Ruta de Sección: Inicio > Maestros > Artículo

Sección Maestros y Autores

Azriel de Gerona

Azriel Ibn Menahem ibn Ibrahim al-taras (1160-1238 ) también conocido como Azriel de Gerona, fue el fundador de la Cábala especulativa y la escuela cabalista de Gerona. Es conocido por implementar el pensamiento neoplatónico en la tradición cabalística dominante.

Rabino
Rabino con las filacterias (tefilín) y el talito.
Dibujo de Fèlix Xunclà, extraído de
"Girona. Guía del Call" (1995).

Azriel de Gerona fue un místico judío del siglo XIII, uno de los miembros más notables del círculo cabalístico de Gerona. Fue discípulo de Isaac el Ciego, el maestro provenzal que difundió las ideas de la Cábala. Su figura suele ir unida al nombre de Ezra de Gerona, que era probablemente su suegro, aunque siguieron en realidad caminos distintos. Azriel era partidario de hacer llegar las nuevas enseñanzas esotéricas a un amplio público, lo que le mereció el rechazo de otros cabalistas y del propio Isaac el Ciego; la tradición rabínica, hasta entonces respetada, era que estos temas debían enseñarse con mucho cuidado a muy pocos discípulos. Entre sus principales alumnos, se encuentran Nahmánides y Abraham Zacuto. El poeta Mesullam de Gerona aclama a Azriel como el más grande cabalista de España.

Sus obras tienen un estilo característico y una terminología propia; se aprecia en ellas una clara influencia de pensadores neoplatónicos, como Ibn Gabirol y Juan Escoto Erígena, filósofo cristiano con cuyos conceptos parece estar familiarizado.

Todos sus escritos conservados tratan de asuntos cabalísticos; muchos de ellos parecen haber sido elaborados como obras escolares de enseñanza de las nuevas doctrinas cabalísticas, destinadas a divulgar la cábala entre un amplio sector de la población no iniciado en esta doctrina; es el caso de su obra Saar ha-soel (Pórtico del Interrogador), denominada por autores posteriores Explicación de las Diez Sefirot (Beur eser sefirot) y considerada por Scholem como una especie de catecismo cabalístico en el que se expone la doctrina de las sefirot o manifestaciones divinas en forma dialogada de preguntas y respuestas, siguiendo las reglas de la lógica neoplatónica. Compuso también un comentario al Sefer Yetsirá que durante mucho tiempo se atribuyó a Nahmánides, y un Comentario sobre las Aggadot del Talmud, que parece una reelaboración del que había compuesto Ezra; es autor, asimismo, de un Comentario sobre la liturgia cotidiana, donde incluye instrucciones sobre técnicas místicas aplicadas a las principales oraciones y de una obra sobre el significado místico del sacrificio llamada Sod ha-Qorbanot. Se ha traducido al castellano una parte muy representativa de su obra en Cuatro textos cabalísticos.

Doctrina

Según Azriel, el estatus y la importancia de la voluntad de Dios sobrepasa todos los demás atributos. Él sentó las bases para la idea de Ein-Sof, al afirmar que Dios no puede tener ningún deseo, pensamiento, palabra o acción, enfatizando por ello la negación de cualquier atributo. Azriel pasa a adoptar un enfoque gnóstico, llegando a decir que todas las cualidades de Dios están adscritas. Azriel investiga la relación de este Ein-Sof con el universo, preguntando "¿el universo ha sido creado de la nada?" él explica "No, Aristóteles tiene toda la razón al decir que nada puede proceder de la nada. Además, la creación implica una disminución en la esencia del Creador a través de la resta, y eso no se puede predicar del Ein-Sof. El universo tampoco puede haber existido eternamente, como afirma Aristóteles, porque nada es eterno excepto Dios". Para resolver el problema de la creación, Azriel recurre a la teoría de la emanación, que desarrolla de la siguiente manera:

El universo, con todas sus manifestaciones, estaba latente en la esencia del Ein-Sof, en el cual, a pesar de su infinita variedad, formaba una unidad absoluta, al igual que las diversas chispas y colores que proceden del potencial de la llama única e indivisible en el carbón. El acto de creación no consistió en producir algo absolutamente nuevo; era simplemente una transformación de la existencia potencial en existencia realizada. Por lo tanto, realmente no hubo creación, sino un Atziluth (emanación). La efluencia se efectuó a través de sucesivas gradaciones del mundo intelectual al material, del indefinido al definido. Este mundo material, al ser limitado y no perfecto, no podría proceder directamente del Ein-Sof; tampoco podría ser independiente de Dios. En ese caso, Dios sería imperfecto. Por lo tanto, debe haber habido intermediarios entre el Ein-Sof y el mundo material, y estos intermediarios fueron las Diez Sefirot. La primera Sefirah estaba latente en el Ein-Sof como una fuerza dinámica. La segunda Sefirah emanó como sustrato para el mundo intelectual; después, las otras Sefirot emanaron, formando los mundos moral, material y natural. Pero este hecho de emanación no implica una gradación en el Ein-Sof, cuya llama es capaz de encender un número indefinido de luces. Las Sefirot, según su naturaleza, se dividen en tres grupos: las tres superiores forman el mundo del pensamiento, las tres siguientes el mundo del alma, las cuatro últimas el mundo de la corporalidad. Todos dependen unos de otros, estando unidos como vínculos con el primero. Cada uno tiene una cualidad positiva y una pasiva, que emana y recibe.

Recursos

Recursos externos:

Publicaciones:

Cuatro Textos Cabalísticos (Ed. Riopiedras)

Cuatro Textos Cabalísticos (Casa del Libro)

Comentario sobre el Cantar de los Cantares (todostuslibros.com)

Artículos:

Las Sefirot según Azriel de Girona (3trior.com)

Escuela de Gerona (delphipages)

Judíos Cabalistas Gerundenses (Core)

Webs, enciclopedias:
Wikipedia (es): Azriel de Gerona
Wikipedia (en): Azriel of Gerona
Britannica: School of Gerona
Encyclopedia.com: Azriel of Gerona
Jewish Encyclopedia: Azriel (Ezra) Ben Menahem (Ben Solomon)