Libros - Javier Lantero
Evangelio de Tomás
Las enseñanzas de Jesús sobre la no dualidad en el Evangelio de Tomás
El Evangelio de Tomás (EdT) consta de 114 Dichos o Logia de Sabiduría atribuidos a Jesús. Fue recuperado en unas excavaciones en 1945 siendo la datación del pergamino encontrado del año 300 aproximadamente. Parece que su antigüedad es comparable a la de los Evangelios Canónicos y que pertenece a la tradición apostólica.
El EdT es insistente en que estamos llamados a experimentar la Luz que nos constituye. Esta Luz está presente en todos, y es la que nos da acceso al Reino.
Javier Lantero realiza una profunda introducción que intenta adentrarnos en la realidad de esa Luz y en las enseñanzas de Jesús sobre la no dualidad. El autor resalta la importancia de este evangelio señalando:
«Es de resaltar los numerosos y prestigiosos investigadores que han trabajado sobre el EdT y que le otorgan una importancia fundamental. Por ejemplo, el Dr. Thomas Paterson cita a Helmut Koesler, de la Facultad de Teología de Harvard y Presidente de la Sociedad de Literatura Bíblica de EE.UU diciendo que: “Casi todos los especialistas en la Biblia en EE.UU están de acuerdo en que el Evangelio de Tomás es tan fehaciente como los evangelios del Nuevo Testamento”, y escribiendo que “Hay que conceder una autoridad igual al Evangelio de Tomás que a los Evangelios Canónicos, en un intento de reconstruir los orígenes del cristianismo”.»
Javier Lantero Rózpide nació en Madrid en 1942. Estudió economía y psicología. Ha trabajado en varias empresas y ha sido cofundador de la Fundación Tomillo, de la que es Presidente de Honor. Galardonado con el Premio EY al Emprendedor Social en 2018.
En 2019 publicó en esta misma editorial (Nous) Una imagen del ser humano.
Detalles del libro:
- Título: EVANGELIO DE TOMÁS
- Subtítulo: Las enseñanzas de Jesús sobre la no dualidad
- Autor: Dídimo Judas-Tomás
- Escrito introductorio de: Javier Lantero
- Editorial: Nous
- Año de edición: Septiembre 2024
- Disponible también: Versión Kindle
Sinopsis
El Evangelio de Tomás (EdT) consta de 114 Dichos de Sabiduría atribuidos a Jesús. Fue recuperado en unas excavaciones en 1945, siendo la datación del pergamino encontrado del año 300 aproximadamente. Al parecer, no ha sido conocido en todo este largo intervalo de tiempo. Parece que su antigüedad es comparable a la de los Evangelios Canónicos y que pertenece a la tradición apostólica.
El EdT es insistente en que estamos llamados a experimentar la Luz que nos constituye. Esta Luz, que es el Reino, está presente en Todo. Citamos, como ejemplo, algún Dicho:
En el Dicho 77, Jesús, como Cristo encarnado, dice: Yo soy la Luz que está sobre todos ellos. Yo soy el Todo [...] hendid la madera: yo estoy allí; levantad la piedra, y me encontraréis allí.
Jesús ha dicho: [...] el Reino está dentro y fuera de vosotros [...] (Dicho 3) y [...] el Reino del Padre está esparcido sobre la tierra y los hombres no lo ven. (Dicho 113).
Jesús ha dicho: [...] Hemos venido de la Luz; allí donde la Luz ha nacido de sí misma [...] Somos sus hijos y somos los elegidos del Padre Viviente (Dicho 50).
Jesús ha dicho: Cuando engendréis esto (consciencia de vida del sí mismo) en vosotros, lo que tenéis os salvará. Si no tenéis esto en vosotros, lo que no tenéis os hará morir (Dicho 70).
El Evangelio considera que la luz en el ser humano es su auténtico sí mismo. En el escrito se propone que esta luz procede de una Luz o Atención Divina mediada por el cerebro/organismo. Se apunta también a que el paradigma materialista respecto del origen o causa de la consciencia no está comprobado científicamente y que tal paradigma no parece compatible con una concepción espiritual o trascendente del ser humano.
La infinidad de contenidos mentales que conforman nuestra mente y que han sido adquiridos a lo largo de la vida son los que tapan la Luz que es su base y fundamento. En la medida en que podemos apartar los contenidos mentales, va mostrándose la Luz.
Acceder a la experiencia de la Luz implica un acto de voluntad en el presente. Esta es una primera entrada al Reino, pero la intensidad de la experiencia a la que se puede llegar es muy diversa. Se puede experimentar desde la dualidad, es decir, desde un yo psicológico que se hace consciente de su atención, de su acto de percepción en el ahora, o bien, llegando hasta trascender la dualidad, cuando la mente está silenciada y la Luz la inunda: Uno es Ella.
La consciencia de la luz, de la atención que nos permite conocer cualquier cosa o asunto, es el tesoro, el misterio oculto, al que se refieren las escrituras. Jesús ha dicho: Conoce lo que está delante de tu rostro y lo que está oculto te será revelado; porque nada hay oculto que no pueda ser manifestado (Dicho 5). La referida consciencia es un aspecto fundamental de la superación de la dualidad, puesto que implica entrar en conocimiento de lo que verdaderamente es en nosotros.
La experiencia de la Luz nos cambia el yo psicológico “sin saber cómo” (Mc.4. 27) al recibir los Frutos y Dones del Espíritu. Esta armonización es también superación de la dualidad sobre la que el EdT es insistente, por ejemplo: [...] cuando hagáis del dos uno, y cuando hagáis lo que está dentro (luz, sí mismo) como lo que está fuera (mente, yo psicológico) y lo que está fuera como lo que está dentro...entonces entraréis en el Reino.
El Reino es, pues, un estado de presencia en la Luz, que es uno mismo, así como de armonización del yo psicológico con lo que proviene de Ella. El EdT alude al Reino como una situación de descanso o reposo (Dichos 60 y 90). Cynthia Bourgeault escribe: “con la unificación nuestro ser interior descansa y esa apacibilidad fluye hacia el mundo exterior como sabiduría y compasión.”
De la unión que todos tenemos en la Luz del Reino procede el principal mandamiento: Jesús ha dicho: Ama a tu hermano como a tu alma; vela por él como la niña de tu ojo (Dicho 25).
En el EdT Jesús nos indica los caminos que hemos de allanar para facilitar la experiencia del Reino. En este escrito los hemos agrupado bajo las rúbricas de Atención, Desprendimiento y Limpieza de Corazón. Jesús también nos previene de lo fácil que es perder el camino y/o ser devorados por el mundo.
Jesús quiso acercarnos el Reino: He venido a traer un fuego sobre el mundo y he de preservarlo hasta que lo incendie (Dicho 10). Y también: Os daré lo que el ojo no ha visto, lo que la oreja no ha oído y lo que la mano no ha tocado ni ha llegado al corazón del hombre (Dicho 17).
Termino el escrito con una cita del libro de Roberto Pla en la que se refiere al reconocimiento de Jesús como Cristo encarnado y también al del Cristo preexistente, universal y eterno:
[...] “Aunque ambos son uno solo, si se quiere entender al Cristo completo, no es posible prescindir del Cristo que desde el principio y desde que existió el primer hombre sobre la tierra yace olvidado, desconocido, crucificado en el interior de cada hombre, y que solo espera para revelar su presencia inmortal, divina, inseparable, ser invocado por el amor y la fe. Entonces llegará al interior de cada hombre la bienaventuranza verdadera de su resurrección”. (1)
- Pla Sales, R., (2018). El Hombre Templo de Dios Vivo, exégesis oculta de la religión de Cristo a partir de comentarios al Evangelio según Tomás. Málaga, Ed. Sirio, pág. 41.
