Libros - Richard Lang

celebrando lo que somos
transcripciones editadas de los talleres de la vía sin cabeza

¡Estás vivo! Pero, ¿te das cuenta de que no eres únicamente tu apariencia ―la persona que ves en el espejo―? Tú, ese que está mirando al espejo, eres en realidad, a distancia cero, ilimitado y atemporal. Esto no es algo que simplemente tengas que creer, sino que se trata de experimentar este Espacio Claro que eres tú mismo.

Observa tu Ojo Único y, después, vive conscientemente desde esta Apertura. Ver nuestro Rostro Original, nuestra No-Cara, no es sino el siguiente paso natural en nuestro desarrollo personal ―tras las etapas del bebé, el niño y el adulto, llega la del veedor―. Cuando no somos capaces de percibir que somos el Uno, el Único, somos como una rosa que ha pasado por todo el duro esfuerzo y el trabajo que supone generar un capullo ―nuestro yo individual―, pero que entonces ¡se detiene y no se abre para florecer con todo el esplendor de nuestro Verdadero Yo! Date cuenta de esto y ábrete a lo que te pertenece por derecho propio: una vida de libertad interior, de creatividad, de aventura, de espontaneidad, de calma, de compasión...

Richard Lang lleva más de 40 años organizando y dirigiendo talleres del método denominado Vía sin cabeza. En dichos talleres se ponen en práctica una serie de «experimentos» sorprendentemente efectivos que apuntan directamente a nuestra Verdadera Naturaleza. Richard ha editado las transcripciones de una docena de talleres y las ha combinado en este libro como si fuesen uno solo. En cierto sentido, la lectura de este libro equivale a participar en uno de estos talleres. No solo nos ayuda a ser conscientes de nuestra No-Cara, sino que también nos muestra cómo los participantes tienen respuestas distintas ante el mismo Ver, ofreciéndonos la oportunidad de explorar con ellos las profundas implicaciones y las aplicaciones que tiene esta Visión.

Anímate a participar en este taller y... ¡Florece!

De la Introducción

La Vía sin cabeza fue desarrollada por el filósofo británico Douglas Harding (1909-2007). Poco después de conocer a Douglas en 1970 (por aquel entonces yo tenía 17 años) supe que deseaba contribuir a compartir el Ver. A pesar de que no tenía demasiada experiencia en ningún otro camino espiritual, me daba perfecta cuenta de que la Vía sin cabeza era increíblemente directa y efectiva. Se trataba de algo especial, algo nuevo, un verdadero punto de inflexión en lo que se refiere a hacer que la experiencia de nuestro Verdadero Yo esté disponible para todos de forma rápida y sencilla. Douglas tuvo muchos amigos que apreciaban y valoraban la simplicidad y la eficacia de sus «experimentos». Juntos formaban una comunidad dispersa de personas para las que el Ver era algo normal y natural. A medida que este Ver fue siendo cada vez más conocido, dicha comunidad fue creciendo de forma gradual. Hoy en día hay muchas personas que valoran su Verdadero Ser y que están disponibles si quieres ponerte en contacto con ellas.

Viendo retrospectivamente el trabajo de Douglas Harding me doy cuenta de que la forma en la que comunicaba el Ver fue evolucionando a lo largo de los años. Por ejemplo, el desarrollo de los experimentos a finales de los 60 y principios de los 70 supuso un cambio muy significativo en su estilo de presentación. Yo continúo con el trabajo de apuntar hacia nuestro Verdadero Yo utilizando los experimentos, y veo cómo mi propio estilo también evoluciona. Por ejemplo, antes solía pensar inocentemente que ser consciente de mi Verdadero Yo supondría la disolución de mi sentido de separación ―la fuente de gran parte, si no todo, mi sufrimiento―. Pero me he dado cuenta de que este sentido de separación no solo no desaparece sino que, en realidad, su presencia constituye una gran bendición. Esta consciencia más profunda del valor que tienen esos dos aspectos de nuestra identidad ―el yo y el Yo―, también se ve reflejada en el libro.

Selección de textos:

• Quitando las capas de la cebolla
• Soy la nada llena de todo