Uno es como tener los ojos cerrados y no poder pensar en nada; otro es un estado de no conceptualidad en el cual la mente se libera de las contaminaciones de tener la mente demasiado floja o demasiado tensa. También hay otros. En esta coyuntura, cesa la emisión y la retirada de la conceptualización hasta tal punto que quedas en un estado de estupefacción, después de perder la capacidad de reconocer los objetos como esto o aquello.

Cuando se produce un choque, la actividad mental se interrumpe de repente. Por ejemplo, cuando un perro ladra de pronto cerca de ti, te puedes quedar aterrado y sin poder pensar. Aquí, en esta práctica, quedas liberado de las diversidades del pensamiento, de los confines envolventes de los grupos de nuevas ideas generadas de forma adventicia, aunque no estás como si te hubieras desvanecido. Por el contrario, la perspectiva de tu conciencia es de una claridad vívida.

Los textos hablan de hacer evidente un estado en el cual la conciencia por lo general subyacente ha perdido su intensidad y la percepción conceptual no se puede poner en marcha y, por consiguiente, durante este intervalo la conciencia íntima desnuda se puede manifestar por un tiempo. El gran sabio tibetano Mangto Lhundrub Gyatsho cita numerosas fuentes de las Escrituras, como la siguiente:

Entre las ideas previas y las posteriores, el continuo de la luz clara de la conciencia íntima permanece ininterrumpido.

En el espacio comprendido entre dos pensamientos, hay una oportunidad fácil para identificar este momento de conciencia íntima.

Por consiguiente, este estado de choque no es solo estupefacción, sino que también posee una perspicacia sin trabas, y por eso el autor del poema, Patrul Rinpoche, dice: "Una perspicacia increíble y sin trabas".

La naturaleza de esto se conoce, tal cual es, en el contexto de la experiencia y, como no se puede expresar con palabras, dice: "Perspicacia sin trabas, inefable". Aunque se llame conciencia íntima del cuerpo de la verdad, es inefable como cualquiera de los polos de ser existente, no existente, etcétera. Esta conciencia íntima del cuerpo de la verdad se debe identificar con la experiencia.

A menos que puedas identificarla, no hay manera de mantener la visión de la Gran Perfección durante la meditación. Este tipo de meditación en la cual sostienes la experiencia de conciencia íntima consiste en mantenerte dentro de la experiencia de aquello que meditas, en lugar de meditar sobre un objeto.

Más allá de esto, como resulta evidente en los escritos de Dodrubchen, si eres capaz de distinguir todos los fenómenos como la manifestación, la vibración o la efervescencia de esta conciencia íntima que surge naturalmente, esto te permite ver sin duda que todos los fenómenos no existen en y por si mismos, de forma independiente, sino que es la conceptualización la que los crea. Cuando identificas la conciencia íntima, también llamada verdad suprema, y determinas que todos los fenómenos de la existencia cíclica y el nirvana son su reflejo, al mismo tiempo comprendes que todos los fenómenos puros e impuros, como dicen los textos filosóficos, existen solo de nombre. Comprendes que todos los objetos de conocimiento que aparecen y ocurren son adventicios y sin esencia y que, aunque estos fenómenos no han sido establecidos desde el principio en virtud de su propio poder, sin embargo te dan la impresión de tener su propia naturaleza autónoma, por lo cual respetas esta sensación de existencia aparente por su propia parte. Además entiendes que esta mala apreciación provoca la realización de diversos actos buenos y malos y la acumulación de dichas predisposiciones, lo cual hace que te enredes aún más en la existencia cíclica.

Para reconocer la conciencia íntima y mantenerla adecuadamente en la meditación, es importante haber reflexionado con anterioridad sobre procedimientos tales como de dónde sale la mente, dónde reside y aquello por lo que cesa, además de otras técnicas analíticas. Para estas prácticas resultan útiles los razonamientos que se exponen en los grandes textos.

Si puedes hacer que todos estos fenómenos aparezcan como la vibración de la conciencia íntima interna y que no se desvíen del ámbito de esa mente, no te verás influido por ideas convencionales. Cuando tú mismo identificas tu propia entidad básica y determinas directamente su significado de forma permanente y para siempre en postura de meditación, entonces, por más que actúes en el mundo, eres un iluminado.

Dalai Lama

Tenzin Gyatso, el decimocuarto Dalai Lama, es el líder espiritual del pueblo tibetano y ganador del Premio Nobel de la Paz y de la Medalla de Oro del Congreso de Estados Unidos. Único en el mundo de hoy, es un estadista, líder nacional, maestro espiritual y teólogo profundamente culto. Aboga por una "religión de la bondad humana" universal que trascienda las diferencias sectarias. El Dalai Lama es universalmente respetado como portavoz de la resolución pacífica y compasiva del conflicto. También ha participado activamente en reunir a científicos occidentales y meditadores budistas, y es uno de los fundadores del Mind & Life Institute, donde se llevan a cabo dichas reuniones. / más info

Este artículo está adaptado del nuevo libro del Dalai Lama, The Heart of Meditation, traducido y editado por Jeffrey Hopkins de las enseñanzas orales, publicado por Shambhala, 2016.
Testo extraído del libro en español: El Corazón de la Meditación
Fuente: Lion's Roar