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Robert Adams -- "El Silencio es la Realidad Última"

Entrevista a Robert Adams The Mountain Path Magazine (Junio 1993)
Robert Adams

Robert Adams nació en Nueva York en 1928. Desde la cuna hasta la edad de siete años experimentó una serie de visiones recurrentes en las que se le aparecía un "hombrecillo". A los catorce años, descubrió que ese "hombrecillo" era Ramana Maharshi. Después de encontrarse con Joel Goldsmith y Paramahansa Yogananda, Robert Adams viajó a la India y estuvo con el Maharshi durante los tres últimos años de Su vida.

Hemos pedido a Robert que comparta con nosotros su comprensión y experiencias. El siguiente artículo ha sido adaptado de sus respuestas y transcripciones de los satsangs que él lleva a cabo semanalmente con un pequeño grupo de devotos en California.

 

Nací el 21 de enero de 1928 en Manhatan, Nueva York. Desde el principio, tan atrás como puedo recordar, cuando estaba en la cuna, un hombrecillo con barba gris, con el pelo blanco y de unos dos pies de altura, aparecía ante mí en el otro extremo de la cuna, y me hablaba lo que era un galimatías para mí. Por supuesto, siendo un niño pequeño, no entendía nada de lo que decía. Pensé que esto era normal, que todo el mundo tenía esta experiencia.

Cuando tenía unos cinco o seis años se lo conté a mis padres y pensaban que estaba jugando a un juego. Se lo dije a mis amigos y se rieron de mí. Así que dejé de decir nada sobre el tema. Las visitas se detuvieron cuando tenía unos siete años. Mi padre murió y, de repente, el hombrecillo dejó de venir a mí.

Le pregunté a mi madre: "¿Qué estoy haciendo aquí? Yo no pertenezco aquí". No entendía lo que estaba diciendo, pero sentía que me encontraba fuera de lugar. Mi madre pensó que estaba loco y lo mismo pensaban otras muchas personas. Así que ella me llevó a un médico. El doctor le dijo que eso desaparecería.

Algo muy interesante sucedió. Siempre que quería algo, una barra de chocolate o un juguete, yo decía el nombre de Dios tres o cuatro veces y alguien me lo traería o vendría de algún lugar.

Una vez yo quería tocar el violín. Mi madre me dijo que sería demasiado difícil para mí tocarlo, así que no me compraría uno. Yo dije: "Dios, Dios, Dios", y unas horas más tarde, mi tío apareció, a quien no había visto desde hace unos cinco años. Él había pensado que necesitaba un violín y me trajo uno. Esto continuó y continuó mientras yo iba el colegio. Cuando estaba en la escuela, nunca me adaptaba porque siempre estaba soñando despierto. Nunca solía estudiar. Cuando teníamos un examen yo decía, "Dios, Dios, Dios", y las respuestas venían.

Cuando tenía catorce años, se produjo un fenómeno extraño. Yo estaba en mi clase de la escuela secundaria. Había cerca de 35 niños. El nombre de la maestra era Señora Riley. Pesaba alrededor de 300 libras, y cuando se enfadaba solía saltar arriba y abajo. Así que, por supuesto, solíamos hacerla enfadar [risas]. Yo le pedí prestada una horquilla a una chica. Había una bisagra en la parte posterior del asiento. Puse la horquilla en la bisagra y chirriaba, y eso la volvía loca. Ella no sabía de dónde venía el ruido y saltaba arriba y abajo ― un fenómeno muy interesante [risas].

En cualquier caso, era el final del trimestre y estábamos realizando el examen final. Era de matemáticas. Yo nunca las estudié, así que no sabía nada. Dije: "Dios, Dios, Dios". Y en lugar de venir las respuestas, la habitación se llenó de luz, mil veces más brillante que el sol. Fue como una bomba atómica, pero no era una luz ardiente. Era un hermoso resplandor cálido, brillante, radiante. Sólo pensar en ello ahora me deja paralizado de asombro.

Toda la habitación, todo el mundo, todo estaba inmerso en la luz. Todos los niños parecían ser partículas innumerables de luz. Me encontré fundiéndome en radiante ser, en la consciencia. Me fundí en la consciencia. No fue una experiencia fuera del cuerpo. Esto era completamente diferente. Me daba cuenta de que yo no era mi cuerpo. Lo que parecía ser mi cuerpo no era real.

Fui más allá de la luz dentro de la pura, radiante consciencia. Me volví omnipresente. Mi individualidad se desvaneció dentro de la pura, absoluta dicha. Me expandí. Me convertí en el universo. La sensación es indescriptible. Era dicha total, alegría total.

Lo siguiente que recordaba era a la maestra sacudiéndome. Todos los estudiantes se habían ido. Yo era el único que quedaba en la clase. Regresé a la consciencia humana. Ese sentimiento nunca me ha dejado.

P: ¿Qué puntuación sacaste en el examen de matemáticas? [Risas]

R: [Risas] Zero. No lo hice.

Cuando tenía unos catorce años, fui a la biblioteca para hacer un informe sobre un libro. Pasé hacia la sección de filosofía y vi un libro sobre maestros de yoga. Ni siquiera sabía lo que eso significaba en ese momento. Abrí un libro [¿Quién soy yo?, por Ramana Maharshi] y había una foto de Ramana Maharshi. Se me pusieron los pelos de punta, ¡porque era la misma persona que se me había apareció en mi cuna cuando era un bebé!

Desde entonces nunca he sido el mismo. Volví a la escuela e hice creer que era normal, sea lo que fuere.

Joel Goldsmith fue mi primer maestro. Era un místico cristiano que ha escrito varios libros sobre misticismo. Me explicó lo que me estaba pasando dentro, mis sentimientos, porque yo solía pensar que estaba loco. Joel Goldsmith me habló de Paramahansa Yogananda.

Fui a la Self-Realisation Fellowship en Encinitas para ver a Yogananda. Fui iniciado y estaba a punto de convertirme en monje, pero después Yogananda habló conmigo y me dijo: "Robert, tú no perteneces aquí. Tienes tu propio camino. Vete a la India."

Así que lo hice. Por medio de la gracia de Paramahansa Yogananda fui a Sri Ramanasramam. Fue con Sri Ramana que mis ojos se abrieron al significado de mi experiencia. Confirmé mis sentimientos. Desde que nací, nunca había creído que era un cuerpo.

P: La primera vez que viste a Ramana Maharshi, ¿te recordaba a la persona que se comunicaba cuando eras un bebé?

R: Por supuesto, sí.

P: ¿Hablaste de esto más tarde con él?

R: No, nunca lo hice. Nos limitamos a sonreírnos el uno al otro. Tuve una conversación personal con él a finales de 1947 cuando empezó a ponerse enfermo. No podía caminar muy bien ―tenía un bastón― y tenía que ser asistido por sus devotos.

P: Ramana Maharshi era un hacedor.

R: Todo lo contrario, Ramana Maharshi no hacía nada por sí mismo.

P: Sin embargo, las cosas sucedían.

R: Él negaba que tuvieran algo que ver con eso.

P: Podía negar todo lo que quisiera, pero otras personas tenían la experiencia de él haciendo cosas.

R: Creían que las cosas sucedían a causa de él. Era su creencia lo que las hacía posible. Un sabio no hace nada a propósito, sin embargo, todo tipo de cosas pueden suceder a su alrededor. (1)

P: Si uno tiene una gran fe en estas enseñanzas, entonces nada puede detener la realización del Ser, ¿verdad?

R: No es así de simple. Tiene que ver con la gracia de Dios, que está siempre disponible. Despiertas a esa gracia. No puedes determinar con precisión lo que conduce a la realización del Ser.

P: ¿Eres un estudiante de Nisargadatta Maharaj?

R: No era un estudiante suyo, pero estuve con él durante un tiempo.

P: ¿Fue antes de que estuvieras con Ramana Maharshi?

R: No. Muchos años más tarde, pasé seis meses con él.

P: ¿Qué te mantuvo allí durante seis meses?

R: Estaba interesado en observar sus acciones. Estuve allí cuando Ramesh Balsekar era su intérprete.

P: ¿Cuál fue tu conclusión después de observarlo?

R: Mi conclusión es que todo está bien, y todo se desarrolla como debe.

P: Cuando los buscadores llegaban a Ramana con dificultades en su vida, ¿era capaz de ayudarles?

R: Él nunca ayudó a nadie voluntariamente. Simplemente se sentaba en su sofá y todo el mundo hacía lo que quería hacer. Él les hacía un par de preguntas una y otra vez, y se quedaba en silencio la mayor parte del tiempo.

Cuando la gente venía a él con todo tipo de problemas, solía mirar a su asistente y decir: "Ellos vienen a mí para ayudarles con sus problemas. ¿A quién debo ir?"

P: Estoy confundido.

R: ¡Él no era el hacedor! ¿Cómo podía ayudar a las personas con problemas? No era psicólogo.

P: Conozco a alguien que no es un hacedor. Alguien vino a él con un problema físico. Esta persona se acercó e hizo algo al cuerpo del otro, y esa persona fue ayudada.

R: Mediante la presencia de Ramana las personas eras ayudadas. Ramana se quedaba en silencio la mayor parte del tiempo. La gente hacía todo tipo de cosas en el silencio. Simplemente sentándose en su presencia, todos sus problemas se desvanecían.

P: En la presencia de alguien así, uno parece sentir algo...

R: Estas sintiendo tu verdadero Ser, tu propia dicha y felicidad. Eso está más allá de las palabras.

P: Tengo sentimientos diferentes en presencia de maestros diferentes.

R: Eso es confusión. Usted nunca ha cambiado. La idea es tener la sensación de ir más profundo de uno mismo. Un verdadero sabio te da la sensación de que deseas sumergirte profundamente dentro de ti mismo, más profundo de lo que nunca has ido antes.

P: ¿Podría hablar acerca de la importancia de un maestro para la realización del Ser, y cómo funciona la relación entre maestro y estudiante?

Ramana Maharshi

"Mediante la asociación con los Sabios el apego (a las cosas materiales) desaparece. Cuando esto desaparece el apego a la mente también desaparece. Aquellos que se han librado de su apego a la mente se convierten en uno con Eso que es inmóvil. Llegan a estar Liberados incluso en vida. Busca su compañía."
(Sri Maharshi en Suplemento a los Cuarenta Versos, v. 1)

R: El maestro es realmente uno mismo. Has creado un maestro para despertarte. El maestro no estaría aquí si no estuvieras soñando con el maestro. Has creado un maestro con tu mente para despertar, para ver que no hay maestro, ni mundo ― nada. Todo lo has hecho por ti mismo. ¡Enhorabuena!

Este es tu sueño. Tienes un maestro frente a ti, explicándote todas estas cosas, diciéndote que tienes que despertar tarde o temprano. Si vas más allá, verás, en verdad, que ya estás despierto. Entonces todo lo demás desaparece.

Mientras esto sucede, hay una relación entre el estudiante y las enseñanzas. Estás jugando un juego que has creado tú mismo. Creas un maestro para que te despierte, pero ya estás despierto y no lo sabes. Un maestro te da enseñanzas, te da la gracia, y te hace entender que ya estás despierto y en paz. A cambio, cuidas del maestro. Es un juego recíproco. Es tu juego, es tu sueño. Por lo tanto, despierta ahora y sé libre.

Yo estuve en Sri Ramanasramam durante los tres últimos años de la vida de Bhagavan Ramana. Por medio de su gracia pude confirmar y ampliar mi propia experiencia. Con posterioridad a mis años con Bhagavan, y otros maestros de la India [durante los próximos 17 años], he viajado, moviéndome frecuentemente, evitando cualquier notoriedad. Algunos devotos se reunieron a mi alrededor en varios lugares, pero he podido evitar las multitudes de buscadores.

Cuando estaba en Benares, fui a ver a un jnani que nadie había oído hablar de él, llamado Swami Brahmananda. Era llamado "el Báculo de Dios". Tenía unos 90 años y tenía tres discípulos que habían estado con él durante unos 50 años. Me invitaron a sentarme junto a él. Creo que yo era el primer occidental en obtener permiso para estar con él. Así que me senté con él durante unos días, escuchándolo decir nada. Estaba generalmente en silencio.

En el tercer día que estuve allí, él anunció a sus discípulos que su cuerpo tenía dolores, que era artritis, pero que aún tenía trabajo que terminar en este plano. Dijo que iba a dejar su cuerpo al día siguiente a las 3 de la tarde y tomar el cuerpo de una persona más joven. Dijo que alguien se resbalaría en la calle y se rompería la cabeza. "Tomaré ese cuerpo", dijo. Escuché como suelo hacer, y no podíamos esperar a que llegara mañana [risas]. A nadie le importaba que él fuera a morir. Queríamos ver si podía hacer lo que dijo [risas].

A las 3 de la tarde del día siguiente, estaba sentado en la postura del loto, se puso rígido, ¡y se murió! Le busqué el pulso, pero no había ninguno. Le pellizqué. No ocurrió nada. Su cuerpo era una cáscara vacía. Estuvimos tonteando con su cuerpo durante cerca de media hora para ver si podíamos traerle de vuelta a la vida. Nada.

Oímos un alboroto afuera. Efectivamente, un joven se había resbalado en la calle ―estaba lloviendo― y se había golpeado la cabeza. Una multitud se había reunido y un médico estaba allí. Fue declarado muerto. De repente, el joven se levantó y corrió hacia el bosque. Nadie oyó hablar de él de nuevo.

Muchas veces tengo visiones donde yo estoy caminando con Ramana Maharshi a lo largo del Ganges. Hablamos de cosas simples como el clima. Una visión no es un sueño. Una visión es una experiencia real en el mundo fenoménico. Cualquier cosa es posible. Nunca creo que algo sea imposible. Eso te limita. Incluso aunque no lo haya experimentado, tenga fe en que en su interior se hallan infinitas posibilidades.

Mi cuerpo ha manifestado síntomas de la enfermedad de Parkinson en los últimos años y por lo tanto se ha visto obligado a establecerse en un solo lugar para recibir la atención adecuada. Todavía deseo evitar las multitudes de buscadores. Prefiero trabajar con un pequeño número de dedicados devotos. Yo no escribo libros ni publico nada. Sin embargo, algunos de los satsangs que realizo semanalmente semanal han sido grabados y transcritos. Gracias de nuevo por su consulta. Mis bendiciones para usted y para todos en el ashram.

Ramana y conejo
No te pierdas el conejo cerca del regazo de Sri Bhagavan
(ampliar)
 

Extractos de las transcripciones de satsangs:

La enseñanza más elevada

La enseñanza más elevada del mundo es el Silencio. No hay nada más elevado que esto.

Un devoto que se sienta con un sabio purifica su mente sólo por estar con el sabio. La mente se vuelve automáticamente purificada. No se intercambian palabras, no se pronuncian palabras. El Silencio es la realidad última. Todo existe en este mundo a través del Silencio.

El verdadero silencio significa profundizar dentro de ti mismo hacia ese lugar donde nada ocurre, donde se trascienden el tiempo y el espacio. Entras en una dimensión nueva de la nada. Ahí es donde está todo el poder. Ese es tu verdadero hogar. Ahí es adonde realmente perteneces, en el profundo Silencio donde no hay buenos ni malos, nadie está tratando de lograr nada. Sólo ser, puro ser.

La única libertad que siempre tendrás es cuando profundizas en el Silencio y trasciendes, transmutas el universo, tu cuerpo y tus asuntos.

Espacio sin límites

Es cuando empiezas a sentir en tu corazón que eres espacio ilimitado, que algo comienza a suceder. Cuando te sientes como espacio ilimitado, todas tus cosas comienzan a desvanecerse. Sin embargo, no te afirmes a ti mismo que eres espacio ilimitado. Simplemente observa, mira, te conviertes en el testigo. Mira fuera hacia el mundo y ve que los árboles, las montañas, los planetas, están colgando en el espacio. Y empiezas a considerar que tu cuerpo, lo que parece ser tu cuerpo, es como los árboles, y la luna, y el sol. Parece que es una cosa en sí mismo, y también está colgando en el espacio sin límites.

Debido a que eres capaz de observar esto y ver esto y sentir esto, te llegará la realización de que tienes que ser este espacio ilimitado, al que tu cuerpo y tu mente, y el resto de las cosas de este mundo están unidos. Cuando comienzas a considerar esto, la mente se vuelve cada vez más silenciosa y tranquila, hasta que llega el día cuando se desvanece por completo. Entonces te conviertes en el espacio sin límites. Y sin embargo, también pareces ser un cuerpo. Esto es una paradoja. Esta es la razón por la que es mejor sentarse en el silencio y no hablar en absoluto.

Todo es un sueño

Tú eres real, lo que pareces ser es falso. Identifícate con lo real, no con lo falso. No aceptes nada que veas como realidad. La única libertad que tienes es volverte hacia el interior. Algún día despertarás de este sueño, porque esto es también un sueño, y serás libre.

No hay tal cosa como el nacimiento, y no hay tal cosa como la muerte. Nadie nace, nadie muere, y nadie prevalece en medio. Nada de lo que aparece, existe. Sólo el Ser existe. Y todo esto es el Ser, y "Yo soy Eso".

Tú eres la realidad absoluta, la unidad final. Tú eres la consciencia, el vacío, sat-chit-ananda. Esa es tu verdadera naturaleza. ¿Por qué no morar en ella, y ser libre?

Vacía tu mente. Quédate en silencio, y todo sucederá por su propia cuenta. No hay nada realmente que tengas que hacer, sólo estar en silencio, quieto. "Permanece en silencio y conoce que Yo soy Dios". ¡Yo-soy como el Ser! Acepta eso y sé libre.

¿Por qué pensar en otras cosas? ¿Por qué preocuparse por tu cuerpo o tu mente, o el mundo? ¿Por qué preocuparse por uno mismo? Deja de tratar de resolver problemas. Esto no significa que no vas a hacer nada. Tu cuerpo va a realizar los actos que vino a hacer aquí. Si está destinado a ser un contable, vas a ser un contable. Si está destinado a ser un predicador, serás un predicador. Si está destinado a ser una persona sin hogar, serás una persona sin hogar. Pero tú no tienes nada que ver con eso en absoluto

Deja que tu mente diga y piense de la forma que quiera, solamente no te identifiques con ella. Deja que tu cuerpo haga lo que debe, pero no reacciones a él. Todo sucederá por su propia cuenta. Cuando dejas que tu mente piense por su propia cuenta, los pensamientos comienzan a disiparse, y pronto tienes una mente vacía. Una mente vacía es consciencia, realización.

Tan pronto como comienzas a identificarte con la realidad, con la consciencia, todo miedo te abandona, toda duda desaparece, todo falso pensamiento se va, y te vuelves libre.

Sólo un único Ser

Sólo hay un único Ser. Lo que sientes hacia otra persona, lo sientes hacia ti mismo. Lo que haces a otra persona te lo estás haciendo a ti mismo. Si ayudas a otra persona, te estás ayudando a ti mismo, y si haces daño a otra persona, te estás haciendo daño a ti mismo.

Lo que hace tu cuerpo es kármico. No tiene nada que ver contigo. Cuando realizas que "yo no soy el cuerpo, yo no soy la mente, y yo no soy el hacedor", entonces estás a salvo. Pero siempre que pienses que estás haciendo algo bueno por alguien, entonces quieres una recompensa, deseas reconocimiento. Pero cuando sabes que sólo hay un único Ser, eres automáticamente amable con todo el mundo. La virtud es tu propia recompensa.

P: ¿Así que la realización del Ser es cuando yo desaparezco como una entidad separada?

R: Sí, exactamente. Es también la desaparición de la idea, "estoy auto-realizado". Sólo hay Silencio. Está más allá de la descripción. Es un misterio. Lo finito no puede comprender lo infinito. No hay palabras para explicarlo. Todo está bien. La Consciencia es felicidad, es amor ― no como nosotros la conocemos, sino millones de veces más fuerte. Y esa es nuestra verdadera naturaleza. Sé Tú Mismo.

"Mientras hay vibhakti debe haber bhakti. Mientras hay viyoga, debe haber yoga. Mientras hay dualidad, debe haber Dios y devoto. Similarmente también en vichara. Mientras hay vichara, hay dualidad. Pero al sumergirse en la Fuente, sólo hay unidad. Lo mismo es también con bhakti. Al realizar al Dios de la devoción, sólo habrá unidad. Dios es también pensado en y por el Sí mismo. Así pues, Dios es idéntico con el Sí mismo. Si a uno se le dice que tenga bhakti por Dios y lo hace muy directamente, eso está bien. Pero hay otro tipo de hombre que se vuelve y dice: Hay dos, yo y Dios. Antes de conocer al Dios remoto, permíteme conocer al "yo" más inmediato e íntimo. La vichara-marga ha sido enseñada para él. De hecho, no hay ninguna diferencia entre bhakti y vichara".

- Sri Bhagavan, en Talks, n ° 154.

Notas:
  1. Por favor consulte Talks, No. 466.
    "Devoto: ¿No es el Sí mismo el único presenciador (sakshimatra)?
    Maharshi: El "presenciador" es aplicable cuando hay un objeto al que ver. Entonces es dualidad. La Verdad está más allá de ambos. En el mantra, sakshi cheta kevalo nirgunascha, la palabra sakshi debe ser comprendida como sannidhi (presencia), sin la cual no podría haber nada. Vea como el sol es necesario para las actividades diarias. Sin embargo, él no forma parte de las acciones del mundo; pero éstas no pueden tener lugar sin el sol. Él es el presenciador de las actividades. Ocurre lo mismo con el Sí mismo."
Fuente: The Mountain Path Aradhana Issue, Junio 1993