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Artículos - Ken Wilber

Despertar del Cosmos

¿Podemos probar la existencia de Dios?

Serie Grandes Preguntas con Ken Wilber

Texto extraído de entrevistas en directo con Ken Wilber 14 de abril de 2014

Siempre se reduce a esto: «¿Cómo puedes probar la existencia del Espíritu o Dios si estás tan convencido de que existe?» Parte del problema es que tendemos a probar la existencia del Espíritu con herramientas que en realidad no son las adecuadas. Y tendemos a desconocer el tipo de herramientas que pueden probar la existencia del Espíritu. Así que repasaré algunas de ellas y daré un ejemplo de lo que implica.

En realidad es muy experimental y muy científico. Se basa en el hecho de que existe un método científico, y este método se puede aplicar a varios ámbitos. Se puede aplicar al ojo de la carne, al ojo de la mente y al ojo de la contemplación.

Entonces, ¿cuál es este método? Muy brevemente, tiene tres componentes principales. Tiene un mandato o experimento o modelo, que siempre tiene la forma de «si quieres saber esto, haz esto». Y una vez que haces eso, resulta en una experiencia, o lo que William James llamó un datum, o una iluminación ― algún tipo de experiencia directa e inmediata. Y ese es el segundo componente. Y luego esa experiencia o datos se verifican con otras personas para asegurarse de que obtengan los mismos resultados, para asegurarse de que no estés alucinando o te estés equivocando o confundido de alguna manera.

Así que por ejemplo, usando el ojo de la carne, queremos saber si está lloviendo afuera. Muy sencillo, vamos a la ventana y miramos. Ese es el mandato ― si quieres saber si está lloviendo afuera, ve a la ventana y mira. Miramos, y sí, de hecho parece estar lloviendo. Esa es nuestra experiencia, nuestros datos, nuestra iluminación. Llevamos a cabo el mandato y tenemos una experiencia, vemos los datos. Para asegurarnos de que no estamos alucinando o que no estamos equivocados, le pedimos a otra persona que también eche un vistazo. Entonces va a la ventana y sí, también ve que llueve. Así que esa es nuestra confirmación o verificación, nuestro tercer componente principal.

Toda ciencia tiene esos tres componentes. Cuando se aplica al ojo de la carne, obtenemos la física, la química, la biología, etc. Cuando se aplica al ojo de la mente, obtenemos cosas como la lógica y las matemáticas. Pero lo que a menudo no se entiende es que también se puede aplicar al ojo de la contemplación. Y aquí se ofrece la prueba de la existencia del Espíritu, tan real como la lluvia o las matemáticas.

Entonces, de lo que estamos hablando es de que hay una experiencia sensorial, hay una experiencia mental y hay una experiencia espiritual, y cada una de estas experiencias brinda unos tipos particulares de datos, de información o de conocimiento. Con demasiada frecuencia hemos intentado probar la existencia del Espíritu usando el ojo de la carne y el ojo de la mente. Aristóteles dio cinco pruebas de la existencia de Dios, pero todas eran lógicas, y de esa manera no tendrás éxito ― no tocas el Espíritu, no se activa la dimensión espiritual en nosotros.

Entonces, vamor a ver cómo se puede aplicar a una práctica espiritual, podemos tomar el Zen como ejemplo. El mandato aquí, la práctica o el modelo, es hacer zazen o meditación o contemplación. Se te enseña a sentarte en una posición relajada, descansar la mente y enfocarla en un elemento. Podría ser el seguimiento de la respiración, o podría ser una pregunta como «¿quién soy yo?» Y este es el primer componente, el mandato o la actividad o el modelo ― si quieres saber si el Espíritu es real, haz esto.

Después de varios meses a un año o dos, comenzarás a tener una serie de experiencias, datos interiores o iluminaciones. Estas experiencias profundas o experiencias de naturaleza espiritual se llaman kensho, que significa «ver nuestra verdadera naturaleza [o esencia, o naturaleza de Buda]». Este es el segundo componente, la experiencia directa del Espíritu mismo ― desnudo, sin intermediarios, real y directo. Se dice que esta experiencia religiosa directa es del Espíritu mismo. Incluso en el caso de personas que tienen un doctorado en ciencias y que experimentan kensho, más del 95 % informan que el kensho es tan real como cualquier cosa que estudian en la ciencia convencional. Es una experiencia muy poderosa y convincente.

Y hace poco alguien tuvo una experiencia que por alguna razón salió en todas las noticias, un neurocientífico que tuvo una experiencia cercana a la muerte, pero fue tan real para él que estaba simple y absolutamente 100% convencido de que se trataba de una experiencia real, tan real como cualquier cosa que hubiera experimentado. Ese es exactamente el mismo tipo de sentimiento que tienen los místicos cuando tienen un kensho, o una experiencia mística, o una experiencia de unicidad o unidad. Y dijo que no pudo encontrarlo descrito en ninguna parte hasta que buscó en algunos libros de misticismo cristiano y encontró una explicación que hablaba de una oscuridad infinita impregnada de luminosidad. ¡Y dijo que se trataba de eso exactamente! Cualquiera que conozca las etapas de la meditación reconocerá que, el estado causal, se describe de esa manera en todas las principales tradiciones meditativas del mundo. Pero, por supuesto, nos hemos olvidado tanto de esto en Occidente que simplemente no sabemos dónde buscar. Así que estaba completamente confundido hasta que encontró esa explicación en particular.

Después de que el individuo haya tenido su experiencia de unidad, su experiencia de despertar, solo para asegurarse, consulta con un maestro espiritual y una comunidad de practicantes. Ahora bien, esto significa que todos ellos ya han completado los dos primeros componentes. Si quieres votar si la teoría de Pitágoras es real, tienes que aprender matemáticas y luego aprender el teorema de Pitágoras, y una vez que hayas completado el mandato y hayas tenido la experiencia de mirar el triángulo y mirar el teorema de Pitágoras, entonces puedes votar y confirmar o no confirmar si es real. La mayoría de las personas que han hecho esto informan que el Teorema de Pitágoras es real.

Pues lo mismo es cierto en cualquier otro experimento científico, y es cierto para esta ciencia interior de la contemplación. Entonces lo verificas con un maestro espiritual y una comunidad de practicantes, con todos aquellos que han completado los dos primeros componentes del mandato y la iluminación, solo para asegurarte de que no estés alucinando o confundido, como en todas las otras ciencias. Si tu iluminación, el descubrimiento de tu propio Ser Verdadero que es uno con el Espíritu, coincide con la de una comunidad más grande de depositarios de conocimiento, entonces tu kensho es aprobado y se confirma tu realización.

Así que reconoce que esta es una ciencia real, una experiencia directa e inmediata en primera persona. No es algo que uno adopta por fe o mera creencia, sino que es una realización directa. Y esto es cierto ya sea que la contemplación sea cristiana, budista, judía, islámica, hindú, etc. Y esta realización prueba que el Espíritu es tan real como las matemáticas, la lógica, la lluvia o las rocas. Y aquellos que han tenido esa experiencia, incluso si tienen un doctorado en ciencias, la consideran como algo tan real como cualquier cosa que conozcan. Es un mandato directo, que proporciona información o iluminación inmediatas, y es verificado por una comunidad de cualificados.

Es por eso que el conocimiento contemplativo es un conocimiento público, tanto en Oriente como en Occidente, que se ha transmitido durante cientos, a veces miles de años. No es un conocimiento privado. Cualquier cosa que pueda ser enseñada y transmitida es pública, y todo llega a la misma conclusión: Dios es real, y tat tvam asi ― tú eres eso.