Ruta de Sección: Inicio > Artículos >Ensayos > Artículo

Artículos - Joan Tollifson

¿Qué hay de los sentimientos?

Por Joan Tollifson
Joan Tollifson

¿Qué sucede cuando sentimos una ola profunda de algo que no nos gusta ― tal vez tristeza, ansiedad, depresión o desesperación, soledad o un vago sentido de fatalidad? ¿La mente pensante comienza inmediatamente a trabajar contando una historia ― qué dice este sentimiento acerca de mí, que soy una causa perdida, o qué dice este sentimiento acerca de la vida, que la vida es aterradora o peligrosa o decepcionante o no confiable o lo que sea, o qué debo hacer para solucionar este problema aparente, y así sucesivamente? ¿Comenzamos inmediatamente a pensar, a repasar una historia, a tratar de resolver el problema (o más exactamente, ¿comenzamos a construir un problema?) ¿Empezamos a tratar de alejarnos de esta sensación no deseada? Encendiendo el televisor, buscando algún libro, revisando nuestro correo electrónico, encendiendo un cigarrillo, comiendo helado, entreteniéndonos con nuestro iPhone, repasando diversas creencias espirituales en nuestra cabeza... cualquier cosa que no sea simplemente ser este momento, exactamente como es, independientemente de cómo sea. Queremos felicidad, paz, libertad, alegría, iluminación, despertar... y pensamos para nosotros mismos, "Esto no puede ser eso".

¿Qué pasaría si, en lugar de resistirnos a esa sensación no deseada o huir de ella o pensar en ella o perseguir algo que imaginamos que sería mejor, simplemente permitimos que la sensación o experiencia no deseada esté aquí, tal y como es? ¿Qué pasaría realmente? No estoy sugiriendo que pensemos en esta pregunta y que tratemos de encontrar alguna respuesta conceptual, sino más bien, ¿qué pasaría si estamos simplemente presentes y conscientes, dejando que el sentimiento presente sea como es, explorándolo directamente con una atención abierta, experimentándolo como pura sensación, pura energía ―sin una historia, sin asignarle ningún sentido a las sensaciones, sin etiquetar nada de ello― sino simplemente experimentando todo este evento al que hemos estado llamando tristeza o ansiedad o depresión o desesperación o soledad sin ninguna denominación?

Podríamos notar que al hacerlo, nuestro sentido de identidad ha cambiado de forma natural del personaje de la historia (quien tiene una razón, dentro de la historia, para sentirse triste o ansioso o deprimido o solo) hacia la conciencia que contempla todo lo que va sucediendo. ¿Acaso la conciencia que está contemplando está triste o ansiosa o deprimida o sola? ¿Acaso la conciencia está atrapada o limitada o hay algo que de alguna manera le hace falta? ¿Esta presencia que atestigua está limitada o es defectuosa o está fragmentada? Podemos notar que todo ese acontecer al que estamos llamando tristeza o ansiedad o depresión o desesperación no es algo sólido en absoluto ―sino que en realidad se mueve, vibra, cambia, se evapora, aparece, desaparece― y que en el centro de cualquier sensación, si profundizamos con conciencia, no encontramos nada en absoluto ―sólo espacio vacío, presencia pura, vitalidad pura― potencial infinito.

Por supuesto, el peligro de decir lo que acabo de decir es que la mente puede comenzar deliberadamente a "hacer"este permitir con una especie de sutil expectativa de que esto debería dar lugar a todas las cosas que acabo de describir: un cambio en la identidad, un descubrimiento de la vacuidad o presencia pura o potencial infinito, la desaparición de sentimientos perturbadores, etc., etc. Y cuando tenemos esa clase de expectativa o agenda en la mente, entonces no estamos realmente permitiendo que la situación actual sea como es ―no estamos simplemente dejándola ser y explorándola con curiosidad abierta― en lugar de eso, estamos buscando un resultado, que es una forma de resistencia y búsqueda. Y cuando estamos buscamos un resultado, eso frecuentemente tiene una manera de evitar que el resultado deseado se dé. Como a menudo observamos, al buscar la iluminación, la pasamos por alto Aquí/Ahora. Así que si lo que describí en el párrafo anterior no parece ser tu experiencia, está totalmente bien. No es un signo de que seas un perdedor o de que "no lo entiendas". No hay ningún resultado correcto o incorrecto aquí. Simplemente permite que tu experiencia sea como es ―sin tratar de hacer que sea diferente a como exactamente es, sea como sea. Deja de tratar de escapar o corregir o mejorar o evaluar la situación. Siéntete dispuesto a que esa incómoda sensación esté allí para siempre (no lo hará, pero esa disposición es una entrega maravillosa y el descubrimiento de que nada tiene que ser diferente). Deja de lado las historias y las etiquetas y los significados que ofrece el pensamiento. Simplemente estate totalmente presente con el puro experimentar mismo, con el desnudo acontecer de este momento. Y ve cómo es, sin esperar nada.

Esta es una aventura para toda la vida, de cada momento presente, y cada uno de nosotros tiene un viaje único. Deja de tratar de ser como alguien más o intentar de replicar el despertar de otros. En su lugar, presta toda tu atención al Aquí/Ahora, a ESTO que es indudable, a la realidad de ESTE presente experimentar y a ESTA presencia consciente ―a la realidad viva de ESTE momento, sea como sea. Todo lo que aparezca aquí ―ya sea depresión o felicidad, calma o inquietud, oscuridad o luz, agradable o desagradable― cualquier forma que tome este momento, sea cual sea su colorido, ESTO es (aquí mismo, ahora mismo, tal y como es) la puerta sin puerta. El secreto de la liberación (en cada momento) es no rechazar, sino aceptar la invitación. Rendirse. Abrirse. A ser justo este momento, sin separación, sin hacernos a un lado, sin resistir. La separación realmente nunca está ahí, por supuesto, siempre es una imaginación. Nunca estamos realmente perdidos o en las situaciones en las que creemos estar.

De hecho, "mi situación de vida"o "la situación mundial"es siempre una construcción mental abstracta, una imaginación, que implica memoria y pensamiento, conceptualización e historia... como lo es el "yo" que parece estar "en" la situación. Descubrimos esto por nosotros mismos cambiando nuestra atención de la historia ("yo" y "la situación") hacia la realidad desnuda de este momento (sintiendo, percibiendo, observando, siendo). En este directo experimentar ―en esta presencia consciente― no encontramos separación, ni división, ni conflicto, ni problema. En su lugar hay fluidez, espacio, vitalidad, apertura, la cualidad de la presencia ― y sí, sorpresa, sorpresa, incluso podemos encontrar que hay libertad, alegría, amor, felicidad, paz, justo aquí, en el corazón mismo de este momento presente. Todo lo que hemos estado buscando "ahí fuera" resulta ser la naturaleza misma de Aquí/Ahora. Y todo lo que aparece Aquí/Ahora es la puerta sin puerta de ese descubrimiento.