Extractos - Emma Vázquez

Cuando la raíz se corta, el árbol se cae
Por Emma VázquezEmpecé este libro* sintiendo un llamado a la Iluminación. Y lo acabo sin él. ¿Qué ha ocurrido para producirse ese cambio? Que me he dado cuenta, que he Visto que ese llamado proviene de un pensamiento que me creo. De una historia mental que surge y con la que se produce una identificación que me lleva a «hacer» o «dejar de hacer (es otro tipo de hacer)» para iluminarme.
Ha ocurrido que he Visto que no hay nadie que tenga que iluminarse porque no existe nadie. Que lo que Soy es ESTO: Vida sucediendo. Y que la Vida que soy adopta la forma del cuerpo-mente al que se le ha llamado Emma, pero que «Emma» tan solo es un nombre. Igual que silla. Igual que ordenador.
He Visto que la Iluminación es una ilusión más que proviene de la creencia de que soy un «yo personal, individual y separado» de la Vida que en su Totalidad Soy.
He Visto que todo sucede por sí mismo como una única «cosa» llamada Vida (o llamada como cada uno lo llame) que no necesita de ningún esfuerzo por parte de nadie (no existe ningún alguien) para que funcione.
He Visto que es tan simple de Ver que por eso pasa desapercibido. Que ninguna práctica puede enseñarte a Ver esa ilusión como ilusión. Que o la Ves o no la Ves. Que no es algo que se pueda aprender. Es un DARSE CUENTA de que el «yo» no es más que una serie de historias mentales que surgen debido a los condicionamientos pasados. Y que el creernos esas historias mentales son las que nos hacen vivir la vida como la vivimos. Verla como la vemos. Sufrirla como la sufrimos.
He Visto que en cuanto se produce el cambio de enfoque de «la historia mental» a SIMPLEMENTE «la vida ocurriendo» (el sonido del tráfico, el agua correr, el sabor de la comida, los diferentes colores, un dolor corporal, la lluvia caer, el ladrido de un perro, la sensación de tristeza, la risa de un bebé, etc.), todo cambia, aunque no haya cambiado nada.
He Visto que el bien y el mal, el correcto y el incorrecto, la moralidad, provienen de esas historias mentales. Que la Vida es pura Neutralidad.
He Visto que todo y todos somos lo mismo: Vida sucediendo en millones de formas diferentes.
Y es al Ver todo eso cuando la necesidad de «dejar de sufrir», de «alcanzar la paz permanente», de «iluminarme y llegar a Samadhi», DESAPARECE.
Desaparecen todas las preguntas porque ya no hay necesidad de respuestas. No me interesa el de dónde vengo ni el hacia dónde voy. Ni el por qué sucede así y no de otra manera. Ni el por qué ni el para qué de nada.
Hay una sensación de Confianza Plena. ¿En qué o en quién? En nada ni en nadie. Sólo hay un sentir de que «todo está bien» suceda lo que suceda. Los pensamientos del tipo que sean están bien. Las emociones del tipo que sean están bien. Lo agradable sigue siendo agradable. Y lo desagradable, desagradable.
Hay una CLARIDAD de que no hay un «yo personal y hacedor» que controle nada porque ese «yo» no existe. Nunca lo ha hecho.
Hay una CLARIDAD de que todo lo que le ha sucedido a Emma ha sido perfecto y será perfecto. Que no hay ningún lugar al que regresar ni que alcanzar. Que TODO lo que es, lo que ocurre, lo que sucede, lo que es vivido, es «lo que tiene que ser». Que el mejor y el peor, el bueno y el malo, son juicios que provienen de esas historias mentales que surgen de manera automática. Que son la misma Vida SIÉNDOSE así, en forma de pensamientos todos perfectos tal y como son.
Hay una COMPRENSIÓN de que AHORA la Vida es la que es y que en el instante siguiente será como será. Ni mejor ni peor, sólo «la que es». Sólo ESTO que ocurre y que no permanece nunca siendo lo mismo.
Hay una ACEPTACIÓN absoluta de la Vida. Una aceptación que no se «hace», que no se fuerza, sino que ES la misma Vida que Soy.
Si hay serenidad, hay serenidad. Es lo que es. Si hay ceguera, hay ceguera. Es lo que es. Si hay enfermedad, hay enfermedad. Es lo que es. Si hay rechazo, hay rechazo. Es lo que es. Si hay Comprensión, hay Comprensión. Es lo que es. Si hay identificación del yo, hay identificación del yo. Es lo que es. Si hay tristeza, hay tristeza. Es lo que es. Si hay violencia, hay violencia. Es lo que es. Si hay muerte, hay muerte. Es lo que es. Si hay frustración, hay frustración. Es lo que es.
La diferencia es que AHORA hay CLARIDAD con respecto a «lo que es» y con respecto a «lo que la historia mental cuenta sobre lo que es».
Hay CLARIDAD con respecto a la identificación con un yo ilusorio y con respecto a la Vida misma que Soy.
Es un cambio de percepción. De perspectiva de Visión. Como esos dibujos que son una ilusión óptica y que según «cómo» los mires puedes ver diferentes cosas (mujer joven o anciana).

Pues la llamada Iluminación tan sólo es Ver que el «yo separado» es la Ilusión. Y para eso tienes que Ver también a la Vida tal y como es. Sin la ilusión de ese «yo». Desprovista de las historias mentales. Porque hasta ahora sólo estamos viendo a la Vida bañada de todas las historias mentales con las que se está produciendo la identificación (incluida la historia mental de la iluminación). Una de ellas es la existencia de ese yo particular, separado del resto. Solo vemos la identificación que hace la llamada ola consigo misma, pero que es incapaz de Ver la Totalidad del Mar siendo como es, sin sus creencias de «ola».
Cuando Ves la VISIÓN Real de la Vida, el «yo separado» se cae. El tuyo y el de todos porque es la misma ilusión. Y Ves que todos los cuerpos-mentes ES la misma Vida que tu cuerpo-mente, con una forma particular y con sus propias características, pero sin haber «alguien dentro» que decida, elija y controle, que es lo que se CREÍA que hacía el «yo particular».
TODO ES UNO. Todo es lo mismo: Vida ocurriendo con la capacidad de PRESENCIARSE a sí misma. Ésa es la simpleza. Todo «es lo que es tal y como es» sin razón, sin propósito, sin misión. Sin bueno ni malo. Sin mejor ni peor.
La Vida sigue ocurriendo como hasta ahora, pero con la Visión Absoluta de Ella. Con la Comprensión de esas dos perspectivas que pueden suceder y que son perfectas así.
AHORA puedes Ver tanto a la anciana como a la joven y SABER que una de ellas es falsa.
Pero sigues ignorando lo que sucederá en el instante siguiente. Nunca lo has sabido y nunca lo sabrás. Quizás en dos segundos te vuelvas a identificar con el «yo separado» y te olvides temporalmente de que tan sólo es una ilusión. No lo sabes porque sólo es real lo que AHORA está sucediendo. Y el Ahora, en realidad, no existe porque la Vida es un continuo y constante suceder que en cuanto lo nombras, ya ha pasado. En cuanto digo AHORA, ese ahora ha desaparecido y pasa a ser una historia mental.
Lo REAL es ESTO que está ocurriendo en el Instante en el que lo estás percibiendo. Puedes Verlo vestido de historias mentales que son las que causan el sufrimiento o Verlo totalmente DESNUDO, tal y como es.
Y de igual modo que la imagen de la ilusión óptica no necesita de una herramienta externa, una técnica, un método o un proceso para Ver(la), la ilusión del «yo separado» tampoco. O lo ves en un Instante o no lo ves. Es así de sencillo y de complicado a la vez porque ese Ver no depende de que hagas o dejes de hacer nada (no existe un «yo» que pueda decidir hacer o dejar de hacer algo). Sucede o no sucede. Y puede suceder en cualquier momento y a cualquier «persona» sin que haya practicado ningún método o meditación formal. Porque lo que se tiene que Ver es la Vida misma que está ocurriendo tal y como está ocurriendo. Y está ocurriendo siempre y en todas partes.
No necesitas ningún gurú, ningún Maestro ni nadie que te guíe ni te enseñe a Ver. ¡Ya sabes Ver! Tú eres esa misma Vida, pero estás identificado con las historias mentales que cuentan que eres un «yo separado» que tiene que alcanzar «lo que sea». O se capta o no se capta la ilusión.
Cuando la raíz se corta, el árbol se cae. Tú eres la raíz. Tú eres el árbol. Tú eres el cortar. Tú eres el caer. Tú eres la ilusión. Tú eres la iluminación.
Cuando la has cortado una vez, puede volver a levantarse la ilusión. Pero la diferencia es que AHORA la cortarás de nuevo porque YA sabrás cómo hacerlo. Porque una vez que descubres lo que Eres, que puedes diferenciar lo que Eres de lo que No eres, el Sueño de la Realidad, no puedes olvidarlo, aunque lo olvides. Igual que «yo» no puedo olvidar que me llamo Emma, aunque no me esté recordando a mí misma constantemente que me llamo Emma.
Ya somos lo que somos. Ya estamos donde tenemos que estar. No hay nada que demostrar porque no hay «alguien» que pueda ni necesite hacerlo. Viviremos lo que viviremos y así será perfecto, independientemente de que surjan historias mentales que griten lo contrario. Tan sólo son pensamientos. Tan sólo son ilusiones. No son hechos. No son Verdad.
Y con esto me basta para seguir Viviendo lo que viva en cada momento.
Y con esto me basta para seguir existiendo.
Y con esto me basta para seguir ocurriendo.
Y con esto me basta para seguir siendo lo que Soy.
Y CON ESTO... ME BASTA.