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Libros - James Low

Buda muestra el camino
Enseñanzas dzogchen para tiempos convulsos

Buda muestra el camino

James Low es uno de los maestros Dzogchen más relevantes y respetados por el budismo tibetano en Occidente. En esta obra, escrita para un tiempo de convulsión, crisis humanitaria y transformación, encontramos las claves para aplicar las enseñanzas budistas en nuestro complejo compromiso con el mundo moderno. Todos nos enfrentamos a tareas cada vez más arduas de mantenimiento de la vida mientras luchamos por hacer frente al profundo impacto del cambio climático, los conflictos, el caos económico y la inestabilidad medioambiental y política. Además, nuestra propia vida interior es presa de tendencias, impulsos y puntos ciegos, de modo que nuestra percepción del mundo es a menudo más confusa de lo que imaginamos. La visión budista de James Low nos anima a ver la inasible naturaleza ilusoria de cada situación para que podamos evitar ser zarandeados por las olas de esperanzas y temores del samsara. Buda muestra el camino contiene diecisiete capítulos breves que pueden leerse en cualquier orden, por lo que se trata de un libro que puede darnos luz y orientación según el estado de ánimo y el tiempo de que se disponga.

James Low

James Low fue discípulo de la cuarta encarnación de Nuden Dorje, Chhimed Rigdzin Rimpoché, durante más de treinta años y es maestro dzogchen de los linajes Byanger y Khordong. Recibió enseñanzas de budismo tibetano en India de maestros como Kalu Rimpoché, Chatral Rimpoché, Kanjur Rimpoché, Dudjom Rimpoché y Chogyal Namkhai Norbu. Ha traducido numerosos textos de la doctrina dzogchen con su maestro, el extinto Chhimed Rigdzin. Trabajó durante más de veinte años como psicoterapeuta en un hospital público de Londres y también de forma privada. Es autor de una vasta obra sobre dzogchen, budismo y psicología, que se ha traducido y distribuido por todo el mundo.

Más información

Detalles del libro:
  • Título: BUDA MUESTRA EL CAMINO
  • Subtítulo: Enseñanzas dzogchen para tiempos convulsos
  • Título Original: Buddha shows the way - A collection of public talks and teachings
  • Autor: James Low
  • Traducción de: Mariana Orozco
  • Editorial: Cántico
  • Año de edición: Enero 2025
  • Nº de páginas: 286
  • Encuadernación: Rústica
  • Formato: 14.2 x 21.5
  • ISBN: 978-8410288447
  • También disponible: Versión Kindle

Introducción
La base del despertar ya está presente en nosotros

La palabra tibetana para «Buda» es Sang-gye. Sang indica puro, despierto, claro, libre de toda ofuscación, limitación y visión errónea. Gye indica expansivo, vasto, lleno de todas las cualidades positivas y de compasión infinita. Buda es la presencia de la profundidad de la sabiduría y la inmensidad de la compasión inseparables. Su sabiduría está libre de oscurecimiento e ilumina la infinidad de la vacuidad dentro de la cual todas las apariencias están desprovistas de naturaleza propia inherente. Su compasión se manifiesta como la libertad para mostrar cualquier forma y realizar cualquier actividad que ayude a los seres en los seis reinos del samsara. Por lo tanto, un buda está libre de limitaciones y puede actuar según lo requiera cada situación concreta. Convertirnos en un buda así es nuestro objetivo, porque nosotros también tenemos ese potencial, la naturaleza búdica, a la que podemos despertar como budeidad completa, con estas dos libertades.

La base de nuestro despertar es la pureza intrínseca de nuestra mente. Aunque nos experimentemos como seres limitados con muchos defectos, carencias y deficiencias, estas limitaciones son contingentes, surgen debido a causas y condiciones. El principio de la libertad es reconocer que nuestras limitaciones, aunque sean poderosas en su funcionamiento y en la forma en que generan karma, en realidad carecen de una esencia propia definitoria. De hecho, solo funcionan porque creemos en ellas debido a la ignorancia, el apego y el poder de la engañosa visión dualista. A causa de la identificación con las configuraciones cosificadas de la apariencia, que tomamos por «yo» y «el otro», vivimos en olas incesantes de impulsos y reactividad, por lo que nunca estamos en paz. Sin embargo, la base del despertar, de la paz, de la sabiduría y de la compasión ya está presente en nosotros.

Buda Sakiamuni señaló que todas las cosas compuestas son transitorias. Si tuviéramos que crear nuestro propio potencial búdico, también sería transitorio. Si fuésemos generados verdadera y completamente por la ignorancia, el despertar sería imposible, igual que por mucho que laváramos un trozo de carbón todos los días durante un año, no se convertiría en tiza, porque carece de naturaleza de tiza. Pero nuestra naturaleza búdica o potencial para la iluminación es el fundamento inalienable de nuestra experiencia. Es la base de nuestra libertad para despertar.

Lo que ocurre es que hemos acumulado muchas tendencias kármicas y oscurecimientos durante nuestra larga estancia en el samsara. Por un lado, nuestro verdadero potencial está oculto para nosotros por los frutos de nuestra propia actividad engañosa; pero, además, nos identificamos con mucha intensidad con nuestros patrones kármicos y los tomamos como nuestro verdadero yo. Tenemos muchas formas de definirnos a nosotros mismos: «yo soy esto, yo soy aquello...», pero estas definiciones se basan en el lenguaje y en conceptos y solo tienen una validez convencional. No pueden alcanzar, tocar ni mancillar la infinita verdad absoluta de nuestra naturaleza búdica inmutable. Cuando las nubes llenan el cielo es como si el cielo estuviera hecho de nubes. Sin embargo, las nubes son transitorias y desaparecerán, mientras que el cielo inmutable está abierto y presente, ya esté lleno de nubes o no.

Al ver que esto es así, el camino se abre ante nosotros y podemos empezar a dedicarnos al estudio y la práctica para adquirir la sabiduría que discierne, que nunca confunde las nubes con el cielo. A nivel externo, trabajamos para liberar nuestro cuerpo, palabra y mente de los hábitos burdos. A nivel interno, vemos que esos hábitos están vacíos de la naturaleza inherente de nosotros mismos. A un nivel más sutil, vemos que las nubes son la creatividad lúdica del cielo, su autodespliegue, y como tales también están intrínsecamente vacías, igual que el resplandor de la vacuidad. Esta sabiduría nos libera de la implicación dualista a medida que pasamos de adoptar lo bueno y rechazar lo malo a no adoptar ni rechazar, sino simplemente permanecer en la conciencia espaciosa del cielo, libres de ganar y perder, de ir y venir.

Con esta sabiduría se manifiesta nuestra compasión. Al principio surge como una aspiración: «Que todos los seres sean felices». Luego se convierte en el centro y el motivo de nuestra práctica, a medida que desarrollamos la bodichita y tenemos presentes a todos los seres. Entonces la compasión surge sin esfuerzo, como compasión libre de cosificación, una compasión que ayuda sin esfuerzo a todos los seres, como si de un sueño se tratara. En ese momento tenemos la libertad de convertirnos en lo que los demás necesiten, sean como sean. No actuamos partiendo de un modelo preconcebido, no tratamos de ser buenos y serviciales según unas reglas o principios, sino que estamos abiertos y disponibles y somos capaces de responder en la frescura del momento coemergente. Como hemos encontrado una sabiduría libre de limitaciones, nos volvemos libres para liberar a su vez a todos los seres de sus limitaciones y facilitar que despierten a su propio potencial búdico.

La libertad en el budismo es la libertad de ser un buda, de despertar a lo que realmente somos, y así liberar a los demás para que encuentren su propia libertad intrínseca.

James Low, 2017