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Libros - Ibn Arabi

tratado de la unidad

Tratado de la Unidad

Basándose en el famoso hadith del Profeta: "Quien se conoce a sí mismo, conoce a su Señor", el sublime sufí andaluz Ibn Arabi ―que tanto influiría luego en los místicos cristianos como San Juan de la Cruz, Santa Teresa de Jesús y Fray Luis de León― construye un impecable edificio dialéctico sólo comparable a las grandes obras de filosofía advaita.

Ibn Arabi, nacido en Murcia en 1165, fue uno de los más grandes filósofos y místicos musulmanes, y es reconocido por la tradición sufí como el más sublime de sus Maestros.

* * *

 

"Como vela en la llama,
en su fuego me derretí
y al resplandor oscilante,
sólo a Dios vi.

Con mis propios ojos, a mí mismo me vi,
pero al mirar con los ojos de Dios,
Sólo a Dios vi.

Desvanecido en la nada me derretí.
Yo era la Vida, El Universo...
Sólo a Dios vi."

 
Detalles del libro:
  • Título: TRATADO DE LA UNIDAD
  • Autor: Ibn Arabi
    Traducido y comentado por: Roberto Pla
  • Editorial: Sirio
  • Año de edición: Octubre 2002
  • Nº de páginas: 91
  • Encuadernación: Rústica con solapas
  • Formato: 13.5 x 21
  • ISBN: 978-84-86221-63-3

De la Introducción

El tratado denominado El Tratado de la Unidad (Risalatul-Ahadiyah), que Abdul-Hadi ha traducido no figura en las listas de obras de "El-Arabi" conocidas en Occidente. Por sus características puramente metafísicas no recuerda en nada a otros trabajos, motivo probable por el que su paternidad le ha sido negada por algunos autores, pues aquí prescinde de toda determinación simbólica para adentrarse en un entramado dialéctico ajustado a las más puras normas de la lógica. En realidad el Risalatul es un serio tratado del Ser, en el que El-Arabi se muestra como un decidido y agudo partidario del monismo metafísico. En este sentido su no-dualismo absoluto sólo tiene parangón, por la grandeza de su exposición, con el advaitismo vedántico de Sankara y resulta un documento excepcional por su singularidad expositiva en ámbito del pensamiento no sólo sufí, sino también islámico.

El motivo, o hilo conductor del Risalatul, es un "hadith", o dicho célebre del Profeta: "quien se conoce a sí mismo, conoce a su Señor", que sirve de pie para afirmar la identidad de aquello nombrado como "El Señor" y el sí-mismo real. El proceso dialéctico seguido es de primer orden y revela en su autor una inteligencia constructiva poco común. Pero a esta capacidad intelectual hay que sumar algo muy importante y es que tal claridad de expresión y tal seguridad en la exposición de un esquema místico, sin perderse en ningún momento en una afirmación descuidada de dualismo, denota al hombre que ha realizado la Unidad, pues sólo desde esa altura conquistada y vivida cotidianamente es posible discurrir sin error en tema donde es tan fácil deslizarse. Así, ante tanta grandiosidad como se desprende del Tratado, sólo cabe reconocer como cierto, respecto a El-Arabi, lo que él mismo recuerda en el Colofón de su obra:

Alá prepara a los que ama y los acoge con palabra, acto, ciencia, inteligencia, luz y dirección verdadera". Amen.

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