Ruta de Sección: Inicio > Libros > Artículo

Libros - Wayne Liquorman

No Way
Para los espiritualmente 'avanzados'

No Way

¿Sabio? ¿Poeta? ¿Loco?
¡Ram Tzu es todo esto… y menos!

Mezclando paradoja, ingenio, sátira y percepción, Ram Tzu crea un punto de vista de la espiritualidad que es verdaderamente único.

En un momento estamos muertos de risa y en el siguiente nos revolvemos avergonzados al sentirnos reconocidos, mientras Ram Tzu coloca un espejo ante nosotros para mostrarnos que, en realidad, en la vida estamos completamente desnudos

¡Es verdaderamente terrible!
Un lector muy espiritual de Bombay, India

Es un regalo, una termita más en el
maderamen, royendo al espacio tiempo.
Gary Moondeer, Santa Fe, Nuevo Méjico

Ram Tzu es accesible
para varios niveles de incomprensión.
Ram Tzu

Detalles del libro:
  • Título: NO WAY
  • Subtítulo: para los Espiritualmente "Avanzados"
  • Título Original: NO WAY
  • Autor: Ram Tzu (Wayne Liquorman)
  • Traducción de: Estela Davila
  • Editorial: Trompa de Elefante
  • Año de edición: 2006
  • Nº de páginas: 110
  • Encuadernación: Rústica
  • Formato: 14 x 21.5
  • ISBN: 978-8493472597

Introducción

Conocí a Ram Tzu a principios de 1990. Se me presentó, de forma inesperada y sin anunciar, con unos cuantos de estos versos. Me cautivó inmediatamente.

Parecía bastante normal, a excepción de una traviesa expresión alrededor de los ojos y de la pícara sonrisa del que parece saber lo que tú aún no sabes. Me dijo que durante algún tiempo había estado viviendo en un sitio que construyó él mismo en un lugar indeterminado, pero que mas allá de eso no quería hablar de ningún asunto personal.

Me dijo que no tenía deseo alguno de convertirse en un gurú, creo que la frase exacta fue: "No quiero que un puñado de miserables buscadores se apiñen en mi salón". Cuando le presioné, (buscando ser elogiado), con el porqué de haberme elegido a mi para que viera su trabajo, simplemente respondió: "Me pareció una buena idea en ese memento". Añadió que podía hacer con ello lo que quisiera. Su única condición fue que su anonimato fuera respetado. Esto es fácil de mantener ya que no tengo ni idea de quién es realmente, de donde ha venido o adonde se ha ido.

Desde aquel primer encuentro, he estado recibiendo envíos ocasionales de estas pequeñas joyas. Siempre son entregadas por mensajero y siempre provienen de un lugar distinto. Espero que las encontréis tan iluminadoras como yo.

Aquí se exponen sin editar.

Wayne Liquorman
Los Ángeles, julio de 1990