Ruta de Sección: Inicio > Libros > Artículo

Libros - María del Pilar Novoa Salvador

Ego superior, ego inferior
La dicotomía que nos lleva a la verdad

Ego superior, ego inferior

Tradicionalmente se ha concebido el ego como una parte negativa de la personalidad. Esto no es del todo cierto, ya que el ego no es bueno ni malo. Simplemente hay que conocerlo bien para aprender a gestionarlo, y a conocernos.

María del Pilar Novoa nos explica que existen dos tipos de egos, el superior y el inferior, y que uno de los dos está siempre en la base de la personalidad de todas las personas. El ego superior reside en personas que se sienten dotadas de muchas cualidades, que han crecido con el apoyo familiar y que sienten cierto complejo de superioridad (entre muchas otras características). Mientras que el ego inferior, por su parte, es propio de personas muy criticadas o poco favorecidas en su niñez, y que tienen tendencia a ponerse al servicio de los demás, por ejemplo.

Conocer las características y peculiaridades de cada uno de estos egos, y descubrir cuál de los dos te gobierna, te ayudará a conocerte mejor, y a descubrir de qué modo tu ego condiciona tu vida en muchos aspectos (en la familia, en el trabajo, en las relaciones de pareja) y cómo puedes convertirlo en tu aliado para conseguir tus propósitos.

Ego superior, ego inferior te ayudará a descubrir los dos potentes personajes que dominan nuestra vida. Un libro atrevido y necesario para seguir avanzando en nuestra construcción personal, el único camino para crear un mundo mejor.

«Un libro que te explica que el ego no es malo, sino que constituye una herramienta operativa y funcional muy importante para nuestra existencia. Asimismo, te da pistas para convertirlo en tu aliado, identificando qué tipo de ego tienes y cómo ponerlo al servicio de tu yo auténtico.»

Ver aquí un booktrailer del libro
Detalles del libro:
  • Nº de páginas: 176
  • Encuadernación: Rústica con solapas
  • Formato: 15.3 x 23
  • ISBN: 978-8410451070

De la Introducción

María del Pilar Novoa Salvador

María del Pilar Novoa Salvador, es licenciada en ciencias económicas por la Universidad Complutense de Madrid. A raíz de una gran crisis personal realizó varios estudios de postgrado en Psicología Humanista y Psicología Transpersonal, y es máster en Sostenibilidad. Es la creadora de la Fundación SoySol, una ONG de cariz social y medioambiental que ofrece diferentes vías para potenciar el crecimiento personal y contribuir a evolucionar como humanos gracias a nuestra capacidad de amar. / Más info

www.fundacionsoysol.org

No es fácil decirte, querido lector, que cada uno de nosotros no es realmente lo que cree ser. Cada uno tiene una idea de quién es, pero la realidad es que nadie lo sabe con certeza. Ser lo que somos es una tarea difícil de realizar porque todos nos movemos en la superficie, en la idea acerca de quiénes somos, no en la esencia que habita dentro de nosotros.

Es sabido que espiritualmente todos hablan de un ser interior que habita en nosotros y que en realidad es amor. No obstante, salvo unos pocos iluminados capaces de ver quiénes somos en realidad, todos los demás creemos ―pero no sabemos, ni hemos experimentado con claridad― que en nuestro interior existe una luz eterna, a la que no tenemos un acceso tan directo como quisiéramos. Para tenerlo, antes hay que quitar capas a la cebolla. Solo así llegaremos al núcleo de nuestra verdad más íntima.

A pesar de que muchos pretenden ya saberlo e incluso hablan de ello con desinhibición, cuando los escuchas ves que las palabras están huecas de experiencias, que hablan del amor esencial como si ya estuviesen en contacto con él, aunque ni siquiera han deshilvanado la verdad de su ego. Si no conoces tu ego, tu personalidad, tus reacciones naturales a los acontecimientos, no podrás llegar tan hondo.

Otra de las razones que nos impide saber quiénes somos en realidad es que, a la mínima ocasión, terminamos rechazando todo lo que vemos, incluso cuando se nos presentan múltiples situaciones para que podamos conocer la envoltura del ego. Corremos un tupido velo y seguimos auto-engañándonos, convencidos de que somos algo que en realidad no somos. Por eso te invito a que abraces lo que descubras de ti y te des tiempo para comprenderte, amarte y aceptar lo que quizás no estés abierto a admitir. Solo así profundizarás y llegarás a la raíz de quién eres en realidad. Y podrás al fin amarte auténticamente y abrir la puerta de la auto-realización, convirtiéndote de verdad en la mejor versión de ti mismo.

Muchas de las cosas que vemos en el otro son en realidad nuestras, pero no queremos que nadie las descubra. Tanto es así que ni nos damos cuenta de ello y proyectamos hacia fuera lo que en realidad es nuestro. Lo que en psicología se conoce como proyección no es más que la evasión de la verdad, es eludir que quizás no soy tan perfecto, es evitar encontrar que en mi imperfección se esconde la maravilla que no sé hallar.

Muchos buscan dentro de sí mismos su verdad realizando prácticas diversas, a cuál más interesante. Algunos incluso comercian con ellas, haciendo de todo sin hacer nada, sin comprometerse seriamente con un camino, sino queriendo conocerlos todos, sin enraizar en ninguno. De este modo pierden mucho poder de autoconocimiento, porque se dispersan, se entretienen y mercantilizan su camino picoteando de todo, y así jamás profundizarán seriamente en nada.

Para que puedas llegar a la raíz de quién eres, no solo necesitas tener práctica ―no siempre es imprescindible―, sino que, además, has de abrir la mirada a la verdad de nuestra imperfección. No solemos admitirla, porque duele demasiado. Perdemos mucho tiempo huyendo de nosotros mismos, y así es imposible dar en la diana. Si cuando ves la primera capa de la cebolla, en vez de quitarla y examinarla minuciosamente, colocas encima otra más compleja que te aleje de la verdad auténtica buscando una explicación complicada para justificar lo que todavía no puedes aceptar de ti, dificultarás encontrar tu propia verdad.

Esto que te relato es nada más y nada menos que autoconocimiento. La entrada a la casa de los dioses se realiza precisamente por ahí. No hay atajos. Existen muchas ideas sobre lo que es un camino de auto-realización, pero la mayoría de las personas no lo acometen porque no desarrollan suficientemente su capacidad de amar. No puedes amar si no estás dispuesto a aceptar tu imperfección. Me dirás que sí, que a veces ves defectos y errores en ti, pero en la mayoría de las ocasiones solo estás en la superficie, no has llegado al meollo que constituye el punto de partida para deshilvanar todas las verdades.

Para encontrar ese meollo debemos vernos claramente. Si lo hacemos en cada situación vivida, podremos observar con facilidad que nuestro ego está jugando un papel en ellas. Así dejaremos de quejarnos y de culpar a otros sobre lo que nosotros hacemos. O dejaremos de inmovilizarnos y de culpabilizarnos a nosotros mismos creyendo que somos el gran error de todo. Ni lo uno ni lo otro es cierto, pero si no llegas a la raíz desde donde parten todos los entresijos, no podrás descubrir cómo tu ego te engaña para ver una verdad muy limitada de ti mismo.

Vamos a ir profundizando en ello poco a poco y, para empezar, te diré que hay muchos mapas de autoconocimiento, más de los que podríamos examinar en estas páginas, pero existe uno que nunca he visto explicado detalladamente y que es el más sencillo de todos: saber si tu ego juega a hacerte sentir superior o inferior. Ahí está el primero de todos los condicionamientos. Si no lo descubres en profundidad, todas las explicaciones sobre cómo es tu personalidad, por bueno que sea el mapa, se quedarán cojas, carentes de claridad suficiente para poder ver con total transparencia cómo tu ego juega contigo a escondidas. Si no lo descubres, no llegarás a la profundidad de lo que eres en realidad. Debes recorrer ese camino con audacia.

En este libro vamos a abordar un mapa simple pero potente, que consiste en saber cómo son el ego superior y el inferior. Uno de los dos te pertenece. Uno te hace sentir mejor que los demás y el otro, peor. Ambas percepciones, por mucho que las argumentes, son una gran ilusión de la que te liberarías si encontrases por fin quién eres en realidad. Las dos posiciones constituyen una prisión de dolor y una fuente de sufrimiento, porque afectan radicalmente a nuestra manera de comportarnos, a nuestras decisiones y, en general, al modo de relacionarnos con nosotros mismos y los demás.

Para ayudarte a desenmascarar tu ego y llegar a la raíz esencial de lo que eres, atravesaremos el conocimiento de ambos tipos de ego en los próximos 31 capítulos. La intención es que te sirvan de base para saber encontrar el tuyo y que obtengas herramientas para colocarlo en el sitio ideal. Obviamente, no te verás reflejado al cien por cien en ninguno, porque todos hablan de modo didáctico. Nadie cabe en un libro. Y la intensidad de los egos también es distinta en cada persona. A veces se puede tener un ego muy fuerte pero no saberlo en realidad. Yo, por ejemplo, he tenido un ego muy intenso que he ido deshilvanando en mis más de 20 años de trabajo personal.

* * *

Este es un libro de trabajo personal para escapar de la prisión del ego, que no debe ser atacado, ni dañado, sino comprendido. Solo así podrá convertirse en un aliado, y lograremos que sus aspectos negativos no boicoteen nuestra felicidad en la tierra. Simplemente hemos de acoger con amor lo que somos, y para ello hay que desmembrar el ego. No sufrirás al leer este libro si comprendes que tú no eres el ego. Trátalo como si fuese un hermano pequeño con discapacidad, al que debes guiar para que no se haga daño a sí mismo. Solo así podrás de verdad mirarlo con compasión, comprender que su existencia es necesaria y darle lo que necesita para que, a su vez, te apoye en tu camino hacia una dimensión de auto-realización.

Yo he transcendido mi ego de tal manera que algunos ya dudarían de si tengo ego inferior o superior, porque a veces no actúo siguiendo la inercia de mi propio ego, sino según conviene para ayudar a otros a verse mejor o para amarme mejor a mí misma y a los demás. En el año 2000 sufrí una crisis muy fuerte que me condujo a hacer psicoterapia durante muchos años y, aunque al principio creía que no había nada bueno en mí, con el paso de los años descubrí que todo lo bueno que veía con claridad en otras personas era también mío. No solo eso, sino que también comprendí que, gracias a que yo tenía esas cualidades, podía verlas con claridad en los otros. Luego empecé a reír, a disfrutar de mí misma, a saber que en realidad la vida es un regalo, y pasé de no desear vivir a querer hacerlo con fuerza e ilusión. Las pruebas que me presenta la vida no son pocas, pero las afronto con la serenidad de quien sabe que no hay motivo para sufrir cuando de verdad tenemos amor.

He estudiado muchas cosas. Por un accidente del destino ―no por vocación―, soy licenciada en Económicas y Empresariales, pero nada más estabilizarme profesionalmente comencé a hacer estudios de posgrado de Psicología y otras áreas afines. Mi conocimiento, sin embargo, emana de mi propia experiencia personal. Este es un libro experiencial, nada académico. No me he apoyado en ninguna bibliografía para escribirlo ni cito a ningún maestro en particular. La herramienta que más me ha ayudado a profundizar en mí misma es la meditación.

Al principio, en el año 2003, empecé mi práctica de meditación siguiendo los lineamientos del zen y luego continué con la práctica del tao y el mindfulness a la vez. Actualmente, cada día hago una inmersión de mente profunda para conectar con mi ser, y he integrado mi práctica en lo cotidiano del día a día; gracias a ello, vivo la vida con un grado de bienestar importante, a pesar de las muchas adversidades que me han visitado y visitan.

No soy perfecta, pero he aprendido que lo mejor de mí es mi imperfección y que si no fuese por ella no habría descubierto el gran amor que hay en mí. He fundado la Fundación SoySol, un proyecto para dar bienestar a la tierra y a las personas, y actualmente procuro compaginar este proyecto de una manera residual con un trabajo remunerado, para poder seguir escribiendo en mi tiempo libre.