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José Miguel Ruiz Valls

Cuando crees despertar

Por José Miguel Ruiz Valls 26 de agosto de 2016
Jose Miguel

No solo duermes cuando duermes. Cuando crees despertar cada mañana, en realidad, sigues durmiendo, solo que se trata de un dormir algo más ligero que llamamos sopor. Es fácil darse cuenta, una vez tengamos claro qué es estar despierto.

Los diccionarios no explican en qué consiste, no identifican los síntomas, ni los efectos, de estar despierto. Se limitan a ofrecer sinónimos, cuando no, a dejar caer perogrulladas como "despierto: que no está dormido". Uno de los sinónimos en los que parece haber más consenso es "atento"... ¿Y quién es el que puede presumir de estar atento sino el que atiende, el que escucha, el que observa, el que pone atención en sus sentidos?

Ahora que hemos averiguado que está despierto el que pone atención y dormido el que es incapaz de ponerla, podemos hacer la siguiente comprobación: Pon atención a tu respiración... Siente el movimiento de tus pulmones... Hacia afuera, hacia adentro... Sigue sintiéndolo... ¿Se te ha ido la atención al pensamiento?... Bien, volvamos a empezar: Siente el aire entrando y saliendo de tu cuerpo... Inspira, expira... ¿Estás pensando otra vez?... ¿No puedes evitarlo?... Eso demuestra que no puedes controlar el flujo de pensamientos. Llegan sin que los llames, sin pedirte permiso, y atraen tu atención... ¿Te das cuenta?... ¡Tú decidiste poner tu atención en la respiración, pero los pensamientos te lo impiden!... Los pensamientos te incapacitan para mantener la atención en tus sentidos, para mantenerte despierto.

Por tanto, los pensamientos te resultan tan incontrolables como los sueños... ¿No es cierto que, tanto hablemos de pensamientos o de sueños, desconoces de dónde vienen?... ¿No significa eso que, tanto estés soñando como pensando, permaneces en el mismo estado alienado?... Todos conocemos a personas que no pueden dormir porque no pueden dejar de pensar... ¡No pueden dormir porque están dormidos, solo que lo llamamos sopor!

En el diccionario de la Real Academia de la Lengua, se dice que un sueño es "un suceso o imagen que se representa en la fantasía de alguien" (Esta vez sí dan una explicación). Pero ¿Dónde se ubica "la fantasía de alguien"?... ¿Puede ubicarse en otro "sitio" que no sea la mente?... ¿Y no es el mismo "sitio" en el que se representan los pensamientos?... ¿No puede definirse un pensamiento, al igual que un sueño, como "suceso o imagen que se representa en la fantasía de alguien"?... ¿Y qué es la fantasía sino aquello que se opone a la realidad, aquello falso, aquello que "no es"?... Así pues, pensamientos y sueños tienen la misma naturaleza fantasiosa, y buena prueba de ello es que los confundimos constantemente, hasta el punto de llamar "sueños" a nuestras aspiraciones más profundas (¡Martin Luther King "tenía un sueño"!); hasta el punto de llamar "fantasías" a nuestros deseos más escondidos... ¿Cómo se llama tu fantasía?

Pero no te sientas culpable. Tanto estés soñando como pensando, estás en un estado alienado. Tanto los pensamientos como los sueños se producen de manera involuntaria... ¡Y si no dependen de tu voluntad, es porque están por encima de tu voluntad!... No puedes controlar su flujo; no puedes impedir que se representen en tu mente...¡No tienes la culpa!

¿Y qué más hace la mente, aparte de soñar y pensar?... Si toda la actividad mental es percibida como sueños y pensamientos, y tanto los unos como los otros son producto de la fantasía... ¿No es la propia mente la fantasía, lo falso, "lo que no es"?... ¿No es la propia mente la que te mantiene en ese estado soporífero?... Por tanto, la realidad, lo verdadero, "lo que sí es", debe estar, necesariamente, más allá de la mente, y para ser consciente, hay que olvidar todos los sueños, todos los pensamientos, todas las fantasías, a fin de que no sigan secuestrando tu atención.

Cuando no estamos dispuestos a dejar ir algún pensamiento o sueño, lo estamos reprimiendo, reteniendo... ¿Y qué razón puede haber para retenerlos sino considerarlos dignos de ser retenidos, es decir, "importantes"?... Reprimes tus fantasías porque las consideras importantes, y mientras las consideres importantes, no las querrás olvidar, no las dejarás ir. Pero mientras no las dejes ir, seguirán secuestrando tu atención y continuarás pensando, soñando, durmiendo... Solo cuando tu mente se libra de sus fantasías, te libras tú de la mente... ¡Entonces nada te impide despertar!

© José Miguel Ruiz Valls, 2016