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Pilar Novoa Salvador

Buscando el camino

Buscando el camino

Por Pilar Novoa Salvador 12 de septiembre de 2025

Sabemos mucho del ego, tanto que muchos presumen de vivirse desde el ser, de tener elevados niveles de conciencia. No obstante, es curioso que las personas que más presumen de ello, a menudo son las que menos viven desde allí. El ser para todos es algo casi desconocido. Ni siquiera con un despertar de un grado pequeño realizas el ser. Es necesario o un despertar muy potente, o la acumulación de varios despertares, para realmente encontrar la raíz de quiénes somos en realidad. Despertar no es lo mismo que darse cuenta de algo. Muchos lo confunden, pero lo primero supone la muerte del ego, del cuerpo mental y del cuerpo emocional. Ese estado es en realidad escaso, más hoy en día en donde estamos atraídos por cosas que nos dispersan, en vez de ir al centro de lo que somos.

Para despertar muchos deciden caminos diversos, no todos son igual de válidos. Reconocer el camino es el primer paso. Saber si el maestro o guía está realmente iluminado es el segundo aspecto a considerar. Saber si sigue enraizado en el bien es una necesidad hoy en día en donde los extravíos son varios. Querer riquezas, por ejemplo, es una señal de corrupción en el camino, no porque el dinero sea malo en sí mismo, sino porque la energía no debe acompasarse a los deseos de egos, sino a la fuerza de la Luz.

También se observa mucha gente que cree que iluminarse es perder el sentido. Es otra confusión. Iluminarse es hacer que el ser vea más claro que nunca, no el ego, que en ese estado está muerto. Creer que iluminarse es conectar con seres en estado sutil, por maravillosos que aparezcan, tampoco es iluminarse. En todo caso, esto último es una desviación grave en donde se pierde poco a poco el amor incondicional que nos habita. Los seres en estado sutil pueden adoptar la imagen que parezca más interesante para resultar atractiva, y desde allí establecer contacto. No obstante, conectar con ellos siempre es un camino de arenas movedizas. El único ser que debes contactar es el que te habita a ti mismo. No se mira hacia afuera, sino hacia adentro.

Las modas en espiritualidad suelen ser en su mayoría caminos equivocados. Recorrer un camino milenario con maestros que han dejado linaje tiene siempre más garantías, pero tampoco son infalibles. Uno debe siempre escuchar su corazón y descubrir si el mensaje del amor está en el centro o en la periferia. Si los poderes son el foco de atención, sin duda el problema es serio. Hemos de centrarnos única y exclusivamente en tres aspectos: autoconocimiento, desarrollo de la capacidad de amar y vida ética. El amor abraza a todos, no los excluye, no miente, no presume, no se siente inferior. Cada vez que entres en comparación y te veas o por encima o por debajo, estarás sin duda en el ego y no en el ser.

En definitiva, el camino es el amor, la condición es la libertad, y la meta es la conciencia. No obstante, el camino perdura hasta el final de nuestros días, y el aprendizaje y las pruebas serán mayores cuan más avanzada esté la persona. Si caes en desgracia será la prueba del algodón de que tu amor cultivado puede sostenerte en la adversidad y de que realmente estás por fin en la serenidad del ser.

© 2025, Pilar Novoa Salvador