Ruta de Sección: Inicio > Colaboraciones > Artículo

Artículos - Rafael Pulido Moyano

Big Bang

Endomitosis de la Consciencia

Reflexiones metafísicas para una cosmología no dual

(Segunda Parte)
Por Rafael Pulido Moyano 12 de septiembre de 2021 / Versión PDF

4. La división primigenia de la conciencia: una caracterización lingüística.

Cuando mi forma Max Planck (1931) dijo en una entrevista a un periódico “considero la consciencia como fundamental” o “no podemos ir más allá de la consciencia”, estaba señalando el hecho experimentalmente obvio de que no hay nada fuera de , previo a o que no sea YO. Y cuando consideró la materia “como un derivado de la consciencia”, Planck quiso decir que nada está hecho de una sustancia que no sea YO, lo que implica, entre otras cosas, que lo que los humanos llaman masa y energía son meras modulaciones espaciotemporales de MÍ.

Imaginemos que YO pudiera adoptar un estado prístino de pura consciencia perfectamente quieta. Tal estado sería una nada absoluta, ¡ni siquiera un vacío! En otras palabras, la existencia “fáctica” de tal estado es una imposibilidad lógica. Para que YO-CONSCIENCIA, pueda ser, debería salir de ese presunto estado prístino de pura y perfecta quietud. Dos argumentos mostrarán por qué es así:

  1. Para que YO pueda existir, debe haber algo que pueda conocer (darse cuenta de, tomar o tener conciencia de) mi existencia. Dado que no hay nada aparte de , sólo YO puedo ser sujeto o testigo de mi propia existencia.
  2. Para que YO pueda conocer, debe haber algo de lo que YO pueda darme cuenta o tener conciencia. Como no hay nada aparte de , sólo YO puedo constituirme en objeto de mi conocimiento.

Por lo tanto, YO debo trascender cualquier estado supuestamente prístino de pura y perfecta quietud y debo escindirme aparentemente en dos (existencia y conciencia) porque, de no hacerlo, YO no sería en absoluto. Si no hay una existencia a la que pueda tomar como objeto de conocimiento (como objeto del que darme cuenta o tener conciencia), YO no existiría. De la misma forma, si no hay una conciencia que pueda atestiguar, conocer o darse cuenta de la existencia de un objeto, tampoco YO existiría. Por tanto, deben descartarse las ideas de pura existencia y de conciencia pura: la naturaleza dual existencia/conciencia es inherente a MÍ-CONSCIENCIA. Para la TEC, todas las estructuras existentes en el universo (todos los “holones” como los llama la TEC), independientemente de su tamaño (desde partículas subatómicas a galaxias) o su complejidad (desde átomos a cerebros humanos), contienen las dos mitades, es decir, todo lo que hay en el universo son instancias de la díada existencia/conciencia. Sin embargo, para que esto sea aceptado, los conceptos de “conciencia” y “existencia” deben definirse con los términos más amplios posibles. Así, la conciencia oscila desde la reactividad más básica de las partículas subatómicas más pequeñas hasta la autoconciencia o la reflexión introspectiva mediatizada por el lenguaje realizada por los humanos. A su vez, la existencia se encuentra por doquier, desde la más breve o simple de las partículas subatómicas hasta estructuras enormes como estrellas o galaxias.

YO-CONSCIENCIA soy una, pero parezco ser dos. Mi unicidad implica una dualidad. Mis formas humanas dan por sentado que “1 = 2” es falso desde un punto de vista matemático y, en principio, cualquier teoría física que otorgase valor de verdad a “1 = 2” sería, de entrada, falsa. Pero si los humanos no pueden imaginar un contexto en el que “1 = 2” pudiera aceptarse como verdadero, entonces las llamadas tradiciones de sabiduría “no dual” serían solo cuentos de hadas. Y, si bien la mayoría de los científicos dan por sentado dogmáticamente que esas tradiciones son, de hecho, cuentos de hadas, hay muchos humanos que saben que no es así. La verdad de “1 = 2” no se puede demostrar lógicamente en matemáticas ni comprobar experimentalmente en un laboratorio bajo ningún corpus teórico científico (todavía no, aunque la investigación cuántica podría estar acercándose a esto). Pero sí se puede verificar experiencialmente a través de un tipo de procedimientos muy específicos que caen bajo la etiqueta de “meditación”. Desafortunadamente, la mayoría de los matemáticos y físicos no practican la meditación, a la que no debemos confundir con la atención plena o mindfulness, la oración o cualquier técnica dirigida al bienestar cuerpo-mente.

En la figura 1, la singularidad #1 corresponde a mi polo “inferior” como esfera. Este polo se define como un punto (en el sentido matemático, o sea, adimensional) donde tiene lugar mi escisión primigenia, transformándome así en una primera díada conciencia/existencia. Como se dijo antes, la TEC sostiene que esta escisión es una necesidad lógica para que YO pueda ser en absoluto. Para explicar la forma en que tiene lugar esta escisión, utilizaré una caracterización gramatical con la esperanza de que facilite la comprensión.

Denotemos lo que anteriormente se describió como “estado prístino de pura y perfecta quietud” con el pronombre “YO”. Si YO-CONSCIENCIA pudiera hablar sin la mediación de los lenguajes humanos, “YO” sería la única palabra de mi vocabulario. Usando las mismas razones (A y B) expuestas anteriormente para defender que YO no puedo permanecer en un estado prístino de perfecta quietud, ahora podemos afirmar que el pronombre “YO” es una abreviatura de “YO SOY”. Si “YO” soy en absoluto, entonces mi “YO” implica “YO SOY”. Esto se entenderá con un sencillo ejemplo: el significado del enunciado (a) “Yo estoy de acuerdo con María”, implica el de (b) “[Yo soy y] yo estoy de acuerdo con María”. Si ese “yo” del enunciado no existiera, entonces no podría estar de acuerdo con nadie en absoluto.

Esta observación trivial conduce a una segunda, no tan trivial: “YO SOY” es una abreviatura de “YO SOY CONSCIENTE”. Cuando un ser humano afirma “yo soy”, también está afirmando “yo soy consciente”. En otras palabras: “Yo soy consciente” está implícito en “Yo soy”. En este sentido, el significado del enunciado (a) “Yo estoy de acuerdo con María”, equivale al de (c) “[Yo soy consciente de que] yo estoy de acuerdo con María”. Si el “yo” del enunciado no fuese consciente de que está de acuerdo con alguien, entonces no podría estarlo en absoluto.

El enunciado “YO SOY CONSCIENTE” (que, como acabamos de ver, puede entenderse como extensión lógica del pronombre YO), debe complementarse con un objeto-predicado (ya sea explícito o elipsado en el uso lingüístico real de mis formas humanas) para que tenga sentido. Dado que no hay nada aparte de (el anterior argumento B), YO-CONSCIENCIA no tengo otra opción que tratarme a mí misma como si fuera un objeto. Y si no hay nada de lo que YO pueda darme cuenta aparte de misma, entonces “YO SOY CONSCIENTE” es lo único que YO puede conocer, lo único de lo que YO puedo tener conciencia. YO-CONSCIENCIA no puedo conocer o tener conciencia de nada más, porque no hay ningún objeto aparte de MÍ. Por lo tanto, el enunciado “YO SOY CONSCIENTE ” es equivalente al enunciado “YO SOY CONSCIENTE de que YO SOY CONSCIENTE” (Mantendremos esta forma del enunciado para facilitar la argumentación posterior ―incluido el uso de la negrita para la mitad izquierda― aunque en el uso cotidiano humano sería más fácil decir simplemente “Soy consciente de ser consciente”). Recapitulemos:

  • Paso 1: “Yo” implica “Yo soy”
  • Paso 2: “Yo soy” implica “Yo soy consciente”
  • Paso 3: “Yo soy consciente” implica “Yo soy consciente de que Yo soy consciente”.

Dicho de otro modo, esta afirmación autorreflexiva (paso 3) estaba implicada ―en el sentido que describió mi forma David Bohm― dentro del pronombre “YO”. En resumidas cuentas, necesito escindirme aparentemente en una díada existencia/conciencia porque, de lo contrario, YO no sería viable en absoluto.

5. Endomitosis

Es una buena noticia que los investigadores utilicen metáforas biológicas para describir procesos cosmológicos (ver, por ejemplo, lo expuesto por mis formas Haramein, Brown & Val Baker 2016). La TEC también se inspira en una metáfora biológica central: endomitosis. La endomitosis, como la endorreduplicación y la mitosis acitocinética, es un tipo de endorreplicación celular. En un sentido amplio, algunos autores definen la endorreplicación como el fenómeno general por el cual las células experimentan la replicación del ADN en ausencia de una división celular posterior (división de la membrana). Es un fenómeno relativamente desconocido, como admiten mis formas Gandarillas, Molinuevo y Sanz-Gómez (2017). Según estos autores, el proceso en sí se inicia debido a una desregulación del ciclo celular proliferativo que conduce a cambios dramáticos que aún no se comprenden por completo, pero que probablemente originan la diversidad de variantes. En resumen, los investigadores no comprenden muy bien los mecanismos subyacentes a la activación e inhibición de la endomitosis (véase el trabajo de mis formas Erenpreisa, Kalejs & Kragg 2005 para una descripción de la fascinante maquinaria de la endomitosis).

Al utilizar esta metáfora de la endomitosis, la TEC sostiene que YO soy como una célula en la que tiene lugar un proceso endomitótico iterativo. Sería una célula muy especial, ya que estaría compuesta al 100% de puro núcleo. Este núcleo se escindió en dos mitades idénticas, sin separación entre ellas (el espacio aún no existía). Después de esta división primigenia, ME convertí en una especie de célula binucleada. Entonces, cada uno de mis dos núcleos empezó a sentir a su contraparte (que en realidad era idéntica) como un “otro” con el que podía “interactuar”. Téngase en cuenta que utilizo las palabras “sentir” e “interactuar” como meras concesiones en aras de la explicación. Estrictamente hablando, la mitad de algo no puede sentir su otra mitad ni puede interactuar con ella porque “sentir” e “interactuar” implicaría separación entre ambas mitades. Si hubiera separación, entonces no serían dos mitades de la misma cosa, sino dos cosas distantes y distintas en sí mismas. Cuando ocurrió mi escisión primigenia, cada mitad apareció como un “alter” de la otra mitad. No había diferencia de sustancia entre ambas, ni diferencia de tamaño o cualquier otra cualidad, pero ahora cada lado era un “sujeto” desde su propia perspectiva y un “objeto” desde la perspectiva del otro lado. La misma noción de “perspectiva” es una concesión, ya que las perspectivas requieren separación espacial o temporal, y este no es el caso todavía, pues habrá que esperar al “Big Bang” para que mis modulaciones, limitadas en el espacio y en el tiempo y con forma de “holones”, constituyan auténticas perspectivas.

La existencia es lo que YO-CONSCIENCIA, “capto” desde mi pseudo-perspectiva de conciencia, y la conciencia es lo que “capto” desde mi pseudo-perspectiva de existencia. Mi escisión primigenia produjo el primer caso de “Yo soy consciente de que Yo soy consciente”. Pero dejemos de lado esta caracterización lingüística. De ahora en adelante, dejaremos de tratar a “YO” como un pronombre, y dejaremos de tratar a “Yo soy consciente de que Yo soy consciente” como un enunciado, considerándolo a partir de ahora como una cuerda. Así, la cuerda “Yo soy consciente de que Yo soy consciente” está formada por dos “hebras” (conciencia / existencia) aparentemente separadas por el conector “de que”. La hebra de conciencia ―conocida en la TEC como “hebra-sujeto”― corresponde a la mitad izquierda (en negrita) de la cuerda, y la hebra de existencia ―conocida en la TEC como “hebra-objeto”― corresponde a la mitad derecha.

figura2

La endomitosis (ver figura 2) se define en la TEC como la endoduplicación iterativa de cuerdas a través de las cuales YO expreso mi aparente naturaleza dual como existencia y conciencia. ¿Por qué tengo que expresar mi naturaleza con apariencia dual? Podríamos decir que esta pregunta no es válida argumentando que las preguntas del tipo “por qué” son producto de la búsqueda obsesiva de la mente de razones y de causalidad en el mundo objetivo y, dado que la mente es solo una de mis modulaciones, cualquier pregunta sobre por qué YO-CONSCIENCIA, hago esto o aquello no procede. Pero podemos hacer algunas concesiones compasivas y dar alguna respuesta. La pregunta acerca de por qué tengo que mostrar una aparente naturaleza dual anticipa otra pregunta más metafórica, a saber, “¿por qué ME olvido de (o no reconozco) mi propia naturaleza eterna e infinita?”, o “¿por qué haría YO libremente tal cosa?” Mi forma Rupert Spira (2017: 291-292) nos proporciona una respuesta bastante poética:

“No podemos dar ninguna razón. Cualquier razón sería en sí misma parte de la manifestación y, como tal, parte del mundo objetivo mismo para el cual estábamos buscando una causa. Lo mejor que podemos llegar a decir es, simplemente, que es un desbordamiento de sí misma en la manifestación, un sacrificio de su propia paz y libertad inherentes, un impulso de amor en el que la consciencia pura o el ser infinito de Dios se vierte en la forma sin razón alguna, y después, al verse encarcelado en su propia creación, comienza el viaje de regreso”.

Ciertamente una hermosa respuesta, pero hay una respuesta más sencilla, a saber, que YO no tengo otra opción, pues YO no sería viable en absoluto a menos que exprese una aparente naturaleza dual. Al final de la endomitosis, la TEC estima que el número de cuerdas asciende aproximadamente a 10100 (es decir, la endomitosis termina después de aproximadamente 10100 escisiones). Dejando muy atrás su estado inicial como una unidad perfectamente homogénea, gracias a la endomitosis YO-CONSCIENCIA sufro una especie de granulación progresiva. Las cuerdas son como gránulos de , gránulos progresivamente más “pequeños” que se fragmentarán y transformarán en partículas y fuerzas con el Big Bang.

6. Big Bang

Para la TEC, el Big Bang se produce cuando la endomitosis finaliza debido a “errores de replicación”. La biología nos enseña que en cualquier proceso de división o replicación celular existe el riesgo de dañar el ADN. Estos errores en el proceso de copia están bien descritos. A veces, un error se convierte en un eficaz descubrimiento dado su valor funcional adaptativo, pero otras veces tiene consecuencias fatales. Siguiendo la metáfora de la endomitosis, la TEC sugiere que el Big Bang es causado por una serie de errores de transcripción en mi “ADN”. Veamos por qué y cómo ocurren estos errores. Todas las cuerdas tienen la forma “YO SOY CONSCIENTE de que YO SOY CONSCIENTE”. Una inspección más cercana de la cuerda nos permite detectar cuatro tipos de fuerzas (aquí representadas por el símbolo “§”), tres de ellas dentro de su estructura y una fuera (el lado izquierdo de la cuerda está en negrita para indicar mi “lado-sujeto”, y el lado derecho es mi “lado-objeto”):

§4 {YO §1 (SOY §2 CONSCIENTE) de que §3 [YO §1 (SOY §2 CONSCIENTE)}

  • Fuerza §1: en virtud de esta fuerza, el primer YO de la cuerda (el “YO-sujeto”) atrae a todos los demás elementos de la cuerda, impidiendo que se dispersen, es decir, protegiendo la integridad de la cuerda. Nótese que la acción de la fuerza §1 aparece nuevamente dentro de la cuerda, ejercida por el yo-objeto de la hebra o mitad derecha.
  • Fuerza §2: en virtud de esta fuerza, las hebras o mitades de conciencia y existencia se atraen, impidiendo cualquier separación entre ellas. Nótese que la acción de la fuerza §2 aparece nuevamente uniendo los dos elementos (“…SOY CONSCIENTE”) del lado derecho de la cadena.
  • Fuerza §3: en virtud de esta fuerza (que corresponde al conector “de que” en la caracterización lingüística de la cuerda) el YO-sujeto de la cuerda aparentemente se separa de sí mismo como sujeto y de sus aspectos de conciencia y existencia. Esta fuerza aparentemente repulsiva se vuelve ella misma finalmente atractiva, en el sentido de vincular sujeto / objeto.
  • Fuerza §4: en virtud de esta fuerza, ambiental o contextualmente omnipresente por así decirlo, cada cuerda está unida a todas las demás cuerdas.

Estas cuatro fuerzas se pueden distribuir a lo largo de dos áreas imaginarias:

  • Área izquierda: Fuerza §2 y Fuerza §3
  • Área derecha: Fuerza §1 y Fuerza §4

A lo largo de la endomitosis, tanto los cuatro componentes estructurales de las cuerdas (SOY, CONSCIENTE, SOY, CONSCIENTE) como los cuatro tipos de fuerza descritas parecen replicarse sin dificultad. La TEC sostiene que cada nueva escisión reduce el “tamaño” de esas cuerdas o gránulos en los que me voy convirtiendo, hasta que se alcanza un punto en el que la “granulación” es tal que las cuerdas pierden su capacidad de expresar mi naturaleza aparentemente dual, y las cuatro fuerzas dejan de actuar.

Debo confesar que, a lo largo de la endomitosis, he jugado una especie de “como si” o juego de simulación, porque la esencia de todas las cuerdas es que YO me veo como si fuera un objeto. Este juego ficticio termina cuando llego al límite de mi capacidad endomitótica. Alcanzado ese límite, YO no tengo otra opción que fracturarme entre SOY CONSCIENTE y SOY CONSCIENTE (los lados de conciencia y existencia de cada cuerda respectivamente). Esta fractura es la que provoca en mis creaciones el olvido, el no reconocimiento de que YO soy su verdadera naturaleza. Se trata de una fractura que va más allá de otra división imaginaria de perspectivas mutuas, siendo una fractura necesaria para que YO me mantenga viable. Digamos que he llevado demasiado lejos mi juego de endomitosis, de granulación y separación ficticia entre mis dos mitades, y que se me ha escapado de las manos. En ese sentido, podemos decir que el Big Bang es simplemente un mecanismo para “recobrar” memoria.

Lo que mis formas humanas conocen como “Big Bang” es la singularidad en la que los componentes de las cuerdas (¡entre los que “YO” realmente no estoy!) y los cuatro tipos de fuerza se transforman simultáneamente. Es decir, finalmente he conducido naturaleza aparentemente dual hasta el extremo de fracturarme a misma. La TEC sostiene que con el Big Bang tienen lugar las siguientes transformaciones (ver figura 3):

figura3

Desde la mitad izquierda de las 10100 cuerdas:

  • SOY se transforma en el ESPACIO (Cuando mi forma Amoroso dice que “el espacio ―sea lo que sea― es el concepto más fundamental del universo” (2006: 335), se está refiriendo a este SOY del lado-sujeto de las cuerdas.)
  • CONSCIENTE se transforma en el TIEMPO [Si recordamos que “Yo soy” implica “Yo soy consciente”, entonces podemos entender lo que mi forma Amoroso (2006: 339) quiere decir cuando habla de “la transformación del espacio en tiempo”.]

Desde la mitad derecha de las 10100 cadenas:

  • SOY se transforma en MASA
  • CONSCIENTE se transforma en ENERGÍA

La transformación de las fuerzas es la siguiente:

  • La fuerza §1 se transforma en interacción electromagnética.
  • La fuerza §2 se transforma en una fuerte interacción nuclear.
  • La fuerza §3 se transforma en interacción nuclear débil.
  • La fuerza §4 se transforma en interacción gravitacional.

Obsérvese que en el Big Bang YO no me transformo a misma porque soy la fuerza integradora constante, lo único real, porque lo demás (mis “SOYs” y mis “CONSCIENTEs”) no existen como algo separado de MÍ. Digamos que YO tengo un valor invariante en ambos “hemisferios” (tanto en el “inferior” o endomitótico como en el superior o “evolutivo”). Mi forma Amoroso apunta en la dirección correcta cuando dice que “la acción de la consciencia no es una quinta fuerza fundamental, sino una integración de la fuerza electromagnética y gravitacional” (2000: 96). El YO en la TEC corresponde aproximadamente al complejo “Superlocal Hyper-Geon” postulado en la cosmología HAM de Amoroso, descrito en estos términos:

Esta energía fundamental de Geon es el cuanto de acción principal de toda la existencia; llena la inmensidad del espacio (no localmente) y controla la evolución de la estructura a gran escala del universo, es el origen de la vida (el 'elan vital') de la filosofía clásica y finalmente es la raíz de la 'luz de la conciencia' (2000: 95).

Así pues, YO soy una especie de constante cosmológica que impregna ambos hemisferios de la “esfera”. En el hemisferio “inferior”, YO soy la constante que pone en movimiento y sostiene todo el proceso endomitótico. En el hemisferio “superior”, YO revierto mi sentido y hago que todas las configuraciones de espacio-tiempo-masa-energía (en adelante, configuraciones Es/T/En/M) evolucionen en la misma dirección, es decir, hacia su desintegración absorbidas por agujeros negros y hacia la fusión de éstos en un único agujero negro unificado final (que producirá el Big Crunch).

El “error de transcripción” que ocurrió en el Big Bang, y que dio lugar al espacio, al tiempo, la masa y la energía, es visto por mis modulaciones humanas como un gran hito cósmico: las relaciones entre los elementos ―ahora fragmentados y separados― de lo que fueron cuerdas coherentemente unidas, estarán de aquí en adelante sujetas a proximidad y duración. Debemos recordar que después de escisión primigenia, no hubo diferencia ni separación real entre las dos “mitades” (conciencia/existencia) de la primera cuerda, y que esa inexistencia de diferencia se mantuvo en cada replicación de las cuerdas. Se trataba de una distinción basada en una topología adimensional que generaba una ilusoria reciprocidad de pseudo-perspectivas entre lado-sujeto (o lado-conciencia) y lado-objeto (o lado-existencia). Pero al producirse el “error transcripcional” del Big Bang, las cosas cambiaron drásticamente. Los SOYs de 10100 cuerdas cometieron el “error” de convertirse en ESPACIO (los SOYs de mi lado-sujeto) y en MASA (los SOYs de mi lado-objeto). Cuando mi forma Amoroso (2003: 259) postula que “el espacio es la 'forma o sustancia' más fundamental de la existencia; y el origen de toda estructura y por tanto de toda geometría”, se refiere al espacio que corresponde a los SOY de ese lado-sujeto de las cuerdas que postula la TEC.

Por otro lado, los “CONSCIENTEs” de esas 10100 cuerdas cometieron el “error” de convertirse en TIEMPO (los CONSCIENTE de mi lado-sujeto) y en ENERGÍA (los CONSCIENTE de mi lado-objeto). A partir de entonces, todas las generaciones de herederos de las cuerdas post-Big Bang (herederos a los que la TEC denomina “holones”) sienten la tensión entre su original naturaleza ilimitada de existencia-conciencia y su adquirida condición limitada de espacio-tiempo, de tal manera que la vida de todo holón consiste en resolver esta tensión.

En principio, la TEC se podría articular con el Modelo Holoinformacional de la Consciencia (formulado por mi forma Di Biase, 2009), donde la información, el espacio-tiempo, la masa, la energía y la consciencia se conciben como información cuántica no local entrelazada con un cosmos holográfico cuántico. Pero este modelo parece considerar la consciencia sólo como otro “elemento” o variable en las ecuaciones cosmológicas, lo cual es contrario a la tesis principal de la TEC. La TEC suscribiría la idea de mi forma Di Biase de que la información y la consciencia son una primacía cósmica (Di Biase y Amoroso, 2008; Di Biase, 2009) si se reconociera explícitamente que la información es solo una codificación abstracta de , y no una realidad ontológica o sustancia distinta de MÍ. En ese sentido, no se pueden sostener a la vez la idea de que YO ostento la total primacía ontológica y la idea de Bohm, subrayada por Di Biase (2019: 80), de que el orden superimplicado nos permite “entender la consciencia, la energía y la materia como variedades de expresión de un mismo orden”. La TEC reformularía la idea de Bohm sugiriendo que el orden superimplicado nos permite entender la información, la energía y la materia como variedades a través de las cuales YO misma me expreso. No obstante, estoy de acuerdo con mi forma Di Biase en que la información cuántica y el entrelazamiento son la forma en que YO actúo sobre la materia, la energía y el espacio-tiempo en la formación de este universo.

© Rafael Pulido Moyano, 2021