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Artículos - Amoda Maa

Adiós No-dualidad

Por Amoda Maa28 de junio de 2018
Amoda Maa

Adiós no-dualidad. Adiós a morar en la prístina perfección de lo absoluto. Adiós felicidad ilimitada, alegría sin límites, paz ilimitada... o cualquier cosa sin límites que niegue la suciedad y el polvo de la experiencia humana.

Por favor, no me malinterpretes. No estoy sugiriendo una regresión a la ignorancia de la verdadera naturaleza. No estoy sugiriendo una resignación a la reactividad del ego. No estoy sugiriendo que nos perdamos en las olas y olvidemos que somos el océano. Solo estoy invitando a tener una visión mucho más amplia que cualquier vista parcial desde un estado trascendente.

Sí... despertar del sueño de la separación, es estar libre del sufrimiento del "yo y mi historia". Sí... conocer la realidad sin la superposición de una mente dividida, es estar libre de las vicisitudes del mundo. Sí... saber que hay una sola Seidad en el centro de todos los seres, es estar libre del miedo a la muerte.

Pero aferrarse al "no-yo" o tratar de ser "sin ego", nos mantiene atrapados en la cima de la montaña. Pretender que no tenemos deseos, fingir que no sentimos dolor o pérdida, fingir que no estamos impulsados por un impulso interno para crecer y evolucionar, es una mentira agotada.

Durante demasiado tiempo, el absoluto ha sido el rey. Durante demasiado tiempo, hemos intentado deshacernos de los pensamientos, trascender las emociones, abandonar nuestra humanidad. Durante demasiado tiempo, nos hemos enredado en una fantasía espiritual incorpórea, desapegada y desapasionada en la que "no pasa nada" y "nadie está haciendo nada".

Pero amigos, la iluminación no erradica nuestra humanidad. No dejes que milenios de tradición espiritual te atrapen con este mito. Incluso aquellos que están espiritualmente iluminados son humanos. E incluso los maestros espirituales son humanos.

Tal vez es hora de que admitamos nuestra vulnerabilidad, de que admitamos la profundidad de nuestros sentimientos, de que admitamos que a veces nos sentimos confundidos, asustados o rotos.

Tal vez es hora de que abracemos el sabor agridulce de la vida en la tierra, de que demos la bienvenida a nuestra ternura y nuestra locura, de que bailemos, lloremos y nos arrodillemos.

Por favor, no me malinterpretes. No se trata de tirar al bebé junto con el agua de la bañera. Se trata de liberarnos de nociones espirituales, definiciones espirituales y roles espirituales. Amigos, no dejen que lo absoluto se convierta en una prisión en la que no podamos respirar. Somos mucho más grandes, mucho más ricos y mucho más jugosos que eso. Quitémonos de encima las ataduras de la espiritualidad, de la iluminación, de la no-dualidad..., y de cualquier otra cosa que asfixie la amplitud y profundidad de nuestra vitalidad.

Dejemos que la vida penetre en cada parte temerosa, vergonzosa y fea de nosotros y nos abra la puerta de par en par para que podamos conocer la belleza del desastre. Conozcamos la cruda franqueza del dolor, de la desesperación y del horror del mundo. Seamos fieles a lo que hay aquí, sin trascender, negar o adormecer. Dejemos que nuestra humanidad fluya en nuestra divinidad y nuestra divinidad en nuestra humanidad, y dejémosla ir y venir como las mareas que van y vienen.

Adiós a toda división entre lo espiritual y lo no espiritual.
Adiós a toda división entre dualidad y no-dualidad.
Adiós a tratar de ser el océano cuando ya eres el océano... y las olas.

Namaste.
- Amoda Maa