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Artículos - José Manuel Jiménez Valentín

Bypass o materialismo espiritual

Por José Manuel Jiménez Valentín 18 de abril de 2021 - versión PDF
José Manuel Jiménez Valentín

El bypass o materialismo espiritual es un tema muy importante para que todos los practicantes espirituales tomen conciencia de él. Este bypass consiste en utilizar la espiritualidad para huir de la realidad, como un engaño más de nuestro ego. Y esto a la mayoría de los practicantes nos pasa de forma apenas consciente. El ego aquí nos puede engañar muy sutilmente. Incluso muchas veces no queremos reconocerlo por no enfrentarnos a la parte menos atractiva de la práctica espiritual.

Primero es menester dar al inicio lo que significa “espiritualidad”, y lo que engloba el desarrollo de la espiritualidad: el desarrollo espiritual tiene como objetivo el ser conscientes de nuestra Verdadera Naturaleza, del Ser que somos, momento a momento, en cada paso del camino, y experimentar en cada instante la paz, el equilibrio y la plenitud que ofrece la consciencia del Ser. De eso trata el Desarrollo Espiritual: Abandonar nuestra Ignorancia Primordial Despertando a la Verdad de lo que Realmente Somos y avanzar, momento a momento, por el camino de la Consciencia del Ser a pesar de la oposición de nuestro ego.

Eso es lo que es el desarrollo espiritual: avanzar por los niveles de consciencia del Ser que realmente somos. Y esto implica ir paulatinamente superando los condicionamientos mentales de nuestro ego, que son los que velan u ocultan nuestra Verdadera Naturaleza e impiden que vivamos conscientes de ella.

Todos sabemos que la Ignorancia Primordial es el haber olvidado esa Verdad; y también sabemos que esa Ignorancia nos deja un Vacío Existencial dentro de nosotros, del que no somos conscientes, pero que sentimos interiormente como una especie de desasosiego, de vacío en nuestra vida, que nos impide ser plenamente felices. Al no tener consciencia del Ser que somos, buscamos llenar ese vacío que nos intranquiliza con lo único que tenemos a mano. ¿Qué es lo que tenemos a mano? Lo que el ego nos recomienda, es decir, con las cosas externas a nosotros: dinero, seguridad, familia, consumos, posesiones, etc., etc., etc. Incluida la práctica de la espiritualidad mal entendida.

Por nuestra experiencia de vida sabemos que la recurrencia a las cosas externas para llenar ese “vacío” en busca de nuestra felicidad, nos procura una satisfacción pasajera, y nunca acaba de llenarnos completamente. No acabamos de conseguir o vivir algo cuando estamos buscando ya la siguiente cosa que creemos nos va a “llenar”, a satisfacer. Y así nos pasamos la vida, persiguiendo cosas para huir de ese vacío, sin conseguir llenarlo nunca y estando a merced del sufrimiento continuo: no conseguimos ser felices de forma permanente hagamos lo que hagamos.

Para huir de esa ansiedad por llenar el Vacío Existencial también podemos recurrir a la espiritualidad, y entonces estamos utilizándola como una “cosa” más que nos proporciona nuestro ego. Por ejemplo, podemos utilizar la práctica espiritual para reducir el estrés y la ansiedad, como algo que nos entretiene en el aburrimiento, algo que llene ese “vacío”, etc., etc., etc. E insisto, que de lo que se trata es de superar la influencia de nuestro ego para poder ser conscientes de lo que Realmente Somos. Y esto solo es posible desde nuestro interior, en el momento presente, momento a momento.

La realidad que habitamos se mueve entre dos extremos: O bien actuamos según nos dicte el gobierno del ego, o bien estamos en un estado de consciencia del Ser en donde la influencia del ego no debería de tener cabida. Y la práctica espiritual funciona en la medida que te permitas habitar de forma exclusiva el estado que promueve. El estado que cultivamos desde la espiritualidad debe ser experimentado y, a continuación, reconocido plenamente como la única realidad genuina en ese instante. Cualquier otro estado es causado por los condicionamientos mentales de nuestro ego.

Así, pues, podemos estar usando la espiritualidad para paliar todos aquellos estados emocionales que son más dolorosos en nuestra vida: soledad, vacío, aburrimiento, emociones y recuerdos dolorosas, conflictos, miedos, inseguridades, etc., etc., etc.

Por eso, es muy importante ser capaces de observar esta recurrencia de la espiritualidad cuando la utilizamos para huir de aquello que no nos gusta. La aceptación espiritual requiere aceptar lo bueno y lo malo que transcurre en el momento presente, porque esa es la realidad que es y debemos habitar desde la espiritualidad.

Sin embargo, el ego siempre irá buscando sustituir esa realidad que es, queriendo transformar todo lo que nos resulte desagradable en agradable o lo desagradable en agradable. Y esto es muy humano. Es lo que hemos hecho siempre. Pero hay que reconocer que así no hemos conseguido nunca un estado permanente de paz, equilibrio emocional y bienestar. Porque eso solo es posible desde la aceptación de la realidad que es y no desde la huida o no aceptación de esa realidad.

El bypass o materialismo espiritual se puede presentar en alguna o varias de las siguientes formas:

  • O bien queriendo transcender aquello que nos inquieta o nos resulta molesto en nuestra vida diaria. Un ejemplo de esto puede ser el utilizar la meditación para reducir el estrés, la ansiedad o el malestar emocional que sentimos o habitamos en nuestra vida, es decir, para escapar de una realidad cotidiana que no queremos tener.
  • O bien, la utilizamos como si fuera una herramienta terapéutica queriendo aliviar alguno de los problemas emocionales que podamos estar viviendo. Un ejemplo puede ser cuando utilizamos alguna práctica para pretender ver solo el lado positivo de la vida aferrándonos a ese positivismo y, al mismo tiempo, distanciándonos y rechazando lo que nos resulta negativo o doloroso.
  • O bien, para transcender problemas más profundos de la vida a los que no queremos o no podemos enfrentarnos, utilizando conceptos espirituales como medio para desterrarlos de nuestra vida. Un ejemplo de esto puede ser la no asunción de la vacuidad o una situación emocional determinada, diciéndonos a nosotros mismos que “esto no es real”, evitando así enfrentarnos con las consecuencias reales en nosotros y en nuestro entorno.
  • O bien, cuando la utilizamos como una creencia que nos entretiene, que nos hace olvidar nuestro vacío, nuestro aburrimiento, utilizándola como un hobby más en la que ocupar nuestra vida.
  • O bien, y aunque sea necesario el aprendizaje y el estudio, nos limitamos a desarrollar nuestra espiritualidad leyendo libros y libros y más libros, descuidando la verdadera práctica experiencial que es precisamente lo que hace posible el avance.

Y todo lo anterior es válido, ya que puede proporcionar algo bueno para nosotros, pero no es desarrollo espiritual. Es utilizar la espiritualidad de forma egoica, de forma materialista, que es precisamente dar de comer al ego en lugar de transcenderlo. Es lo contrario de lo que es el desarrollo espiritual.

Una de las realidades de la práctica de la espiritualidad de forma materialista es que normalmente no nos damos cuenta de que la estamos utilizando de esta manera. Al fin y al cabo, somos humanos y utilizamos todo lo que esté en nuestra mano para huir del sufrimiento. Y en este tema es muy fácil equivocarse y caer en las trampas sutiles del ego. Casi todos, por no decir “todos”, los que utilizan o utilizamos la espiritualidad de esta forma no somos conscientes de ello, ya que, si lo fuéramos intentaríamos no utilizarla de esa manera. Es lógico y sensato pensarlo, aunque puede que no sea lo que pasa en la realidad. Insisto: somos humanos.

Recorrer el camino del desarrollo espiritual es un proceso muy sutil, en donde debemos vivir la realidad de lo que está ocurriendo desde el momento presente, siendo conscientes de cuando esa realidad está contaminada por el ego. Lógicamente ese es un camino que se va aprendiendo con la práctica, y tenemos que estar muy pendientes para darnos cuenta de cuando nuestros condicionamientos mentales nos hacen querer cambiar esa realidad para satisfacer intereses del ego.

Ya sabemos, pues, que el desarrollo espiritual trata de desarrollar la capacidad de vivir la experiencia presente en un estado en el que somos conscientes de nuestra Verdadera Naturaleza. Pero esto es más fácil de decir que de hacer, ya que vivimos absortos en una visión de lo que está sucediendo que no es real desde un “yo egoico” que tampoco lo es. En esa condición de dependencia, nuestro ego utiliza cualquier engaño para no perder su poder, incluida la espiritualidad. Y así es muy probable que disfrace nuestra práctica espiritualidad de formas que nos mantengan engañados y solo sirvan para mantener su poder sobre nosotros.

Es por ello por lo que tenemos que afinar nuestro nivel de consciencia para poder reconocer las sutilezas del ego. Es abrirse paso entre las defensas del ego para tratar de descubrir su engaño en su labor de consejero espiritual. Y para poder conseguir esto no hay que luchar contra el ego, pues en esta lucha tenemos todas las de perder, sino que precisamente la ausencia de lucha es la mejor manera de ganarle la partida. Me explico. Si somos capaces de ser conscientes de las manipulaciones del ego, las reconocemos y las dejamos “estar”, entonces esa mera consciencia ya se convierte en una expresión pura de nuestra espiritualidad, y los objetivos del ego se convierten en parte de nuestro despertar.

Es decir, mediante la consciencia racional de las manipulaciones del ego tratamos de identificar el conflicto entre el camino espiritual y los intereses del ego. Pero, ¡cuidado! Esa racionalización la realiza nuestro ego desde su papel de orientador espiritual y en defensa de los supuestos intereses de nuestro “yo egoico”. Por lo tanto, tenemos que ser capaces de transcender este tipo de racionalizaciones si verdaderamente queremos desarrollar nuestra espiritualidad de forma correcta. Y esto, aunque parezca fácil, no lo es, pues el ego nos hace ver todo desde su visión y nos hace creer que todo está bien, correcto, sensato y acertado.

Como vemos, es muy fácil caer en la trampa del materialismo espiritual y no resulta fácil salir de sus redes. Una buena pregunta a la que debemos contestarnos con la mayor sinceridad posible es la siguiente: “¿Hago esto porque quiero alcanzar un estado personal o espiritual concreto?” Si la respuesta es afirmativa ya eso que hacemos está fuera de la espiritualidad y pertenece al ámbito de actuación del ego.

Así, pues, es muy importante comprender que el objetivo de la práctica espiritual es la de escapar de la manipulación del ego. Lo que significa darnos cuenta y no caer en su deseo de que estemos motivados en nuestra práctica espiritual por cosas tales como: excesivo conocimiento, religiosidad, sentirnos más virtuosos, darnos la sensación de estar haciendo las cosas correctas, comodidad y bienestar, etc., etc., etc., es decir, cualquier objetivo que haya fijado el ego en nuestra búsqueda espiritual.

Por ejemplo, una de las trampas del ego más comunes, sobre todo en practicantes avanzados, es la acumulación de conocimiento, haciéndonos creer que eso es muy valioso y que dominamos todos los aspectos del camino espiritual al tener una gran cantidad de información sobre ello. Y así el ego nos hace sentir cómodos, seguros y protegidos, haciéndonos creer a nosotros, y persiguiendo convencer al mundo, de que somos buenos practicantes.

Y una última cosa. Cuando descubrimos en algún momento que hemos estado viviendo la espiritualidad desde el materialismo, y somos sinceros en este descubrimiento, es posible que nos encontremos tan perdidos como al principio, es decir, quizás nos demos cuenta de que todo el esfuerzo anterior no ha servido de nada, que tenemos que replantearnos la forma de “hacer” e, incluso, que no sabemos muy bien como hacer esto. Si esto te llega a pasar puedes considerar que has tenido mucha, mucha suerte. Ahora el ego ha perdido una batalla muy importante en el camino de volver a ser consciente de tu Verdadera Naturaleza.

Pero no olvides que el esfuerzo siempre va a estar entre el Ser y el no ser. Es el camino medio.

© José Manuel Jiménez Valentín. Nodualidad.info, 2021